Vía Brújula Digital .-
El exdiputado y exviceministro Rafael Quispe fue insultado y golpeado este miércoles en plaza Murillo por militantes masistas que, según dijo, también le quitaron su sombrero. Después de atender los requerimientos de los periodistas, el candidato a gobernador por La Paz, abandonó el kilómetro cero del país.
“Me pegan, me agreden pensando que voy a salir corriendo, me roban mi sombrero. La Constitución Política del Estado garantiza la libertad de expresión y de transitabilidad. Yo, como ciudadano boliviano, puedo estar en la plaza Murillo, como en Orinoca o el Chapare, nadie es dueño de la plaza Murillo”, dijo Quispe, antes de ser obligado a abandonar el lugar entre empujones.
Cuando Quispe hablaba con los medios, varias personas se acercaron para insultar a Quispe y sus seguidores. Hubo gritos, insultos, acusaciones de “asesino” y “traidor”. El candidato a gobernador por La Paz recibió algunos golpes y hasta le quitaron su sombrero. Sus seguidores se enfrentaron físicamente contra las personas que atacaron al autonombrado Tata.
Quispe dijo que no tiene miedo, no lo amedrentarán y seguirá su candidatura hasta llegar a la Gobernación de La Paz. Dijo que la actitud del MAS es contraria a la Constitución y las leyes, porque vulnera los derechos del libre tránsito y de expresión.
Afirmó que sabe dónde “se está metiendo”, aseguró que vive en El Alto y que con “uno por uno se puede entender”, pero rechazó que le ataquen en grupo. Indicó que, con el robo de su sombrero, se observa la actitud de los militantes del MAS que son capaces de agredir y llevarse una prenda de 50 bolivianos.
Respecto a las acusaciones de presunto “traidor”, Quispe dijo que quien traicionó al sector popular es el gobierno del MAS, que no tomó en cuenta a hombres de casco o mujeres de pollera para el gabinete. Sobre las muertes en Senkata, el exdiputado dijo “Dios mío perdónalos” y recordó que él no era comandante ni ministro en ese entonces.
La Defensoría del Pueblo condenó las agresiones verbales y físicas contra Quispe. “Reprochamos la actitud de la Policía Boliviana que se mostró pasiva frente a este hecho, y recordamos que toda persona es libre de emitir su opinión y ese derecho no puede ser coartado por diferencias ideológicas”, señala un documento.