El gobierno de Jeanine Añez tardó un valioso mes en adoptar medidas contra la propagación del Coronavirus. Ese descuido dejó que BoA trajera el virus desde Madrid en dos pasajeras que “llegaron a morir en su tierra ”.
Por el momento , son los dos únicos casos confirmados, sin embargo han causado en la gente un pánico desproporcionado que se ha volcado a las farmacias y mercados, los cines se vaciaron, se suspendieron hasta las presentaciones de libros y otras actividades culturales.
Respondiendo al miedo, la presidenta Jeanine Añez y su gabinete han tomado siete medidas. Dos de ellas acertadas : la suspensión de los vuelos de BoA desde y hacia Madrid y la formación de un gabinete que atienda la emergencia del Coronavirus. Mas vale tarde que nunca.
Pero también clausuró hasta fin de mes las actividades educativas en colegios y universidades. Ahora si estamos en pánico, pánico porque el gobierno no entendió nada sobre esta pandemia.
El virus no ha cobrado víctimas entre niños y jóvenes. La mortalidad en enfermos mayores de 40 a 50 años es del 0,02 %. Y, es mortal en un 2 % entre las personas mayores de 60 años, las más débiles, las que por otras razones padecen de los pulmones, en ellas el virus es una estocada final. Pero, la gran mayoría sobrevive al contagio.
Al cerrar las escuelas, además del perjuicio mismo, aumentamos el miedo que es el motor del desastre económico. A la caída de los precios de de las materias primas y de los turistas, sumaremos, por efecto del miedo, la caída en las ventas en restaurantes, cines, comercios, y por tanto, también en las recaudaciones del gobierno . Todo eso con sólo dos pacientes llegados de Europa.
La Presidenta pidió unidad de los candidatos contra el coronavirus y los partidos han suspendido sus respectivas campañas. No ganamos nada. Lo que necesitamos es un vuelco de atención a los hospitales. Si Evo Morales no se hubiera gastado la plata en aviones, helicópteros y canchitas, sin duda estaríamos en optimas condiciones para enfrentar esta pandemia internacional.
Hace pocas horas, un hombre de 65 años murió en El Alto después de un penoso peregrinaje para ser atendido. Su muerte es una radiografía del sistema de salud en el país y de la ausencia de los protocolos que en este último mes debió instruir el Ministerio de Salud. El hombre recorrió hospital tras hospital sin que ninguno lo admitiera. Finalmente murió en el Holandés donde horas antes había sido rechazado. Nadie sabe de qué murió, se esperan los resultados de laboratorio para descartar el Coronavirus. Su certificado de defunción no mencionará la indolencia que rodeo sus últimas horas de vida.
Las dos mujeres que trajeron de España el Coronavirus pusieron en riesgo a los demás pasajeros de ese vuelo, posiblemente a la tripulación, a las personas que abrazaron en el aeropuerto, es decir, por donde pasaron pudieron propagar el virus. Se necesitan detectives médicos para seguir el rastro del peligro y encerrar al virus en un círculo de riesgo y en cuarentena a los posibles infectados. De esto depende evitar la propagación del Covid-19 por todo el país.
Sobre esto no hay información, solo sabemos que las dos enfermas no están en cuarentena y que de un modo insólito una de ellas ofreció una entrevista contagiando posiblemente al periodista. ¿Hasta dónde puede llegar la irresponsabilidad de ambos?
Haciendo eco el miedo colectivo , el gobierno tomó medidas dirigidas hacia la población sana y con menos riesgo. Mañana no hay clases. A quienes se tiene que proteger, y de esto no se habló, es a los adultos mayores.
El Coronavirus ha matado en todo el mundo alrededor de 4000 personas, una cantidad mucho menor que los que en Bolivia mueren por diarrea, tuberculosis, resfríos comunes o dengue.
El coronavirus se propaga con facilidad, pero es posible contrarrestar sus efectos con una buena campaña que incentive la limpieza con agua caliente y detergente común, el constante lavado de manos, consumo de bebidas calientes y, lamentablemente, la suspensión de saludos efusivos con besos y abrazos. No es tan difícil.
En cambio, combatir el miedo irracional depende de lo que el gobierno diga y haga. Necesitamos saber a quién llamar y a dónde ir, si creemos que tenemos coronavirus. Si estamos ardiendo en fiebre, tal vez por una razón ajena al coronavirus, ¿ nos rechazarán en los hospitales como al señor de El Alto? ¿ Alguien podría mandarnos una ambulancia o tomamos un minibús poniendo en riesgo a los demás pasajeros? Médicos y enfermeras,¿ han sido capacitados y están equipados? Necesitamos información. Las redes sociales nos ayudan pero también confunden. Necesitamos información oficial, que atenué el miedo y nos diga qué hacer en esta crisis, causada por dos y sólo dos pasajeros que nunca debieron llegar y un mes de inacción de las autoridades sanitarias.