La Asamblea Nacional paquistaní aprobó una resolución que propone el ahorcamiento público de violadores y asesinos de niños, una polémica propuesta que ha dividido al hemiciclo.
La resolución fue presentada por el viceministro de Asuntos Parlamentarios, Ali Mohamed Khan, y fue aprobada por una mayoría de los presentes, dijo a Efe el portavoz de la NA, Mohamed Bashir.
“En un gesto de enérgica condena, esta cámara exige el final de estos asesinatos infantiles, tan vergonzosos como brutales”, según el texto de la moción, presentada “a título individual”, recogido por el diario paquistaní ‘Dawn’. “Por ello, y como contundente escarmiento, esta cámara recomienda que los asesinos y violadores de niños no solo deberían recibir la pena de muerte por ahorcamiento, sino también morir en público”, según la moción, aprobada por todos los diputados de la cámara excepto el Partido Popular de Pakistán, la histórica formación de centroizquierda de la familia Bhutto, quien recuerda que las ejecuciones públicas suponen una violación del Derecho Internacional.
La fuente indicó que la votación se hizo a voz alzada y no con papeletas, por lo que no existe un registro del número de parlamentarios que votaron a favor.
De hecho, uno de los líderes parlamentarios del PPP, el ex primer ministro Raja Pervez Ashraf, ha avisado al resto de diputados que “el agravamiento del castigo nunca provoca una reducción del crimen, y que el ahorcamiento público supone una violación de las normas de Naciones Unidas”.
Los abusos a menores han sacudido al país desde que en 2018 la violación y asesinato de una niña de siete años provocó protestas violentas contra la supuesta inacción policial ante este tipo de delitos.
Según un informe de la ONG Sahil, se denunciaron 3.832 casos de abusos sexuales a menores en Pakistán en 2018, un 11 % más que el año anterior, aunque los activistas creen que los datos reales son muy superiores.
Pakistán mantuvo hasta 2014 una moratoria extraoficial sobre la pena de muerte hasta 2014, cuando guerrilleros talibán lanzaron un ataque brutal contra una escuela de cadetes en Peshawar, en el que murieron casi 150 niños. Desde entonces, al menos 400 prisioneros han sido ejecutados.