El presidente chileno Sebastián Piñera pronunció este lunes una polémica frase sobre las mujeres abusadas que generó una ola de repudio inmediata y lo llevó a rectificarse poco después. Y lo hizo en el contexto de un acto para anunciar la promulgación de la llamada Ley Gabriela, que amplía la figura del femicidio a todos los crímenes por razones de género.
El Presidente profirió la expresión al interpretar un texto que había escrito Gabriela Alcaíno, una joven de 17 años que fue asesinada junto a su madre por su pareja, y cuyo nombre lleva la legislación. “Gabriela dijo alguna vez: ‘si hay algo que mi mama me enseñó es que nadie puede ponerme el dedo encima, ni la mano, ni nada. Yo sé lo que es el amor propio’. Y eso reflejaba una actitud que es muy necesaria", dijo como introducción a la frase en cuestión. Y a las mujeres que “no permitan ser abusadas”, razonó, la sociedad entera la va a ayudar a denunciar y evitar que esos hechos sigan ocurriendo”.
Las críticas no tardaron en llegar. El mismo padre de Gabriela, Fabián Alcaíno, calificó las declaraciones de “desafortunadas” porque “es no escuchar, es no entender que acá la culpa no es de la mujer”. En tanto, la Coordinadora Feminista 8M, que ocupa un rol significativo en la organización de la huelga de mujeres que tendrá lugar el próximo 8 de marzo, realizó una serie de publicaciones en la que aseguró que “Piñera no puede evitar que la misoginia se le escape por los poros”.