A La Paz

Por Germán Sandoval Peña.-

EN EL DÍA DE LA PAZ MI HOMENAJE Y DESDE LA PAZ UN PENSAMIENTO NACIONAL

Hoy se cumplen 211 años de la gesta libertaria de este valiente pueblo paceño.

En pocos días se cumplirán 195 años de nuestra independencia como nación, a 5 años del segundo centenario.

Si bien se de historia, no soy un historiador, sociólogo, antropólogo ni de cientista político.

He vivido con pocos años fuera, toda mi vida en Bolivia y casi siempre en La Paz. Pero conozco mi país de norte a sur y este a oeste.

Conozco toda mi gente, conozco tradiciones, usos y costumbres y también conozco de las luchas, revoluciones, grandes actos de valor y heroísmo, todo lo que ha marcado y generado al boliviano actual con todas sus virtudes y defectos.

Sé que la lucha y el esfuerzo por un mejor, más justo, más equitativo, con constitucionalidad y madurez política siguen en proceso. 

Quiero reflexionar más allá de las fechas históricas y tan reverenciadas por todos, donde estamos y en qué grado de desarrollo institucional, económico, social y político creemos que estamos.

Mi pregunta es ¿creemos que tenemos casi dos siglos como país y Estado?

En lo personal mi respuesta es un contundente no. Y no quiero generar una nueva historia y nuevos hechos, ni mucho menos.

Tampoco quiero provocar una polémica acerca de este punto de vista muy personal y que no pretende convencer a nadie.

Es probable que este pesimismo constante que tenemos los bolivianos, porque todo o casi todo nos sale mal, tenga una base en la frustración de tantos años y avanzamos, pero inmediatamente retrocedemos, y nunca o pocas veces damos saltos cualitativos y cuantitativos que beneficien a todos.

Supuestamente ya deberíamos ser un país hecho y derecho por el tiempo histórico transcurrido ¿pero este es real? Si, cronológicamente, pero desde otras lógicas de análisis yo diría que nuestros tiempos reales son otros.

Políticamente Bolivia tiene mucha historia, pero en logros políticos, cuyo objetivo principal en la construcción del Estado Nacional, es probable que estemos entrando a la adolescencia temprana.

En mi criterio la edad política de nuestro país empieza el año 1952, con la revolución nacional, antes eran dueños unos pocos.

Es en este periodo que se realiza un cronograma de construcción del Estado, con todos los problemas que conocemos, avances, retrocesos no se logra ejecutar.

Sin embargo se sientan las bases con un conjunto de leyes que sirvieron como la base material del Estado, leyes sociales de vanguardia mundial.

En lo democrático, en un par de años llegaremos a 40 años de continuidad democrática, lo que en tiempos históricos equivale a la niñez democrática.

También con grandes avances en leyes sociales, de género, de tolerancia, otra vez de vanguardia mundial.

Donde no fuimos lejos es en el campo del desarrollo industrial, pero hemos empezado, equivale a una niñez temprana aun.

Si en estas presuntas edades, a mi juicio, tan tempranas hemos llegado aquí, deberíamos TODOS intentarlo con mucho más esfuerzo, generosidad, y con mucha bolivianidad para no retroceder.

Tenemos 67 años de intento de ser Estado.

Tenemos casi 40 años de querer tener democracia madura.

Somos un país naciente recién, tenemos todo por ganar, solo nosotros seremos culpables del fracaso y las nuevas generaciones, con toda razón nos lo echaran en cara.

Reconstruyamos el país, la Nación y el Estado, usando todos los elementos y análisis multi dimensionales ya que ningún problema está aislado, todos están interrelacionados, la pobreza, la educación, la salud, la equidad, la institucionalidad, lo social, lo político y económico 

Por una vez pongamos al Estado y la economía al servicio de la sociedad.

Por una vez pongamos a las personas al principio y no al final.

Si en lo político estamos en la adolescencia nos falta mucho por aprender, estudiar, reflexionar e imitar. Hagámoslo, pero todos, pongamos el empeño para un diseño de una Bolivia no perfecta, pero posible.

Si en lo democrático estamos en la niñez, pues nos falta más y hay que empezar por el respeto y el civismo para también lograr una democracia posible.

Con estas dos tareas, base de un Estado y una democracia lo demás logros en todos los campos ya no serán imposibles, serán viables y posibles.