La prensa escrita tradicional se enfrenta a una crisis estructural donde lo digital y la publicidad en redes ha reducido los ingresos de la industria. Los hechos de octubre y noviembre del año pasado y la crisis sanitaria de este año han profundizado y acelerado el proceso de deterioro. Según la ANP los ingresos del sector han caído en más de 70% en los últimos cuatro meses y no es evidente que los ingresos por venta de publicidad, anuncios clasificados y ni siquiera venta de periódico puedan recuperarse post pandemia. La crisis es estructural y toca reinventarse.
El salto hacia la prensa digital tampoco parece resolver el problema. Si bien la creatividad y las posibilidades de comunicación se han multiplicado en novedosas formas de hacer periodismo, y la cuarentena ha empujado a un mayor consumo de noticias, esto no viene acompañado de un esquema de sostenibilidad financiera. En lo digital se tiene tráfico, se logra una comunicación efectiva, se tiene incidencia en temas de interés pero esto no viene acompañado de ingresos. El sistema tradicional por lo tanto no es viable pero el salto hacia lo digital tampoco permite visibilizar nuevos modelos de negocio sostenibles.
Las plataformas como Google y Facebook, concentran la publicidad digital y sus esquemas redistributivos por flujo de visitas son penosamente pequeños en relación a los ingresos percibidos. Ir hacia la suscripción, el patrocinio, la venta de servicios conexos, parecen oportunidades mejores que las de venta de publicidad. Si el nuevo modelo de negocios pasa por las suscripciones, ya emprendidas por varios periódicos en el mundo, todo indica que volveremos al inicio de la industria donde el negocio radicaba en la venta de las noticias y no de la publicidad. Tiempos de crisis suelen ser también tiempos de oportunidad.
Dadas las externalidades positivas de contar dentro de un sistema democrático con una prensa vigorosa y plural parece imperioso pensar en mecanismos de financiamiento desde organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y el Estado de emprendimientos que permita sostener prensa de calidad e independiente y a la vez contribuyan a la migración hacia lo digital. Desde el Estado esto requeriría de un mecanismo objetivo de asignación de fondos por rating o bien de un mecanismo de concurso que permita asignar fondos de forma transparente y para objetivos claros y de interés de la comunidad y la democracia.
La entrevista a los periodistas Rafael Archondo y Raúl Peñaranda abordamos estos temas que nos invita a reflexionar sobre la crisis del sector y las forma de reinventarnos no solo como industria sino también como trabajadores de un sector que ya ha dado un salto sin retorno. El programa completo en el siguiente link.