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120, 135, 413, 370, 533, 409, 618. Fue otra semana de días trágicos, de malas noticias, de colapso del sistema sanitario en Santa Cruz. El coronavirus no dio tregua y obligó a prolongar la cuarentena rígida hasta el 30 de junio. Este sábado se registró la cifra más elevada de la semana, 618 contagios, y los últimos siete días sumaron 2,598 casos. En todo el departamento ya se cuentan 11,154 personas con Covid19, el 72% de los infectados a nivel nacional.
Marcelo Ríos, director del Servicio Departamental de Salud (Sedes), advirtió que “en base al comportamiento de la población” se proyectan días difíciles. El gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, dijo que en estos tres meses de pandemia se hizo "todo lo que se ha podido", admitió que “la situación es crítica en el sistema hospitalario” y convocó a emprender “una gran cruzada por la vida”. La alcaldesa interina de la capital cruceña, Angélica Sosa, dijo que “toca ahora que el gobierno nacional cumpla”, aseguró que durante 93 días “lo hemos hecho solos” y pidió a la presidenta Jeanine Añez que “venga a Santa Cruz con sus ministros, vea la realidad con sus propios ojos”. Las autoridades cruceñas, anunciaron para este lunes una reunión ampliada del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) porque la crisis exige “una acción unitaria”.
RÉCORD DE CONTAGIOS Y UNA JORNADA FUNESTA
El martes 9 se registraron 413 contagios y, un día después, la Caja Petrolera de Salud activó las alertas del sistema sanitario: siete de las 12 muertes por Covid19 colapsaron la morgue de uno de los hospitales mejor equipados de Santa Cruz. El médico internista, Luis Jáuregui, dijo en televisión que “En las últimas 24 horas, hemos tenido nuestra jornada más funesta, lastimosamente siete personas fallecidas, Covid positivas, dos personas en emergencia y cinco en instalaciones hospitalarias. Tuvimos un colapso en nuestra sala mortuoria, que da para cinco pacientes y nos vimos colapsados”.
En una entrevista en el programa Que No Me Pierda de Red Uno, dijo que “venimos rogando que se respete la cuarentena y el distanciamiento social y vemos una respuesta muy mala. No podemos hacer magia, estamos desdoblando personal, trabajando 22 horas diarias, no damos abasto, necesitamos colaboración de la ciudadanía. El sector salud se siente desamparado”.
Jáuregui aseguró que en 50 años de historia de la Caja Petrolera de Salud nunca se había experimentado una situación semejante. “Hay gente que no logra entender la gravedad de lo que estamos viviendo, es terrible que tenga que vivir la muerte de un familiar para darse cuenta. El sistema de salud está desesperado. Médicos eminentes, llorando, sin saber qué hacer”. Lamentó que la población no respete las restricciones de la cuarentena y admitió que “no quiero pensar que va a ocurrir, la cuarentena se auto levantó y esto va a ser una especie de sálvese quien pueda”.
Los pasillos de la Caja Petrolera de Salud con fallecidos que ya no caben en la morgue.
Cuando el médico internista hablaba en la televisión, la fotografía de uno de los pasillos de la Caja Petrolera de Salud con los cuerpos de tres personas fallecidas que ya no cabían en la morgue de ese hospital se viralizó en las redes sociales. Además de los fallecidos por Covid19, los decesos por otras patologías obligaron a colocar los cadáveres en improvisados ambientes. Con 360 pacientes positivos internados, 210 en visita y asilamiento domiciliario y 110 enfermos con otras patologías hospitalizados, el colapso es inminente.
El coronavirus no ha dejado espacios libres en salas de terapia intensiva, ha obligado a habilitar cada día más camas exclusivas para pacientes Covid19 en el sistema sanitaria público, privado y de la seguridad social y, por si fuera poco, ha contaminado áreas destinadas a otras patologías de alto riesgo. Ocurrió en Yapacaní, donde tuvieron que cerrar la sala de hemodiálisis por el contagio de tres trabajadores de salud con Covid-19. En ese municipio con más de 100 contagios, los pacientes que requieren hemodiálisis fueron trasladados a Montero.
El 11 de junio la cifra de contagios subió a 533 y el 12 de junio el director del Sedes, Marcelo Ríos, reportó 409 casos y lamentó la muerte de 15 personas. “Muchos dudaban y no creían que íbamos a alcanzar estas cifras, ahora muchas familias lamentan y solo hablan de sus familiares y amigos que ya no están y no podrán volver a ver”, dijo.
La exhortación parece que cayó en oídos sordos, porque los contagios no disminuyeron. El 13 de junio, la lluvia no impidió la aglomeración de gente, como ocurrió durante la semana, por ejemplo, en el Plan 3000. Ese día, se registró la cifra más alta: 618 contagios.
Según el índice de riesgo municipal, 24 regiones de Santa Cruz registran riesgo alto y 32 riesgo medio. En lo que va de junio se han sobrepasado todas las proyecciones.
MALAS NOTICIAS Y DESATINOS
Las malas noticias se conocieron una tras otra. Al colapso de la Caja Petrolera de salud sobrevino la crisis en el Centro Nacional de Enfermedades Tropicales (Cenetrop). A través de su cuenta de Facebook, el laboratorio de referencia nacional de la mayoría de las patologías virales, parasitarias y micológicas del país, reveló que en sus pasillos se apilaron algo más de 2.000 muestras sin procesar por falta de reactivos e informó que su capacidad de procesamiento de pruebas Covid19 estaba seriamente limitada debido a que parte de su personal resultó infectado.
