EL RETO PRODUCTIVO Y SU FINANCIAMIENTO
El sistema financiero nacional goza de una inédita bonanza, que está acompañada por el mayor endeudamiento de los pequeños prestatarios y la creciente concentración del ingreso en los grandes ahorristas.
Un análisis efectuado por la Fundación INASET denominado “La Financiarización y el Desarrollo Productivo” encuentra que esa bonanza podría estar acompañada causalmente de la reducción del Producto Interno Bruto (PIB), además de incentivos negativos a la diversificación productiva, a la generación de valor, a la creación real de oportunidades de empleo digno, y a la reducción de la desigualdad.
El trabajo define lineamientos de políticas para corregir el curso de las políticas de financiamiento de manera que el sistema financiero avance en líneas crediticias socialmente útiles que el país necesita para contribuir efectivamente a los objetivos de las políticas públicas de desarrollo económico, productivo e inclusivo.
UTILIDADES DE LA BANCA SUBIERON EN 800 %
Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas, entre 2005 a 2017, los bancos presentaron utilidades acumuladas netas por $us 2.239 MM que representa un crecimiento del. 802 %. Antes de este período, la ganancia anual de la banca sumaba solo 10 millones de dólares, montó que se incremento a 320 millones de dólares.
Al 31 de octubre de 2020, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), estableció que la cartera bruta del sistema financiero nacional sumaba Bs 189.355 millones, habiéndose multiplicado por 6.5 veces en los últimos 15 años.
En ese período, el número de prestatarios se ha triplicado de 530.000 a 1.650.458 personas naturales y jurídicas; el número de puntos de atención supera los 6.300; el patrimonio de los bancos privados superó los $us 3 mil millones y las utilidades de la banca, reiteramos, son del orden de $us 300 millones anuales desde 2010. El número de cuentas de depósitos supera los 12.5 millones, y el valor de los depósitos es también de Bs 189 mil millones.
En esa línea, el ahorro interno, la bolivianización y la articulación del capital bancario con el sector productivo, han permitido que el ahorro aumente en 500% entre 2005 y 2017.
DESTINOS DEL FINANCIAMIENTO
El ahorro interno se ha destinado a financiar el crecimiento de sectores especulativos, mientras los productivos accedieron al crédito para evitar su naufragio.
La cartera destinada a la construcción aumentó del 28% al 42% entre 2002 al 2019. La asignada al comercio pasó del 20% al 32% en 2013, pero luego cayó al 17%, en 2019.
Hasta el 2013, los sectores productivos, la industria y la agricultura, recibieron el 20% del crédito del sistema financiero y en 2019 subieron al 28%. Los otros sectores en general, bajaron su participación.
Los dos datos importantes que destaca el documento de INASET son que existe una preferencia generalizada por la construcción y el comercio y que, en la banca privada, en 2019, el 65% de su cartera corresponde a créditos superiores a $Us 50.000 que beneficiaron al 6% de los prestatarios, mientras el restante 35% de la cartera son créditos menores a $Us 50.000 que llegaron al 94% de los prestatarios.
CRECIMIENTO
En la ultima década, los sectores de mayor crecimiento relativo son: construcción, establecimientos financieros, administración pública, e impuestos. Con respecto al crecimiento del PIB, 4.65 %, son pocos los sectores productivos y subsectores que han superado ese crecimiento, apunta el INASET.
El financiamiento estaría dinamizando a sectores de actividad especulativa, en una económica “mercantil simple”, de muy baja productividad, y que no contribuyen realmente a los objetivos sociales de desarrollo con diversificación productiva, la generación de valor, la distribución efectiva del ingreso o la creación de oportunidades de empleo digno.
AHORRO
La relación de la deuda con el ahorro se mantuvo relativamente constante hasta 2007 en alrededor de Bs 2.5 de deuda por cada Bs de ahorro. Desde entonces, se elevó cuatro veces, hasta llegar en 2019 a Bs 9 de deuda por cada Bs de ahorro.
En general, las captaciones de ahorro se han estabilizado en algo menos de Bs 20.000 por depositante, en tanto que las colocaciones por prestatario han pasado de Bs 50.000 en 2006-2007, a Bs 140.000 en 2019.
ENDEUDAMIENTO
Como conclusión, INASET establece que con la financiarización no se está generando riqueza o un mayor ingreso para honrar ese endeudamiento sino una hipoteca de los ingresos futuros, especialmente en los créditos de consumo.
Considera que el financiamiento debería ser uno de los factores necesarios para el desarrollo económico productivo. El crédito, adecuadamente canalizado a la economía productiva real, podría aumentar las transacciones de bienes y servicios y los ingresos de los actores económicos sin que se produzca un aumento neto de la deuda.
Al multiplicar las transacciones e incrementar el valor agregado, también habría un impacto positivo en el nivel de empleo.
Por el contrario, como ha ocurrido en los últimos 14 años, el financiamiento dirigido a sectores o actividades que promueven la especulación financiera como son los bienes raíces, fondos de inversión, comercio, o en ciertos rubros de servicios, contribuyen a beneficiar a la banca y a la concentración de capital, en desmedro del bienestar de la población.
Es notable que el financiamiento al sector productivo real se limitó prácticamente al financiamiento de gastos operativos o del capital de trabajo, descuidando las necesidades y las oportunidades para innovar o desarrollar tecnologías, desarrollar productos o servicios, formar, capacitar o actualizar al personal, etc., que son los ámbitos con los que se construyen las verdaderas ventajas competitivas.
La fundación INASET señala que, en estas condiciones, las políticas de financiamiento y la propia Ley de Servicios Financieros, no parecen ser suficientes para “sincronizar” el financiamiento con las necesidades reales del desarrollo económico productivo.
RETOS
INASET concluye que el financiamiento es un medio, un costo y no un fin. A pesar de la notable rentabilidad obtenida por el sector financiero, el resultado global en la economía puede ser negativo.
El crédito, que aumentó en 6,5%, se destinó preferentemente a la construcción y al comercio, sin tener un impacto proporcional en el crecimiento del PIB. Además, al haber favorecido la actividad especulativa perjudicó a los sectores productivos que generan valor agregado, empleo digno y reducción de la desigualdad social.
Se requiere, dice INASET, un sistema crediticio “socialmente útil” y superar el modelo extractivista - rentista que ha persistido en el país durante toda su historia.