Por: Amalia Pando |
EL PEOR LEGADO DEL MAS
El MAS ha destrozado el sistema electoral boliviano que hasta antes del referendo de 2016 creíamos era seguro.
Hoy vemos al jefe del partido de gobierno, Evo Morales haciendo campaña con helicópteros del Estado, usando aeropuertos militares y gastando un dineral no declarado en aviones privados. El vicepresidente, David Choquehuanca, no se ha quedado corto, ha usado un avión de la FAB para el mismo propósito.
El uso arbitrario de los bienes del Estado pone en desventaja a los candidatos de la oposición y es parte de un engranaje para adulterar los resultados electorales.
EL TRIBUNAL ELECTORAL
La clave de cualquier proceso electoral está en la imparcialidad del árbitro, el Tribunal Supremo Electoral, TSE. Desde el 2015, y posiblemente antes, el MAS sometió a éste órgano para obligarlo a hacer barbaridades en materia electoral.
Recordemos esa resolución que inhabilitó a los exdiputados Eduardo Maldonado y Rebeca Delgado para postular a las alcaldías de Potosí y Cochabamba. De ahí para adelante el fraude fue en aumento con diversos mecanismo, desde la inhabilitación masiva de los candidatos de oposición, el volteo de resultados, votación de muertos, uso abusivo y descarado de los bienes del Estado, actas que pasaron por el despacho de un ministro, hasta la suspensión definitiva del conteo rápido y por 24 horas del cómputo oficial para que un data paralelo ajuste los resultados a las necesidades del presidente del Estado, habilitado como candidato ilegalmente. Fue inaudito.
EL ACTUAL TSE
En circunstancias excepcionales, el año pasado la Asamblea Legislativa cambió la composición del Tribunal Supremo Electoral.
Con el nombramiento de un nuevo representante del gobierno, Salvador Romero, sumaron cuatro los independientes. El resto, tres vocales y todos los suplentes, son militantes del MAS.
A pesar de los cambios en el TSE, las últimas elecciones nacionales de octubre 2020 estuvieron siempre bajo sospecha de fraude, tanto por parte del MAS como de sectores de la oposición.
La suspensión nuevamente del conteo rápido acentuó las dudas, al igual que el abultado e inesperado triunfo obtenido por el MAS. Y por si fuera poco, la vocal Rosario Baptista impartió un certero golpe a la credibilidad del TSE con una denuncia no probada sobre la supuesta existencia de otro ordenador paralelo.
Quién pagó los vidrios rotos con un saldo negativo en su reputación fue el presidente del órgano electoral, Salvador Romero. De ambos lados piden su renuncia.
LAS SUBNACIONALES
El MAS está dispuesto a todo en estas elecciones porque está en juego su hegemonía política.
El abuso de los bienes estatales por parte de Evo Morales y la injerencia electoral de Arce y Choquehuanca es solo una parte.
Se propusieron inhabilitar a los principales candidatos de la oposición, en especial a Manfred Reyes Villa en Cochabamba y Gary Añez en Santa Cruz.
Para el día de las elecciones harán fraude con volteo de votos y anulación de mesas, tal como se oye en las instrucciones grabadas que circulan en las redes sociales.
Frente a estos aprestos de fraude ¿Qué hace el Tribunal Supremo Electoral?
SIN VIENTOS A FAVOR
CONADE y hasta un huelguista de hambre en Santa Cruz, Alejandro Rivero, le piden al TSE reponer el conteo rápido como mecanismo protector de un fraude electoral. Lamentablemente, persiste la decisión de no usar el DIREPRE y esto atenta contra la transparencia de las subnacionales.
Por otra parte, el TSE no se pronuncia sobre el uso de bienes públicos por parte de Evo Morales, ni sobre la violencia ejercida por el MAS contra otras fuerzas políticas.
A esa pasividad, a tres días de las elecciones, se suma la incertidumbre sobre algunos candidatos que aún podrían ser inhabilitados.
El TSE ha librado de esa sanción a Luis Larrea en La Paz y Gary Añez en Santa Cruz, pero mantiene la incertidumbre sobre Manfred Reyes Villa en Cochabamba, aunque lo ha repuesto en las ultimas horas.
Posiblemente, muchos otros también estén en la cuerda floja por el nuevo plazo, hasta hoy miércoles, para seguir solicitando Inhabilitaciones, como consecuencia de un fallo reciente del Tribunal Constitucional.
No es normal, ni justo, ni democrático que faltando tan poco para el día de las elecciones, el electorado no tenga certeza de quiénes son los candidatos.
El domingo, en estas condiciones, saldremos a votar con la misma duda del último tiempo: ¿Se respetará mi voto?
El ambiente de dudas y descrédito podría costarle el cargo a Salvador Romero. El MAS espera este momento para reemplazarlo por un leal servidor, útil en las nacionales del 2025.