María Isabel Méndez, directora del Cenetrop, dijo que colapsaron, que “no hay donde poner más muestras, de 100 funcionarios, 42 están de baja por edad, por enfermedades de base o porque resultaron contagiados”. Dijo que el laboratorio cuenta con dos equipos con capacidad para procesar 500 muestras diarias y que el personal hace turnos de 17 horas en grupos de 20 personas, que “hay cansancio físico y mental por el trabajo a presión”, que se necesitan más equipos.
Esta semana murió Nancy Andia, la mujer que conmovió a la población por su desesperado peregrinaje por varios hospitales de Santa Cruz en busca de un respirador. El coronavirus no sólo truncó su vida, también impidió que se convierta en la primera mujer en recibir un trasplante de páncreas y riñón en el país.
La indumentaria de jardinería en lugar de indumentaria de bioseguridad.
Y en medio de todas las tensiones que soportan los trabajadores en salud, el municipio de Santa Cruz sorprendió al personal del hospital El Bajío del Oriente con una dotación de trajes de jardinería, en lugar de la indumentaria de bioseguridad que se requiere para atender a pacientes con Covid-19. Las fotos de la inusual indumentaria circularon por las redes sociales con un reclamo por la “burla” de las autoridades municipales que “ponen en riesgo la salud de los trabajadores”. La dotación llegó luego de un cruce de palabras entre una enfermera y la alcaldesa interina, Angélica Sosa. El fin de semana, cuando la enfermera pidió a la autoridad municipal materiales de bioseguridad para todo el personal del hospital, ésta le invitó a dejar su puesto e integrarse a las brigadas médicas. Aunque Sosa pidió disculpas, no pudo evitar un paro de dos horas decretado en 60 centros y cuatro hospitales municipales por la Federación Sindical de Ramas Médicas en protesta por el agravio y exigiendo dotación de materiales de bioseguridad y la contratación de personal para suplir las bajas provocadas por el contagio de Covid19.
Muere Rudiger Trepp, Gerente de Guabirá, y otros 2 trabajadores. 88 empleados del mismo ingenio están con COVID-19.
EL RIESGO DE REEDITAR EL DRAMA DE GUAYAQUIL
A todo ello se sumó la alerta del excívico cruceño, Carlos Dabdoub, que, en un mensaje por redes sociales, advirtió que Santa Cruz estaba camino a reeditar la dramática situación que vivió Guayaquil “con hasta 400 muertos por día, un sistema colapsado, sin medicamentos, y con el 40 por ciento de los trabajadores en salud contagiados”.
Aprendamos de Guayaquil que de tener muertos en las calles ya no registra decesos por COVID-19, dice el ex cívico Carlos Dabdoub.
Para que ello no ocurra, el también exministro de Salud, demandó la creación de una Comisión Especial de Emergencia con participación de todas las instituciones de a sociedad civil. Dijo que fue a través de una acción conjunta que Guayaquil superó el alto costo del coronavirus, “hoy son pocos los muertos, el sistema sanitario tiene capacidad para atender a las personas contagiadas, hay camas disponibles, hay medicamentos. Hay que aprender de la experiencia dramática que tuvo Guayaquil y cómo salió de esa situación”.
En su mensaje, Dabdoub aseguró que Santa Cruz tiene capacidad para superar la emergencia sanitaria, porque “Hemos vivido momentos dramáticos de distinta naturaleza y hemos salido adelante de manera conjunta y unida. Un ejemplo reciente es el movimiento cívico social de octubre noviembre 2019. Hay un grupo de instituciones y autoridades que están trabajando, pero no podrán resolver el problema porque la sociedad civil no ha sido considerada”.
“Salvemos a Santa Cruz” invocó, y pidió convocar a las cooperativas, las fraternidades, los colegios profesionales, las empresas privadas, la iglesia, para “elaborar un plan maestro que comprometa el trabajo de todos”.
Y la fórmula con la que Guayaquil pasó de la catástrofe a superar la Covid19, fue justamente destacada por el periódico La República del Perú. En una entrevista a Cynthia Viteri , alcaldesa de esa ciudad ecuatoriana, detalla que un comité que convocó a empresas privadas y un municipio que cortó con el Gobierno central para enfrentar la pandemia, permitió que Guayaquil pase de una vorágine con 460 muertes diarias a ninguna.
“Nunca tuvimos un momento más difícil como el de ahora", lamenta la alcaldesa y detalla que “Unos 500 médicos salieron a buscar casa a casa a los enfermos, les hicieron muestras y llevaron medicina. Pusimos 25 ambulancias, construimos dos hospitales grandes para atención intermedia que tienen 300 camas con oxígeno, y 35 clínicas móviles que recorren toda la ciudad. Al 10 de mayo llegamos con cero muertes por encima de lo normal y la velocidad del virus reducida de 3,3 a 1,2. Al día de hoy tenemos veinte días saltados con cero muertes”.
El modelo cooperativo de salvataje de Guayaquil, según Viteri, es una suma de fuerzas. Y cuando le preguntan ¿qué se puede copiar de Guayaquil?, responde: “Tres cosas: buscar e identificar a los enfermos, no esperarlos. Atenderlos. Rearmar el presupuesto y planificar una nueva ciudad. Nosotros decidimos vivir y comer. Todo lo que planteamos gira en vivir y comer”.
Amplios sectores en desacato estimulan los contagios y muertes masivas.
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