La pandemia del Coronavirus ha puesto la economía mundial de cabeza. En los últimos dos meses las bolsas de valores han caído hasta en un 30%, se han cerrado aeropuertos, oficinas, escuelas y restaurantes. Los trabajadores ven sus empleos en riesgo y los inversionistas y entidades bancarias temen que las deudas contraídas no pueden ser pagadas. La revista inglesa The Economist, en su reciente edición semanal, pasa revista a la crisis y estima que el producto interno bruto de China, considerada como uno de los principales motores de crecimiento de la economía mundial ha caído entre 10 y 20% en el primer bimestre de este año, respecto de similar período del 2019. Ante tal derrumbe, estima que se necesita, no solo una masiva intervención estatal en la economía para ayudar a paliar la crisis, sino también el uso de nuevos instrumentos financieros.
Frente a una depresión económica, los gobiernos generalmente apelan a medidas que estimulen la demanda agregada, pero en las circunstancias actuales, esta opción sería poco efectiva, dada la necesidad de que los potenciales consumidores permanezcan en sus casas con pocas oportunidades para realizar compras. Ante esta inédita situación, lo que están haciendo otros países (por ejemplo, subsidiar los salarios para contener los despidos) puede ofrecer un catálogo para elegir las medidas que se adecuen mejor a la realidad boliviana y eviten un colapso mayor, siendo lo ideal que sean aplicadas de manera rápida, eficiente y flexible
El gobierno boliviano, ha aprobado ya algunas medidas paliativas, cuyo efecto todavía no se ha dejado sentir. Ello, porque el anunciado bono familia, de Bs500 para hogares que tengan hijos en escuelas fiscales y de convenio, desde el nivel inicial, se pagaría recién a mediados de abril. Se ha dicho que, para realizar el pago, se utilizará las bases de datos del bono Juancito Pinto, pero obviamente, la forma de pago debe ser otra, dadas las circunstancias actuales, en las que el “distanciamiento social” es uno de los requisitos clave para detener la expansión del coronavirus. Se impone la necesidad de encontrar una salida creativa, que permita que las familias accedan al beneficio lo antes posible ya que es importante generar incentivos para que la gente se quede en casa ahora, y no necesite salir a buscar el ingreso diario. Entonces, ¿por qué no pensar en realizar este pago a través de las tecnologías para realizar pagos digitales?
Por otra parte, se ha dispuesto una moratoria de dos meses para los pagos a capital, de los créditos bancarios, pero no se ha establecido una normativa concreta que permita que este beneficio sea aplicado “de oficio” por los bancos. Según declaraciones realizadas a medios radiales por el Ministro de Economía y Finanzas Públicas, los prestatarios deberán apersonarse en los bancos para solicitar el beneficio previsto. Esta forma de implementar el beneficio abre la posibilidad de que los bancos apliquen esta medida de manera discrecional o selectiva, lo cual puede restringir notablemente el efecto de la misma y, nuevamente, conspira contra la imperiosa necesidad de que la gente “se quede en casa”.
También se han aprobado beneficios destinados a facilitar el pago del impuesto sobre las utilidades de las empresas con cierre fiscal al 31 de diciembre, que son de aplicación expedita, pues el Poder Ejecutivo tiene potestad para fijar y modificar los plazos de pago cuando existan justificativos ciertos, como es el caso actual. Otras medidas, que también se han dispuesto, implican la modificación de características esenciales de las obligaciones tributarias, lo cual viola el principio de reserva de legalidad, previsto en el art. 6º del Código Tributario, poniendo un componente de incertidumbre a la decisión de los contribuyentes de acogerse a las disposiciones adoptadas mediante el DS4198.
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