Vía ABC.-
El científico australiano Robert May, padre de la famosa teoría del caos, ha muerto la semana pasada a los 84 años de edad, tal y como recoge The Guardian. Nacido en Sydney el 8 de enero de 1938, el trabajo de May fue influyente en biología, zoología, epidemiología, física y políticas públicas. En sus últimos tiempos aplicó principios científicos a la economía y modeló la causa de la crisis financiera mundial de 2008.
May influyó en los campos de la ciencia a través de su profunda comprensión de la complejidad. Demostró que, a medida que los sistemas se vuelven más complejos, tienden a volverse más inestables y caóticos. Puso de manifiesto que un sistema complejo y estable puede colapsar en turbulencia o caos. El principio se aplica tanto a la física de los fluidos como a las poblaciones de seres vivos o incluso a los sistemas financieros, según demostró May.
Reconocimiento de la comunidad científica
«Pensaba que existían similitudes entre los sistemas y que esas semejanzas pueden ayudarnos a desarrollar teorías unificadoras», dijo el ecologista de la Universidad de Princeton Simon Levin, en un comunicado del Instituto Santa Fe.
Por su parte, el profesor Ben Sheldon, jefe del departamento de zoología de Oxford, afirmó que el trabajo de May había «cambiado campos completos» de la ciencia. Ademas, el actual presidente de la Royal Society -que May también presidió-, Venki Ramakrishnan, aseguró que May era «un hombre extraordinario» que «impulsó un gran cambio en todos los ámbitos en los que comprometió sus talentos». «Bob era un comunicador natural y usó todas las vías disponibles para compartir el mensaje de que la ciencia y la razón deberían estar en el corazón de la sociedad».
Trayectoria
May asistió al Sydney Boys High School y a la Universidad de Sydney, donde completó un doctorado en superconductividad. Entre 1995 y 2000 fue el principal asesor científico del gobierno del Reino Unido, fue nombrado Lord en 1996 y fue presidente de la Royal Society entre 2000 y 2005. En 2007, ganó la Medalla Copley, el premio más prestigioso de la Royal Society, que también fue recibido por científicos de la talla de Stephen Hawking, Albert Einstein, Charles Darwin y Dorothy Hodgkin, entre otros.
May fue elegido por primera vez como miembro de la Royal Society en 1971, y sus otros premios incluyen el premio Craaford, el premio Blue Planet y el premio Balzan.
A May le sobreviven su esposa Judith y su hija Naomi.