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Por Amalia Pando.-
CAVANDO SU PROPIA TUMBA
Incendio bosque Plan Autopista
Incendiar un país como Bolivia - ya devastado por la pandemia- solo porque las elecciones se postergaron en un mes, no tiene ningún sentido, salvo que el propósito no sean las elecciones sino una convulsión social y golpe militar para derrocar a Jeanine Añez.
La negativa del MAS en la Asamblea Legislativa a cambiar la cúpula militar y el bloqueo a los créditos para atender la catástrofe nacional van en ese único sentido.
Desde su lujosa mansión, en Buenos Aires, Evo Morales sabe que este es el último tren hacia su ansiado retorno al poder y no le importa cuántos mueran en el camino. En 15 días su gente caerá abatida por el coronavirus contraído en estos bloqueos y concentraciones, él lo sabe, tan burro no es, y no le importa.
Ya murió una decena de dirigentes del MAS, entre ellos varios alcaldes, una senadora, un diputado, un dirigente de la COD -Oruro y un ex ministro, y, a pesar de esta prueba fatal de la realidad, y de los 3000 cuerpos que ha recogido la policía de casas y calles, no se conduele del pueblo boliviano.
Dinero, mucho, pero también odio irracional, mucho, es la motivación de su seguidores. Destrozar con furia una ambulancia, bloquear la salida de oxígeno o incendiar el bosque del Plan Autopista, son acciones que van más allá de una consigna. Es la desesperación de un condenado a la muerte política.
Con sus acciones, el MAS está cavando su propia tumba. Exige elecciones pero en realidad no quiere llegar a ellas porque las urnas serán la fosa donde Bolivia enterrará esta pesadilla.
El PEOR MOMENTO DE LA HISTORIA
A 195 años de la creación de la República de Bolivia parece que estamos en el peor momento de nuestra historia. Sin embargo, desde el inicio, hemos sufrido mucho. El padre de la Patria, Simón Bolívar, nos abandonó y dejó en manos de unos viles padrastros. Nos han explotado propios y extraños dejándonos en la pobreza. Nos han llevado a dos guerras internacionales, la del Pacífico y la del Chaco, sin contar la del Acre, que dejaron pérdidas territoriales y en vidas humanas tan grandes que seguimos sin recuperarnos. En el Chaco murieron 60 mil soldados bolivianos, puede usted imaginar la devastación que se vivió en los años 30.
Guerra del Chaco 1932-1935 dejó 60 mil soldados muertos.
Hicimos colas para el pan en más de un gobierno y padecimos una inflación demencial del 27 mil %. Batimos el record mundial en el número de los golpes de Estado. Asesinaron a grandes líderes como Pablo Zarate Willca, Gualberto Villarroel, Oscar Unzaga, Cesar Lora, Ché Guevara, Marcelo Quiroga Santa Cruz, los de la Harrington y a tantos otros que se jugaron por sus ideas. Tuvimos una guerra civil, la federal, que dejó cicatrices que aún se abren. Pero también nos vanagloriamos de nuestras revoluciones, como la del 52, que no fue un lecho de rosas, y del coraje del pueblo que derrocó a feroces dictaduras, y del constante caer y levantarnos en la lucha por la democracia.
No, no estamos en el peor capítulo de nuestra historia pero ¡qué feo que está!
DIOS NO PUEDE ESTAR CUIDANDO IDIOTAS
Sí, está horrible. En las farmacias no hay una sola pastilla de Ivermectina o Iboprofeno, ni se encuentra disponible una cama de hospital , cien médicos y el doble de enfermeras han muerto combatiendo desprotegidos en esta guerra, se acabó el oxígeno y la vida de muchos miles. Ninguna familia se ha librado , todos llevamos luto. Y en medio de esta catástrofe brotan los miserables que venden falsos medicamentos, botellones de cualquier cosa con el nombre de dióxido de cloro, oxígeno en garrafas de GLP, y para qué les cuento más ...
El pueblo de Cohana, en la provincia Los Andes de La Paz, se puso de rodillas frente a las cruces de su cementerio para pedirle a Dios que la pandemia no se lleve más vidas.
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Foto: RR.SS
Pero, como bien se sabe, el virus no cayó del cielo, vino de la China, pasando de persona a persona y no hay mejor ocasión para los contagios masivos que una concentración como la de Villa Tunari, una nutrida feria en El Alto o un centro de trabajo sin medidas de bioseguridad.
