Por: Julio G. Alvarado A. |
¡INSÓLITO! El Ministro de Relaciones Exteriores y su comitiva de Venezuela llegan a Bolivia y aterrizan en Chimoré , un aeropuerto muy cuestionado, ya que se encuentra en la principal zona de producción de coca, cuya mayor parte se comercializa en mercados “no legales”. El personal de protocolo estuvo compuesto por productores de coca, la máxima autoridad que los recibe es el Presidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba de los productores de coca, Juan Evo Mortales. La única autoridad del Estado boliviano presente, era la Ministra de la Presidencia, ningún funcionario oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia.
Esta “irregularidad” viola totalmente la Constitución Política del Estado en sus artículos 172, 174 y 175, que determinan las atribuciones del Presidente, Vicepresidente de la República y ministros de Estado.
Desde el 9 de noviembre de 2020, día de retorno de Juan Evo Morales a Bolivia después de su huida un año antes, se ha instalado en Bolivia un poder dual, los asuntos administrativos se resuelven y deciden desde la Plaza Murillo de la ciudad de La Paz, las políticas gubernamentales se las elabora y decide en el Chapare. Por lo tanto, el relacionamiento internacional está a cargo de Juan Evo Morales y su gabinete en la sombra, compuesto por sus ex ministros. La magister en ciencia política Erika Brockmann Quiroga fue una de las primeras intelectuales, que puso de manifiesto la existencia de este poder dual en Bolivia desde noviembre de 2020.
Una muestra clara de esta aseveración se la puede comprobar con el primer viaje del Presidente Luis Arce Catacora al exterior del país. En plena pandemia del COVID-19 y en una profunda crisis económica causada por la pandemia, el Jefe de Estado no viaja al exterior a conseguir vacunas, no sale de las fronteras nacionales para gestionar recursos de libre disponibilidad en beneficio de la golpeada economía nacional. El primer viaje tuvo como destino México, para agradecer al Presidente Manuel López Obrador por haber ayudado a huir a Juan Evo Morales.
La prioridad del gobierno nacional no es la salud, ni la economía; la primacía en la política gubernamental tiene la venganza política, la represión y persecución de los opositores.
Ese poder dual, donde lo administrativo está a cargo de Luis Arce Catacora y las decisiones de contenido político son responsabilidad de Juan Evo Morales y sus ex ministros, se refleja claramente en la política exterior.
Formalmente, el gobierno de Luis Arce Catacora ha iniciado dos campañas internacionales, la primera orientada a reforzar su política interna de represión y persecución política, basada en el odio y la venganza.
Se ataca al gobierno del Reino Unido, a la Unión Europea, a las Naciones Unidas, a la Organización de los Estados Americanos y a la Iglesia Católica, responsabilizándolos de haber participado de un supuesto “Golpe de Estado” en noviembre de 2019. La convulsión social vivida en octubre y noviembre de 2019 tuvo como origen un fraude electoral para beneficiar a Juan Evo Morales y Álvaro García Linera, con el fin de reelegirse por cuarta vez, violando la Constitución Política del Estado, que permite solamente una reelección continua.
Esta campaña internacional contra esos Estados y organismos internacionales es constante y sostenida por parte del gobierno del Movimiento Al Socialismo.
La segunda campaña internacional es la reacción del gobierno de Luis Arce Catacora, ante su incapacidad para administrar eficientemente la lucha contra la pandemia del COVID-19, la falta de vacunas, de ítems para el personal de salud, de insumos médicos y de unidades de terapia intensiva, que reclama la ciudadanía.
Está campaña está dirigida a atacar a los países desarrollados y las grandes empresas farmacéuticas por la supuesta política proteccionista respecto a las vacunas, motivo por la cual Bolivia no habría tenido acceso a vacunas.
La justificación del gobierno de Bolivia no tiene sustento, ya que países en Sudamérica han logrado vacunar a un buen porcentaje de su población, sin shows mediáticos, trabajando eficientemente y en silencio. Ese es el caso de Chile con 33%, Uruguay 13,9%, Brasil 5,3% y Colombia con 2,8%, mientras que Bolivia apenas alcanzó a vacunar a un 1,8% de su población según las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins, ver cuadro adjunto (jhu.edu, 2021). Sin mencionar a Israel, que ya vacunó a 56,48% de su población y a los Emiratos Árabes Unidos con 39,84%, países que están entre los más eficientes del mundo en el combate a la pandemia.
Este poder dual va hacer daño al país, teniendo en cuenta que la tercera ola de la pandemia del COVID-19 ya ha elevado el número de personas infectadas y de fallecimientos. El efecto en la economía será severo, ya que no permite iniciar un proceso de reactivación. El gobierno de Luis Arce Catacora no tiene estrategias para combatir la pandemia y menos para reactivar la economía y el verdadero poder político en el Chapare sólo está interesado en masificar la política de represión y persecución política, basada en el odio y la venganza.