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Por Amalia Pando

DEL AUTOGOLPE AL INTENTO DE GOLPE

Evo Morales es un golpista.  Llevó adelante dos  fallidos intentos de golpe de Estado y va por el tercero.

El primero fue un autogolpe. Aprovechando  la concentración de poder en sus manos, manipuló a su favor a  los Tribunales Constitucional y Electoral para quedarse en el poder al margen de la Constitución y de la voluntad popular expresada en las urnas el 21 de febrero de 2016 y el 20 de octubre de 2019. Esto es AUTOGOLPE.

El segundo intento se inició la noche del 10 de noviembre de 2019 y se prolongo por 10 días. Con cercos de hambre sobre las ciudades, particularmente en torno a la sede de gobierno, esperaba dividir a las Fuerzas Armadas para un golpe de Estado 8que destituya a la presidente Jeanine Añez y le devuelva su sitial en la Plaza Murillo.

Esta violenta asonada posiblemente quiso repetir  lo sucedido en 2002 en Venezuela cuando destituyeron a Hugo Chávez por una horas y regresó aclamado por el pueblo y una fracción de la Fuerza Armada.

Y el tercero, todavía está en la cabeza de Evo Morales y es parte de su cotidiano devaneo político. El pasado mes de enero, desde Argentina, propuso crear “milicias armadas”.  El pasado 21 de febrero, en una conferencia de prensa en Buenos Aires, habló de “militares patriotas” y reconoció  que pasa su exilio en permanente contacto, léase conspirando, con miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía:
“.. Estoy en contacto con algunos miembros de las Fuerzas Armadas. Se comunican. No solo están preocupados sino protestan contra algunos comandantes, incluso contra el actual comandante… preocupados, cómo era antes, cómo está ahora, por eso empiezan a cuestionar a sus comandantes..”
Y más adelante agregó otra confesión: “… y también saludo a algunos hermanos que sus hijos son suboficiales de la policía que sigo en contacto… algunos grupos de policías (están) arrepentidos por haber sido engañados por el golpe.. “. NODAL, dirigido por Pedro Brieger.

Como dicen en los tribunales, a confesión de parte, relevo de pruebas. Evo Morales sabe que por la vía electoral no podrá volver. Ni siquiera pudo habilitarse para candidato a senador y en su delirio  imagina “milicias armadas” y a  militares y policías golpistas llevándolo en hombros a la Plaza Murillo.

Tal es su delirio que el pasado 1 de febrero dijo en una larga entrevista al periódico chileno La Tercera  que en Bolivia “todos lloran para que vuelva”.

Al día siguiente de esta publicación, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Mamani, del MAS, salió a dar una vuelta por la Plaza Murillo y a su regreso reveló su constatación: “No he visto a nadie llorando par que regrese Evo Morales”, dijo.


LOS MILITARES Y LOS GOLPES DE ESTADO

Bolivia tuvo 191 golpes de Estado. ¡ Algo sabemos al respecto.! Desde 1971, mi generación fue testigo de los siguientes golpes:  de Hugo Banzer Suárez contra Juan José Torres, 1971; de Juan Pereda Asbún contra Hugo Banzer, 1978 ; de Alberto Natusch Busch contra Walter Guevara Arce 1979; de Luis García Mesa contra Lidia Gueiler, 1980; golpe fracasado que cambió el gobierno de  Celso Torrelio Villa por el de Guido Vildoso. Fue el último antes de la apertura democrática de 1982.
Con toda esta experiencia solo Evo Morales puede confundir la “Revolución de las Pititas” con un golpe de Estado.

El  golpe de Estado  es una acción violenta de un grupo de élite al margen del orden constitucional que utiliza una institución del Estado para cambiar el gobierno o quedarse en él por encima de la leyes. Por lo tanto, hay que estar en la cúspide de esa institución. Un ciudadano de a pie, un sindicato o un partido no puede - ni queriendo- ejecutar un golpe de Estado. La  institución indicada son las Fuerzas Armadas pero también podría ser el Parlamento  o el propio Ejecutivo con la complicidad indispensable de las Fuerzas Armadas.

