Por Hernán Paredes Muñoz.-
Muchas cosas cambiarán después de esta pandemia, pero principalmente cambiaremos nosotros mismos por comprensión o miedo. Nos daremos cuenta que no volveremos a la “normalidad”, porque justamente la “normalidad” en la que vivíamos, nos hizo vulnerables, indisciplinados y hasta insensatos.
Sí o sí, cambiaremos nuestros hábitos de seguridad. Tan o más peligroso que encontrarse con un delincuente en la calle; será estar desarmados ante un enemigo invisible que se puede entrar hasta nuestro pulmón¡¡¡ Así como la Policía establece anillos de seguridad en torno a algo preciado; de la misma forma, nosotros reflexionemos sobre cuáles son los anillos de bioseguridad personales que necesitamos. Verdaderos Anillos de Vida. Seamos pues, más inteligentes que el virus.
Distancia social, o estar a distancia de personas que no sabemos si son o no, portadoras del mortal virus. Ese es el anillo primer anillo. La transmisión puede ser al hablar y facilitar el ingreso a la boca o nariz de otra persona. Por la ley de gravedad, el virus caerá al suelo, antes de entrar a nuestro cuerpo, tomemos la distancia suficiente. Nunca más oportuna la recomendación: hablar menos y escuchar más.
Barbijos, sí. En muchos países se ha demostrado la clave para evitar contagios: usar barbijos. Es más, muchos gobiernos han establecido la obligación de usar barbijos en lugares públicos. Pero no cualquier barbijo, tienen que ser barbijos que no permitan el paso de los virus. Pregunto: ¿barbijos similares al N95 se pueden producir en el país?. Sí, pero necesitamos que los tres niveles de gobierno apoyen claramente las iniciativas que en muchos lugares territorio nacional se han manifestado. Barbijos, nuestro segundo Anillo de Vida.
El tercer Anillo de Vida, es evitar estar en ambientes que tengan mayor probabilidad de estar infectados. Intentar no exponerse, salvo que sea realmente imprescindible. Por ejemplo, los bancos, mercados, hospitales, etc., donde haya concentración de gente. Sin duda son focos de infección. Esto también sucede en el hogar, cuando entran y salen sus miembros. Por eso, con un poco de lavandina y agua, fumigar regularmente el lugar donde vivimos.
Mucho ayudaría que en acuerdos públicos/privados, así como han empezado los mercados móviles (venta en camiones, por ejemplo), tengamos cajeros de bancos móviles y puestos de salud ambulantes. Decisión y logística, son imprescindibles.
Si el virus entró por la boca, necesitamos sacarlo a la brevedad posible. ¿Cómo? Con enjuague bucal importado o natural, por ejemplo bicarbonato con mate de manzanilla; agua con sal y limón, o mate de andres waylla. Siempre tibio o lo más caliente que pueda. Es imprescindible
enjuagarse la boca con la misma frecuencia que nos lavamos las manos o nos ponemos gel. Botar al virus es el cuarto Anillo de Vida.
Si el virus entró por la nariz, también necesitamos sacarlo. No sabemos en qué momento entró, no nos daremos cuenta. Por eso, hay que limpiar las fosas nasales, fluidificar el moco. ¿Cómo?. Hacer hervir eucalipto y esparcir su vapor por todos los ambientes. Respirar directamente este vapor, sin quemarse. Pero también, entre otras cosas, consumir ajo o sopa de pollo caliente, que logran botar impurezas por los poros y la nariz. Quinto Anillo de Vida.
Ahora bien, si entro el virus y usted es una persona débil, la situación es crítica. Por eso, es vital tener los hábitos para fortalecer el sistema inmunológico de nuestro cuerpo, esto es, simplemente aumentar nuestras defensas: ¿Cómo?
Usted, seguro ya lo sabe. Sólo para recordarlo. Nutrición inteligente, dormir lo suficiente como para recuperar y almacenar fuerzas y tener un estado de ánimo positivo. No hay magia, simplemente falta decisión, voluntad, informarse, probar cómo hacerlo, conocerse más y cada vez hacerlo mejor. Cada persona es única, por eso lo que le hace bien a María puede no tener el mismo efecto en José. Ser y estar fuertes, es nuestro sexto Anillo de Vida.
Hagamos un recuento, son seis (6) Anillos de Vida en sus manos, el Séptimo de Anillo de Vida posiblemente ya no esté en sus manos, estará entre Dios y el Sistema de Salud Público/Privado.
Antes de terminar una pregunta, ¿estas sugerencias fueron parte de sus hábitos de vida normal, antes del Coronavirus?. Seguramente no. Por eso, aprendamos a construir la nueva normalidad de la vida. Comprendamos que la verdadera libertad es con auto-disciplina.