Al cumplir un primer mes de gestión, el gobierno ha presentado una evaluación del estado de situación de la administración pública, señalando que se han encontrado con un estado quebrado y en liquidez.
Fue la ministra de la presidencia, María Nela Prada quien expuso esta postura, mostrando los números rojos de la economía y la carencia de algunos documentos de nuevos créditos concedidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y denunciando la vulneración de derechos humanos en la gestión de transición, en contra de los partidarios del Movimiento Al Socialismo.
Atribuyó esa situación a la mala administración de la expresidenta Jeanine Áñez por no dar continuidad a un modelo económico, lo que tildó de irresponsabilidad.
Según datos expuestos, Bolivia crecía a un promedio de 4,9% y que al primer semestre de 2019 se desplomó la economía a un -11,11%. La inversión pública fue paralizada con una reducción del 66%, hubo un ineficiente cobro de impuestos, mientras que el desempleo subió a 8,7% al igual que la pobreza y desigualdad económica y social. La deuda interna subió a 25% y la deuda externa a 30% frente al Producto Interno Bruto (PIB).
Como medidas para dinamizar la economía, la ministra defendió las políticas de pago del Bono contra el Hambre de Bs 1.000, el refinanciamiento y reprogramación de deudas bancarias y el reintegro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a quienes ganan menos de Bs 9.000. También se informó que ya está en el Legislativo la ley del impuesto a fortunas o aquellas personas con Bs 30 millones.