El  golpe de Estado demanda  de una preparación conspirativa y puede ser muy cruento como ocurrió con el golpe del coronel Banzer en 1971 o el del general García Meza en 1980.  Los golpistas pueden enfrentarse a otra fracción de las mismas Fuerzas Armadas y, por lo general, a la población que resiste el cambio del gobierno o su permanencia ilegítima. A veces el pueblo impide la consolidación del nuevo gobierno de facto, nacido  de las metrallas y los tanques. Es el caso del golpe dirigido en 1979 por el coronel Alberto Natusch Busch. Después de 10 días de resistencia popular en las calles de La Paz y alrededor de 100 muertos, los golpistas se replegaron, dejando al Parlamento elegir a Lidia Gueiler como la nueva presidente de Bolivia.


LOS CIVILES  GOLPISTAS
Hay civiles que participan de los  golpes militares pero siempre como actores secundarios. Por ejemplo, en 1971 el golpe de Banzer fue coauspiciado por el MNR y la Falange. Sin embargo, el papel determinante está destinado a los militares porque son quienes  ejecutan  la acción de tomar por asalto el gobierno.

Sin embargo, también hay golpes de Estado  desde el Parlamento, con el aval de la Corte Suprema de Justicia y la participación pasiva de las Fuerzas Armadas. Son momentos  en los que el  presidente está políticamente  aislado y en minoría. Y aunque tienen respaldo popular no les alcanza para revertir un cambio de gobierno fuera del orden constitucional.


GOLPES PARLAMENTARIOS

Dos casos parecidos se produjeron en Honduras, junio 2009 y Paraguay, junio 2012.

HONDURAS: LO SACARON EN PIJAMAS

El presidente José Manuel Zelaya (2006-2009) fue  destituido por los militares con la venia de los demás poderes del Estado.  Contra viento y marea, Zelaya había convocado a un referendo para viabilizar  una Asamblea Nacional Constituyente que despertó temores sobre sus intensiones prorroguitas.  El golpe contra Zelaya se desató después de la destitución del Jefe del Ejército que se negó a distribuir las urnas para el referendo.
A  las 5 de la mañana del 28 de junio 2009,  un comando militar secuestró al presidente de Honduras. Lo sacaron a la mala de su residencia, en pijamas, para conducirlo  al aeropuerto. Lo expulsaron en avión hacia Costa Rica.
Inmediatamente, la Asamblea Legislativa nombró a su presidente, Roberto Micheletti como sucesor de Manuel Zelaya.

PARAGUAY: JUICIO SUMARIO

El otro golpe parlamentario se produjo en el Paraguay contra el Obispo Fernando Lugo cuando le faltaba solo nueve meses para cumplir su mandato de 5 años.

El Juicio político duró dos días y la defensa dispuso de apenas dos horas. Se procedió a votar. A favor de “culpable“  115 votos en diputados  y 39 en senadores, es decir, la gran mayoría. Lugo aceptó el dictamen y permaneció en el país haciendo oposición al poderoso Partido Colorado que lo destituyó. Los colorados permanecieron 61 años continuos en el poder, incluidos los 35 de Stroessner.

BRASIL: SIN CAUSA RAZONABLE

En el Brasil, agosto de 2016, la presidente Dilma Rousseff  también fue destituida por el Parlamento. La votación final en el Senado fue de 61 votos a favor de la destitución contra 20. A diferencia de los casos anteriores, este juicio político o impeachment duró 8 meses y sus impulsores insisten en que se respetaron las normas constitucionales. Sin embargo, el motivo fue un pretexto, una supuesta violación de la Ley Presupuestaria. En todo caso, la suerte de Dilma ya había sido echada en las calles, en  las multitudinarias marchas que recorrieron todo el Brasil, en 160 ciudades de 26 estados, entre 2015 y 2016 pidiendo su renuncia: ¡ Chau Dilma! La indignación popular tenía que ver con el caso Lava Jato y la corrupción gigantesca en el partido gobernante, el Partido de los Trabajadores, el P. T. de Lula da Silva.

EL FUJIMORAZO
En 1990, a través de la radio y la televisión, el presidente del Perú, Alberto Fujimori, informó su decisión de convertirse en dictador. Fue un autogolpe perfecto. Con el apoyo de las Fuerzas Armadas, disolvió el Congreso e intervino el poder Judicial y el Ministro Público.

