Por: Amalia Pando
PETRÓLEO A MENOS CERO
El 2020 fue el año con el precio más bajo del petróleo. Llegó a caer en abril a – 37,63 dólares como resultado del confinamiento mundial que paralizó la economía en un intento sin éxito de frenar el avance del Covid-19.
La pandemia se llevó la vida de 1,7 millones de inocentes y enfermó a 82 millones de personas.
China, el país de dónde se diseminó el coronavirus solo registró 4,634 muertos. Bolivia más de 9 mil y los Estados Unidos, el más afectado, 340 mil fallecidos.
ESCENAS DE TERROR
2020 nos hizo vivir la miseria humana en una guerra contra un enemigo invisible y la estupidez e incapacidad de muchos gobiernos para proteger a su población.
En Bolivia ha sido el año que obligó a los enfermos a peregrinar de hospital en hospital, a morir en las calles, aceras y puertas de los centros de salud.
Cómo olvidar a ese hijo que puso el cuerpo de su madre en una carretilla y recorrió uno y otro cementerio, recibiendo pedradas en algunos sitios, sin encontrar un lugar para que ella descanse en paz.
UN MUNDO INDOLENTE
El COVID se llevó a seres muy queridos de una forma atroz, en soledad y asfixiados, por falta de aire y en muchos casos, por falta de políticas de contención y una adecuada atención médica.
La pandemia mostró lo peor y lo mejor de nosotros, los humanos: la indolencia de quienes, por ejemplo, bloquearon el paso de los tubos de oxígeno, y, en el otro extremo, aquellos que dieron de comer a cientos de víctimas de la cuarentena y quienes sacrificaron sus vidas o se pusieron en riesgo para proteger a otros, como los médicos, policías y militares.
¡ADIOS A URENDA!
La muerte, tras una penosa agonía, del doctor Oscar Urenda secretario de Salud de Santa Cruz, fue un símbolo de ese sacrificio.
El Covid-19 se llevó a personalidades muy queridas del mundo entero como, últimamente, el cantautor mexicano Armando Manzanero, el ex presidente de Francia Valéry Giscard d’ Estaing y el héroe del fútbol italiano Paolo Rossi.
OTROS QUE ESTE 2020 SE LLEVÓ
Este año también se lloró la partida de grandes y famosos como Armando Maradona que murió en la más triste soledad, con 10 millones se dólares en cuentas bancarias y 10 hijos que pelearán su herencia.
En el norte, en un accidente de helicóptero falleció Kobe Bryant, el baloncestista, ídolo de la NBA.
En el sur, falleció el ex presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez y Joaquín Salvador, Quino, el padre de Mafalda, causando estupor y portadas de los principales periódicos del mundo entero.
También se despidió a dos grandes del cine: Kirk Douglas, 103, y Sean Conmery, 90, el primer e inmejorable agente secreto 007, James Bond.
MAS ALLÁ DEL COVID-19
Otras muertes violentas sacudieron países y regiones.
ASESINADOS EN IRAK
El 3 de enero, por orden del presidente Donald Trump, se produjo el ataque de un avión no tripulado que asesinó a Qasem Soleimani, alto jefe militar iraní.
Y el 27 de noviembre, usando una metralleta a control remoto, fue asesinado Mohsen Fakhrizaden, el principal científico del programa nuclear iraní. Irak acusó a Israel de este crimen.
BLACK LIVES MATTER
Estados Unidos vivió un levantamiento popular contra el racismo que siguió la consigna “la vida de los negros importa”.
Las multitudinarias manifestaciones se realizaron en protesta por el asesinato de George Floyd, un gigante bueno, que fue asfixiado en el suelo por un policía blanco que puso su rodilla en el cuello de Floyd sin oír sus súplicas hasta que murió.
INCENDIOS EN AUSTRALIA
10,6 millones de hectáreas ardieron en Australia matando a 480 millones animales. El mundo lloró por esta tragedia que ocurrió en enero, antes de que Covid-19 copara los titulares.
También continuaron los incendios forestales en la Amazónica y Chiquitanía, sin mayor repercusión.