Como dijo el presidente de Uganda, Kaguta Museveni: “ Durante una guerra, no te quejas del hambre, reza para que vivas, para que vuelvas a comer. No te quejas sobre abrir tu tienda, si tienes tiempo, corre por tu vida… Dios tiene mucho trabajo, tiene que cuidar a todo el mundo. No puede estar aquí, cuidando idiotas.”
¡Cuán cierto!, no esperemos que Dios, el gobierno o los médicos remedien nuestra idiotez. Vamos a caer inevitablemente si no entendemos que la muerte acecha en la puerta de casa.
JEANINE, RENUNCIA A TU CANDIDATURA ¡ POR FAVOR !
Jeanine Añez, en el día que lanzó su candidatura. Foto: Tele SUR.-
El gobierno transitorio tiene su parte, por ejemplo, siguió a pies juntillas las “recomendaciones” de la OMS y se negó desde el comienzo al testeo masivo para frenar el avance del contagio. Clausuró el año escolar y posesionó en su gabinete a Branko Marinkovic Pero, el error capital de la presidente transitoria Jeanine Añez fue lanzar su candidatura. Dividió las fuerzas democráticas y perjudicó su propia gestión gubernamental.
Jeanine Añez ahora tiene que hacer frente al segundo intento de Evo Morales de levantar cercos de hambre sobre las ciudades; tiene que frenar la ola de muertes causada por el COVID-19 y el desastre hospitalario; tiene que apagar el fuego que nuevamente esta consumiendo la Chiquitania; y, cumplir su mandato: garantizar las más transparentes, imparciales y difíciles elecciones de nuestra historia. No hay espacio ni tiempo para su candidatura.
Su renuncia sería un gran regalo para Bolivia que ayudaría a encontrar lo que más nos falta: UNIDAD, UNIDAD Y UNIDAD
FALTAN 73 DÍAS Y NADA MÁS
Este 6 de Agosto es una buena ocasión para comprometerse con una salida democrática a la crisis. Si los candidatos del bloque democrático finalmente no logran un acuerdo, los electores tendremos que concentrar el voto en el candidato que aparezca primero en las encuestas. Faltan 73 días y nada más para aplastar en las urnas de octubre el riesgo de volver a una dictadura.
Evo Morales se ha convertido en un caudillo indolente, como lo es el narcotráfico. De la presión social ha pasado a la criminal. Abiertamente expresa que los bloqueos tienen el objetivo de someter al hambre a millones de personas y cree el CAVID-19 matará a la población “innecesaria”, viejos, discapacitados y pobres, como parte de una guerra biológica. Ya no mueve a las grandes masas por una motivación ideológica sino que lo hace con plata. Ya no gana elecciones, recurre al fraude y la cúpula de su partido tienen un solo interés: volver al gobierno para seguir robando, tan acostumbrados están que algunos de ellos ya no pueden resistir la tentación de dos champús.
¡ÁNIMO¡ !VAMOS BOLIVIA!
Las urnas de octubre serán la sepultura de Evo Morales. Foto: RT
Antes y después de las elecciones Evo Morales buscará una confrontación violenta que estamos obligados a evitar con mucha paciencia. “La violencia puede asfixiar hasta la muerte nuestras esperanzas y sueños”, dijo en su última proclama antes de morir el congresista y luchador de toda una vida por los derechos humanos, John Lewis.
Tenemos que seguir soñando con vivir en paz, con poder trabajar y tener las mismas oportunidades económicas como cualquier otro, poder enviar a los chicos a la mejor escuela que debe ser la pública, tener a mano un hospital donde nada puede faltar, poder recurrir confiados ante un juez, opinar libremente sin temor, ser ciudadanos tan libres como responsables, poder elegir y controlar a nuestras autoridades sabiendo la fecha del fin de su mandato. En síntesis, queremos una Bolivia democrática, próspera y respetada por la comunidad internacional.
Sin embargo, alcanzar nuestros sueños exige primero atravesar la tormenta con un liderazgo gubernamental fuerte. Se vienen tiempos muy difíciles. Habrá una recesión económica mundial sin precedentes y una pandemia prolongada.
Como nunca y a pesar de las dificultades tendremos que encontrar el cause democrático para que los sueños se hagan realidad.
Aunque parezca lejano, ese día llegará. ¡Ánimo! ¡Vamos Bolivia! ¡Fuerza ¡
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