Ayer Bolivia vivió un drama peculiar dentro de la emergencia del coronavirus; el secretario de Salud de Montero, José Luis Nogales, hablaba del fallecimiento de una mujer de 36 años de edad, quien además estaba embarazada y adquirió el COVID-19.
La autoridad en salud sostuvo que la paciente estaba bien clínicamente, pero en la madrugada comenzó a complicarse su situación sin explicación lógica. Se intentó realizar los procedimientos del caso, pero después se declaró el óbito.
Un tanto contradictoria fue la versión del secretario de Salud de la Gobernación de Santa Cruz, Óscar Urenda, quien dijo que la mujer ingresó con complicaciones pulmonares y que estaba con problemas respiratorio, asimismo, indicó que la noche de ayer pasó a terapia intensiva con un respirador, pero no resistió.
La mujer que llevaba 26 semanas de gestación conoció de su positivo el pasado 3 de Abril. Por protocolo de la Organización Mundial de Salud el cuerpo de la fallecida tiene que ser cremado.