Por Jimena Mercado C.-
La pandemia del coronavirus llegó a Bolivia para cambiar las reglas de convivencia. En medio de la crisis sanitaria, los industriales, empresarios y constructores se aprestan a implementar medidas de bioseguridad para minimizar los riesgos del contagio entre sus trabajadores, pero también para ejecutar la “modernización laboral”.
Ante el inminente retorno paulatino y progresivo a las actividades económicas, la Cámara Nacional de Industrias (CNI), la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y el Colegio de Arquitectos de Bolivia observaron por separado, que se pretenda que las empresas asuman una indemnización de 24 sueldos al trabajador que fallezca con COVID-19. El Código de Seguridad Social será el que defina el pago.
La CNC plantea una corresponsabilidad del empleador, trabajador y el Estado, además del monitoreo personalizado del trabajador para evitar un contagio masivo.
En tanto, el sector industrial llama a cuidar el empleo formal, pues tienen a 35 mil industrias registradas en Fundempresa que generan 104 mil empleos formales, pero el registro del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) contempla a 600 mil personas en la manufactura, cifra que comprende tanto a formales como a informales.
El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic en contacto con Cabildeo Digital, afirmó que luego de más de 50 días sin la posibilidad de trabajar, ni de vender para el 80% de las industrias, finalmente el 29 de abril se dictó el decreto 4229 por el cual se permite desarrollar algunas actividades económicas como la industria, construcción y exportaciones y retornar al trabajo de manera progresiva.
“La nueva situación es que podemos salir a trabajar con estrictas normas de bioseguridad, la Cámara Nacional de Industrias ha trabajado con expertos para elaborar protocolos que se han socializado con ministros del área económica y la Alcaldía, y esos documentos nos sirven como base para proteger la vida de los trabajadores”, explicó.
Foto: EFE
Blazicevic advirtió que no se puede trabajar sin protocolos de bioseguridad como el barbijo, el distanciamiento social, el uso de productos de limpieza y desinfección continuos tanto en áreas de trabajo como en los vehículos de transporte.
Sin embargo indicó que en la industria de alimentos, la mayoría cuenta con certificaciones ISO de inocuidad lo que significa que tienen protocolos de seguridad y calidad.
El gerente General de la CNC, Gustavo Jáuregui recordó que en reunión sostenida entre el sector empresarial, industrial y construcción con cuatro ministros y el Alcalde de La Paz, se determinó retornar a las actividades económicas en el municipio de La Paz y en los continuos como Palca, Mecapaca y otros a partir del 1 de junio bajo ciertas características.
Mencionó que el retorno a las actividades económicas a nivel nacional será bajo tres ejes: el escalonamiento gradual sectorial, el regional de acuerdo al nivel de riesgo y la incorporación de medidas de bioseguridad.
“Con algunas características especiales de trabajo en horario continuo de seis horas, estaríamos entrando a riesgo intermedio, adicionalmente criterios que surgieron es que a la vez que sueltas algunas actividades para reactivar la economía, se deben generar algunas medidas para atenuar el impacto de la recesión económica”, dijo a este medio.
MODERNIZACIÓN LABORAL
Desde la CNC se planteó algunas medidas en el ámbito laboral que no tuvieron eco, según Jáuregui, pero que el sector privado considera necesarias como las vacaciones colectivas o pausa laboral como parte de una estrategia de modernización laboral.
“No hablaremos de flexibilización laboral porque es un término que se lo ha empleado hace muchísimos años atrás, y es como una mala palabra en esta relación obrero-patronal, entonces es una modernización porque la coyuntura de los años 50 ha quedado un poco rezagada ante la nueva coyuntura a nivel mundial”, dijo.
En ese marco informó que se planteó al gobierno que a través de se aprueben las vacaciones colectivas mientras dure la emergencia por el COVID-19 para evitar contingencias sanitarias, así como la pausa laboral, para que algunos trabajadores dejen de trabajar por un lapso de 90 días sin salario y retornen al día 91 a su fuente laboral.
“También hemos planteado la renegociación de los contratos laborales; considerando que se ha incorporado el teletrabajo y otros métodos”, señaló el gerente de la CNC.
DEUDAS Y DESORDEN
Por su parte, el presidente del Colegio de Arquitectos de Bolivia, Manolo Maita observó la falta de organización en las oficinas encargadas de otorgar las autorizaciones de circulación de vehículos, así como falsedad al momento de la declaración de conductores.
Consideró que las empresas de la construcción no están en condiciones de asumir el pago de 24 salarios por cada trabajador de fallezca por COVID-19, más aun cuando el Estado tiene una deuda millonaria con este sector, desde el nivel central hasta el subcentral por lo que las constructoras enfrentan iliquidez.
“El origen del contagio es difícil de determinar porque podría ser en la calle, a través de familiares, en el mercado u otros sitios, por lo que es muy subjetivo por lo que considerar el contagio del COVID-19 como accidente de trabajo es una carga muy grande que recae sobre el empleador”, sostuvo.
Maita dijo que hay un problema incluso cultural de los trabajadores de la construcción de masticar coca por ejemplo y escupir en la propia obra, por lo que presume habrá cierta resistencia en acatar las medidas de bioseguridad.
Señaló que es necesario que desde el Estado se dinamice la inversión pública en infraestructura de salud, tras haberse evidenciado el estado precario en el que se encuentra el país en este rubro.