El Tribunal Supremo Electoral (TSE) dispuso, a través de un reglamento, una docena de deberes y ocho derechos para las delegaciones de observadores nacionales e internacionales, que llegarán al país y acompañarán las elecciones del 18 de octubre.
El documento fue aprobado el 3 de septiembre mediante la resolución TSE-RSP-ADM No 223/2020, en el que establece que los observadores nacionales tienen hasta 15 días hábiles antes de la elección para realizar su solicitud y no deben tener ninguna militancia política, requisito que será verificado por el Órgano Electoral.
El artículo 9 del reglamento enumera los derechos de los que gozarán. Por ejemplo: los observadores deben reportar por escrito al TSE sobre cualquier reclamo, irregularidad o queja que reciban o detecten durante la jornada de votación. Otro de los deberes que señala el documento es que deberán abstenerse de realizar comportamientos incompatibles con su condición de acompañante.
Deben abstenerse de participar en situaciones de conflicto de intereses y no podrán mediar, resolver, ordenar, opinar o discutir sobre hechos que pudiesen suscitarse en las mesas de sufragio o durante el escrutinio y cómputo.
Otra de las restricciones es que no deben inducir el voto de los electores, haciendo manifestaciones a favor o en contra de alguna organización política, alianza o de algún candidato.
El inciso i) del reglamento prohíbe declarar ganador o perdedor a ningún candidato, “ni difundir o comentar resultados de encuestas, ni ofrecer resultados preliminares o definitivos parciales o totales, proyecciones sobre las votaciones, difundirlos públicamente antes de que el Tribunal Supremo Electoral se haya pronunciado al respecto”.
Los derechos
El reglamento permite a los observadores acceder a todos los lugares o centros de votación para realizar su trabajo, pero no será lo mismo para los acompañantes por razones de seguridad, salud o por razones técnicas.
“Podrá limitar el acceso a los acompañantes de observadores a lugares donde se realicen actividades propias del proceso electoral, por razones de seguridad, espacio físico, logística, distancia social, por razones de salud pública o por la naturaleza de las operaciones que allí se realicen”, dice el texto.
Podrán ingresar a los recintos electorales para acompañar desde la instalación de las mesas de sufragio hasta el escrutinio y la difusión del cómputo oficial.
Podrán acceder a la documentación legal sobre la adquisición de todo el material electoral, con el fin de identificar alguna irregularidad.
Las misiones
El presidente del Órgano Electoral, Salvador Romero, anunció la participación de cuatro misiones de observadores: la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), el Centro Carter de Estados Unidos y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore).
Las delegaciones de la OEA y UE arribaron al país la semana pasada para iniciar con las tareas de acompañamiento al proceso electoral. Sostuvieron una reunión con los vocales del Órgano Electoral y también lo harán con las organizaciones políticas.
En ese contexto, la autoridad electoral señaló que el objetivo es que cuantos más observadores, nacionales o internacionales vigilen el proceso electoral, será mejor para los comicios generales.
La norma también establece que las misiones tienen que presentar un informe preliminar, a más tardar cuarenta y ocho horas después del día de la votación. El documento debe contar con las apreciaciones generales sobre la labor realizada, la descripción del despliegue y aspectos relevantes de su trabajo de observación y acompañamiento.
En el exterior
La Observación Ciudadana de la Democracia (OCD) Bolivia, a través de Transparencia Electoral, realizará la observación al desarrollo de las Elecciones Generales en tres países, que tienen mayor cantidad de residentes bolivianos: Argentina, Brasil y Chile, según señala el boletín de Estudio Integral Electoral (EIE).
El director de Transparencia Electoral para América Latina, Leandro Querido, informó que se desplegarán 50 observadores electorales en estos tres países. Aunque consideró que Argentina es un distrito “estratégico”, ya que hay una cantidad de electores marcada y más grande, que reúne a “la mitad del padrón del voto en el exterior”.