Fujimori fue el primer populista de la región y como todos los que aparecieron  tras de él, su propósito fue quedarse indefinidamente en el poder. El autogolpe se produjo cuando apenas empezaba su primer mandato, al año y nueve meses de haber sido elegido en las urnas.
En 1993, cambió la Constitución para permitirse seguir en carrera electoral. Y, en efecto, ganó las siguientes dos elecciones. Pero, a los cuatro meses de haber iniciado su tercer mandato , en noviembre del año 2000, renunció por fax desde el Japón donde pensaba refugiarse de la ola de denuncias de una corrupción descomunal y masacres cometidas so pretexto de la lucha anti terrorista.

Junto a su hombre de confianza, Vladimiro Montesinos, Fujimori fue condenado en octubre de 2010 a 25 años de prisión. La Fiscalía rastreó las cuentas de Montesinos y encontró 49 millones de dólares escondidos en varios depósitos en el exterior.

DEL GOLPE A LA GUERRA CIVIL

Los golpes de Estado son  una aventura con resultado incierto. El peor de todos ocurrió en España, 1936. El golpe del general Francisco Franco contra el  naciente gobierno electo del Frente Popular no pudo triunfar de inmediato pero tampoco pudo ser aplastado así que derivó en una salvaje guerra civil de 3 años que terminó con la vida de medio millón de personas.

“No había nada, nada sobre la tierra… Bajo ella, muertos infinitos yacían en confusión…“ de Francisco Ayala, citado por El País, febrero de 2019.

El victorioso generalísimo Franco impuso una dictadura que duró cuatro décadas (1939-1975).
 Nosotros los bolivianos hace apenas cuatro meses estuvimos al borde de una  guerra civil, nos aproximamos al olor a muerte, de la  hambruna y  la desesperación. ¡Qué gran victoria fue la pacificación ¡

HUGO CHÁVEZ EL GOLPISTA

A media noche del 03 de febrero 1992, un importante contingente militar encabezado por el entonces desconocido teniente coronel Hugo Chávez Frías intentó derrocar al gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez. Sin embargo, los militares leales al gobierno desbarataron la intentona y 48 horas más tarde  los golpistas se habían rendido y depuesto las armas.  Dos años después todos estaban libres.

El fracasado golpe de 1992 no solo fue reivindicado por Chávez sino celebrado durante los 14  años que duró su gobierno. (1999-2013) Finalmente ese golpe le dio tribuna contra el neoliberalismo y 7 años más tarde ingreso al Palacio de Miraflores por la puerta grande , ganando las elecciones.

EL GOLPE CONTRA CHÁVEZ

Duró 28 horas, ocurrió el 14 de abril 2002 cuando un grupo de militares arrestó al presiente constitucional de Venezuela Hugo Chávez Frías y lo envío a la isla de Orchila. Pocas horas después Chávez estaba de retorno en el Palacio de Miraflores.

Este golpe  militar tuvo una particularidad, estuvo instigado y coordinado líderes de la sociedad civil. Por eso, bien se puede hablar de un golpe cívico-militar. Mientras se ejecutaba la operación militar, se declaró una huelga en la empresa estatal del petróleo y salieron en manifestación hacia el  Palacio de Gobierno cientos de afiliados a la  Confederación de Trabajadores de Venezuela.

Cuando se creía que el golpe había triunfado, los militares entregaron el gobierno a un poderoso empresario, Pedro Carmona, Presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Venezuela.
La reacción popular frente al golpe de Estado fue inmediata y  masiva en las calles de Caracas. Chávez llevaba apenas 4 años en el gobierno. Venezuela, el país del whisky y el petroleo, vivía la inicial borrachera ideológica de un cambio social a favor de los pobres y postergados de la sociedad.
El repudio al golpe fue aún más contundente en la propia Fuerza Armada. La   mayoría de los regimientos militares  se amotinaron contra los golpistas y rescataron al presidente depuesto que retorno triunfante y vigoroso a sus funciones. 10 años después, Chávez seguía de presidente, más poderoso que nunca y hubiera podido permanecer así muchos más sino hubiese sido por la mortal enfermedad que le quitó la vida en 2013.

No sería extraño que la inesperada renuncia y posterior huida de Evo Morales hubiera estado inspirada en  la hazaña de su mentor Chávez. Si éste era el plan, les salió mal, primero porque Evo no era el Chávez del 2002 y, segundo, porque Evo se enfrentó a una Revolución y no a un golpe.