LA EXPLOSIÓN EN BEIRUT
180 muertos, 6 mil heridos y 300 mil viviendas afectadas dejó la explosión de 2, 750 TN de nitrato de amoniaco en una planta de fertilizantes de Beirut, Líbano, ocurrida en agosto.
Las imágenes de esta tragedia fueron una demostración de lo que pudo haber ocurrido en la Planta de Senkata, en El Alto, si los descontrolados militantes del MAS hubieran cumplido su propósito.
3 PRESIDENTES EN UNA SEMANA
En noviembre, Perú vivió una convulsión social que sacudió Lima y los poderes del Estado. Amplios sectores sociales salieron a las calles en defensa del destituido presidente Martín Viscarra quien fue sentenciado por el Congreso por “incapacidad moral”. Manuel Merino asumió la presidencia interina, pero renunció seis días después por la violenta represión policial que dejó dos muertos, un centenar de heridos y desaparecidos. Merino fue reemplazado por Francisco Sagasti cuyo mandato es llamar a elecciones el próximo año.
TRUMP, EL PERDEDOR
Donald Trump, el máximo exponente del populismo de derecha, nunca pensó pasar a la historia como un perdedor.
En las elecciones del 3 de noviembre perdió frente al demócrata Joe Biden que obtuvo más de 81 millones de votos frente a 74 millones de Trump y obtuvo 306 delegados contra 232.
Sin embargo, Trump se niega a reconocer su derrota alegando ser víctima de un falso fraude. Sin embargo, sus múltiples demandas en los tribunales de varios Estados fueron rechazadas por falta de pruebas.
En una última acción desesperada pretende que el senado, manejado por su partido, desconozca los resultados, bochorno que la democracia estadounidense difícilmente dejará pasar.
Lo cierto es que el próximo 20 de enero, un camión de la mudanza llegará a la Casa Blanca y desalojará a Trump.
MADURO EN EL GUINNESS
La ONU emitió un segundo informe sobre la violación de los derechos humanos en Venezuela. En 153 páginas acusa a Nicolás Maduro de cifras récord y escalofriantes en esta materia.
Maduro sería responsable de crímenes de lesa humanidad por la ejecución extrajudicial de 18 mil personas, 15 mil detenciones arbitrarias y cientos de casos de tortura, particularmente contra militares rebeldes e indígenas a quienes les sacaron las uñas para escarmentarlos.
Tras este informe, la fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, finalmente se pronunció el pasado 14 de diciembre, indicando que en Venezuela se cometieron crímenes de lesa humanidad.
EL REGRESO DE UN EVO DERROTADO
En Bolivia, el 18 de octubre, a pesar del COVID-19, se realizaron las elecciones nacionales. Ganó por amplia ventaja el MAS, sin Evo Morales. El 8 de noviembre se posesionó como Nuevo Presidente, Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, como Vicepresidente.
Poco después, Evo Morales recibió un sillazo de sus bases que ya no lo reconocen como el jefazo omnipotente de su partido y de la nación. Es la factura que está pagando por haber huido del país so pretexto de un falso golpe de Estado.
Las elecciones subnacionales encontrarán a un MAS en abierta rebeldía contra su vieja cúpula “evista” y a una oposición cuya derrota la hizo explotar en mil pedazos.
Bolivia vive un nuevo escenario político que barrerá viejos liderazgos y exigirá de nuevos, en un nuevo período de acumulación de fuerzas.
Lucho Arce puede sobrevivir sin Evo Morales quien cada día está más lejos de convertirse en un Maduro o en un Putin. En junio de este 2020, el jefazo ruso prorrogó vía referendo su gobierno hasta el 2036 y por ley obtuvo para él y su familia inmunidad vitalicia. Este era el sueño de Evo Morales que ya no podrá hacerse realidad. Arce o Choquehuanca podrían reemplazarlo en el liderazgo del MAS.
Sin embargo, Arce y Evo comparten la sed de venganza y el primer blanco serán los militares, como en Venezuela, y también la visión estatista de la economía, como en Venezuela.
De seguir este rumbo, Arce y su gobierno tendrán que enfrentarse a la protesta popular de su propia base, porque Bolivia no es Venezuela.