Bolivia consumó en 2020 su sexto déficit comercial consecutivo, con una caída acumulada de poco más de 5.000 millones de dólares. Para evitar una mayor caída de las Reservas Internacionales Netas, una mayor presión sobre el tipo de cambio, y para recuperar los empleos perdidos por la pandemia, el IBCE propone combinar políticas sectoriales.
El criterio se desprende de la publicación “Cifras del Comercio Exterior de Bolivia – 2020”, elaborado por Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
A través del documento, la entidad plantea dos políticas que pueden reanimar el comercio exterior y tornarlo superavitario: una política de promoción selectiva de exportaciones (focalizando en sectores de rápida reacción, como el agropecuario, agroindustrial y forestal) y una política de sustitución competitiva de importaciones (en lo que se ha tenido una feliz coincidencia con el Programa SI Bolivia, creado por el Gobierno).
La apertura de mercados, como el de la China, que en 2020 permitió lograr un récord de exportación en carne bovina por 70 millones de dólares y 17.000 toneladas (contra viento y marea, en plena pandemia) es una extraordinaria experiencia a replicar con otros megamercados como la Unión Europea, EEUU, Rusia, India, Corea del Sur, etc.
Se trata de una sinergia público-privada para mejorar la “competitividad sistémica” del país; el pleno uso de la agrobiotecnología; el incremento de la producción de biocombustibles para sustituir la importación de diésel y gasolina; un mayor uso de nuestros puertos sobre la Hidrovía Paraguay-Paraná; y, el rescate del mercado interno de las garras del contrabando, podría implicar un punto de inflexión para el comercio exterior y la economía del país, asegura en la publicación el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez.
LOS DATOS:
Según la evaluación del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, en la gestión 2020 quedó signada por la pandemia mundial del COVID-19, una crisis sanitaria que obligó a adoptar medidas sin precedentes para proteger la vida. Las prioridades de la población cambiaron, la actividad económica se vio afectada por un lockdown generalizado. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), el comercio mundial de bienes se redujo 5,6% al tercer trimestre del 2020 comparado a igual período del 2019.
El comercio exterior boliviano fue negativamente impactado habiendo registrado un déficit de 65 millones de dólares, menos del 10% del desbalance del 2019, aunque tal reducción se explica por el derrumbe de las importaciones por 2.705 millones de dólares dada la virtual paralización de la actividad económica por la cuarentena rígida en el país; las exportaciones cayeron 1.909 millones, situándose a un nivel de hace diez años atrás. Esta debacle comercial implicó que 4.600 millones de dólares dejaran de circular en la economía del país.
Según datos del INE, las ventas externas de Bolivia en 2020 sumaron 6.898 millones de dólares (sin reexportaciones), correspondiendo un 73% a las Exportaciones Tradicionales -minerales e hidrocarburos y el 27% a las Exportaciones No Tradicionales (principalmente, agroexportaciones). Las ventas de minerales sumaron 3.032 millones de dólares con un 28% de caída en valor y 34% en volumen, destacando el oro con 1.234 millones de dólares. Los hidrocarburos lograron 2.029 millones de dólares, con una caída del 28% en valor y una suba del 0,4% en volumen, destacando el gas natural con 1.980 millones de dólares.
Las Exportaciones No Tradicionales (ENT) altamente generadoras de empleo y efectos multiplicadores crecieron 4% en valor pese una baja del 4% en volumen, impulsadas por la venta de alimentos.
Destacaron las ventas de torta de soya con más de 492 millones de dólares; aceite crudo de soya (200 millones), joyería (131), nueces del Brasil sin cáscara (126), quinua (92); carne de bovinos (70); así como: alcohol, maderas, azúcar, bananas, leche, frejol, cueros, palmitos, café y cacao. La balanza comercial agropecuaria resultó superavitaria por casi 700 millones, gracias a que el sector no paró pese a la pandemia.
El Departamento que más exportó en 2020 fue Santa Cruz, con 2.040 millones de dólares, con un aporte del 30% al total, destacando sus ventas de gas natural y del complejo oleoproteico de la soya y derivados; seguido de Potosí, con 1.491 millones de dólares (zinc, plata y plomo) y La Paz, con 1.220 millones (minerales, café).
Brasil y Argentina se mantuvieron como los principales mercados destinatarios por la venta de gas natural representando más del 90% de lo exportado; seguidos de India (oro, ulexita, níquel, ametrino) y Japón (zinc, plata, plomo).
Las importaciones bolivianas en 2020 sumaron 7.080 millones de dólares con una baja del 28% en valor y 20% en volumen. Los suministros industriales, bienes de capital y equipos de transporte significaron un 63% del valor importado; el rubro de alimentos y bebidas creció 2% en valor y 16% en volumen. Los principales abastecedores del país fueron: China con 1.580 millones de dólares; Brasil (1.196); Argentina (715), EEUU (565) y Perú (548).