ERDOGAN EL TIRANO

A propósito de golpes de Estado contra presidentes autoritarios y populistas, lo ocurrido en Turquía en 2016 terminó en tragedia. Una fraccion de las Fuerzas Armadas se levantó contra Recep Erdogan a quien no pudieron detener, a pesar de haber bombardeado la Asamblea Nacional y el Complejo presidencial. El golpe fracasó dejando 248 muertos, 2200 heridos y más se 100 mil procesados. 151 personas fueron condenadas a cadena perpetua. Además están en prisión: 40 periodistas, 6.900 militares, 8.800 policías y 2.400 jueces. La purga en todas las instituciones dejó también a 127 mil empleados públicos despedidos  y un Erdogan convertido en un tirano sin frenos.

GUAIDÓ, EL GOLPISTA

Juan Guaidó, apostado a las afueras de la base aérea La Carlota y con megáfono en mano, esperó la mañana de ese  30 abril  2019 que al menos una fracción de la Fuerza Armada Bolivariana se declarará en rebeldía contra la dictadura de Nicolás Maduro. Pero, las puertas de los regimientos se mantuvieron cerradas. Claro que hubo conspiración y compromisos, pero a la hora de la verdad lo dejaron solo con su “Operación Libertad”. Lo mismo le pasó en Bolivia, 1956, a Óscar Únzaga de la Vega, el máximo líder de la falange quien la misma noche de su fracasado golpe apareció muerto en circunstancias  nunca esclarecidas.

A pesar del walkover de los militares , Guaidó no se rindió y al día siguiente, primero de mayo, siguió con las movilizaciones contra la “usurpación”, muchas frente a los cuarteles, sin que al régimen se le moviera un pelo.

El único golpe de Estado que triunfó en Venezuela, fue el autogolpe de Nicolás Maduro. Se proclamó ganador de  las anticipadas elecciones realizadas en mayo 2018 para el período 2019-2025. Triunfo solo explicable por el  sometimiento de la Corte Electoral   y por un enorme fraude , confesado por  la propia empresa encargada del sistema informático. Ocho meses después, en enero 2019, Maduro inició su segundo gobierno, pero éste de facto, la llamada “usurpación “, resistido por la gran mayoría del pueblo venezolano,  repudiado por una parte de la comunidad internacional, con sanciones económicas por parte del gobierno de Estados Unidos, pero fuertemente sostenido por la cúpula militar.

Por su parte, 13 días después, el  presidente de la Asamblea Legislativa, Juan Guaidó, de 37 años, en medio de una imponente concentración popular  juró como  presidente encargado de la República de Venezuela, por sucesión constitucional, ante la inexistencia de un presidente democráticamente electo.

 Sin embargo,  Guaidó no  preside tanto un gobierno como  la resistencia a la dictadura, y a veces lo hace de modo desesperado, apostando a golpes de Estado con inexistentes “militares patriotas”.
Venezuela es la llaga abierta más dolorosa de la región. Los 4 millones de venezolanos que deambulan por el continente son el testimonio viviente de las atrocidades de una dictadura.
De haber triunfado el autogolpe de Evo Morales, siguiendo los pasos de Maduro, el lamento boliviano duraría muchos años o tal vez décadas. Pero no pasó y ahora estamos a escasos dos meses de elegir un nuevo gobierno democrático y constitucional, en elecciones que serán ejemplares.

Un final feliz para una historia con tantas penurias.

Bibliografía:
Carlos D. Mesa Gisbert, marzo 2016, Presidentes de Bolivia: Entre Urnas y Fusiles.
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Www.mundo.sputnik.com, 27 junio de 2019, Cronología del golpe.
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Www.elpais.com, 27 febrero de 2019, ¿Cuántas víctimas se cobró la Guerra Civil?.
Www.elespañol.com,  1 e abril de 2019, El infierno de la Guerra Civil.
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Www.analitica.com, 30 de marzo de 2017, El Fujimorazo.
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Www.bbc.com , 11 de abril de 2012, En las entrañas del fracasado golpe a Chávez.
Www.m.notiamerica.com,  ¿Por qué falló el golpe de Estado en Venezuela?
Www.bbc.com, 3 de mayo, 2019,Juan Guaidó y Leopoldo López protagonistas de un golpe.
Www.aa.com, 16 de julio 2019, Así fue el golpe de Estado en Turquía.
Www.lavanguardia.es, 15 de julio de 2017, El golpe que convirtió a Erdogan en Sultán.