Foto: BID |
Los países de América Latina y el Caribe necesitan “urgentemente implementar reformas fiscales” para preparar el terreno para una recuperación sustentable post-Covid, según el último Informe Macroeconómico anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El organismo justificó su informe señalando que “la región crecerá un 4,1 por ciento este año tras la caída de 7,4 por ciento del año pasado, cuando se produjo el peor desplome anual de que se tenga registro desde 1821. También prevé que esa expansión se desacelere hasta un 2,5 por ciento anual en 2022 y años sucesivos”.
Para alcanzar un mayor ritmo de crecimiento, la región necesita implementar una serie de reformas que mejoren la productividad, ayuden a conectar a las empresas a las cadenas globales de valor, y promuevan la economía digital y la creación de empleo en forma inclusiva, sostenible y resiliente, recomendó el BID en un comunicado difundido en los últimos días.
La hipótesis de base asume que los programas de despliegue de vacunas avanzarán según lo planeado, que las economías se mantendrán abiertas, y que la economía global se recupera vigorosamente. Pero un escenario más pesimista, con menor crecimiento de la economía global y potenciales shocks financieros, podría ver desacelerarse el crecimiento regional a sólo un 0,8 por ciento este año y sufrir una caída del -1.1 por ciento en 2022, de acuerdo a las proyecciones del BID.
El escenario positivo vislumbra un crecimiento de 5,2 por ciento en 2021 y 3,9 por ciento para el próximo año.
Las economías de América Latina y el Caribe están emergiendo de la crisis provocada por el coronavirus con altas tasas de desempleo y con sus sistemas de salud exigidos al límite. La crisis ha afectado a las poblaciones vulnerables con mayor severidad, exacerbando aún más las desigualdades de la región, finaliza el comunicado del organismo multilateral.
Al respecto, el economista Jefe del BID, Eric Parrado, manifestó que “América Latina y el Caribe tiene por delante un sendero estrecho pero claramente definido para salir fortalecida de los shocks sociales y pandémicos de los últimos años”.
“Los sistemas fiscales saludables pueden ayudarnos a liberar nuestro potencial, apalancando la reasignación de recursos en todos los sectores y así impulsar el crecimiento de la productividad, promover el empleo formal, y lograr un futuro más verde que desafíe la falsa dicotomía entre crecimiento económico y sostenibilidad ambiental”, añadió.
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