El Gobierno de Bolivia restableció el martes relaciones diplomáticas con su par de Estados Unidos después de once años de ruptura y también designó al nuevo Embajador Extraordinario con Representación Plenipotenciario ante el país norteamericano, en la personalidad de Walter Óscar Serrate Cuéllar.
“Canciller @KarenLongaric posesionó al nuevo Embajador Extraordinario con Representación Plenipotenciario ante el Gobierno de Estados Unidos de América, Walter Óscar Serrate Cuéllar, quien fue Embajador y Representante Permanente de Bolivia ante la ONU”, se lee en la cuenta de Twitter de la Cancillería.
Con la designación de Serrate se puso fin a un congelamiento de 11 años de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y EEUU a nivel de embajadores. En 2008, el gobierno de Evo Morales expulsó al entonces embajador Philip Goldberg y en reciprocidad EEUU efectuó lo mismo con Gustavo Guzmán. Desde 2008 hasta este martes, Bolivia y EEUU sólo tenían a Encargados de Negocios como máximos representantes diplomáticos.
Serrate fue Embajador y Representante Permanente de Bolivia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Nueva York, en el periodo en que Jaime Paz Zamora fue Presidente.
De acuerdo con la normativa, la designación de embajador debe ser aprobada por el Senado, sin embargo, permite que la Presidenta del Estado designe a embajadores extraordinarios con facultad plenipotenciaria para misiones de carácter temporal.
“La Presidenta o el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, tiene la facultad de delegar la Representación Plenipotenciaria y con rango de Embajador Extraordinario a cualquier Ministro de Estado, autoridad o servidor público, asambleísta nacional o departamental, representante de movimientos sociales, sociedad civil organizada o personalidad destacada, para misiones especiales públicas o confidenciales de carácter temporal, a fin de ejecutar mandatos presidenciales específicos, de forma rentada u honoraria”, dice el artículo 22 de la Ley del Servicio Exterior.
Se reconfigura las relaciones internacionales
La respuesta estadounidense también implicó la expulsión de Bolivia del acuerdo de preferencias arancelarias ATPDEA, que premiaba los esfuerzos en la lucha antidrogas que llevaban adelante los países andinos con exportaciones libres de impuestos.
El gobierno de Morales, en noviembre de 2008, también decidió expulsar a la Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA, en inglés) y posteriormente, en 2013, echó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés).
Morales, que renunció por fraude electoral y ahora está asilado en México, dijo en septiembre de 2008 para justificar la expulsión que el embajador Goldberg promovía la “división” del país, al sostener reuniones con gobernadores opositores que –según el propio Morales– apoyaban supuestos planes para separar Bolivia.
Aquella decisión del ahora exgobernante boliviano motivó que su aliado político, Hugo Chávez (1999-2013), también expulsara al embajador de Estados Unidos en Venezuela, Patrick Duddy.
Tras el exilio de Morales, y la llegada al poder de Jeanine Áñez, el gobierno ha reconfigurado sus relaciones internacionales, mientras avanza el proyecto para convocar a nuevas elecciones en 2020.
En este contexto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, destacó los avances registrados durante los últimos días hacia una solución pacífica y democrática a la crisis boliviana y ha instado a las partes a mantener el diálogo pacífico y constructivo, según reporte de Infobae.
“La aprobación unánime del proyecto de ley para establecer un nuevo Tribunal Supremo Electoral que convoque elecciones generales lo antes posible en Bolivia muestra la voluntad política de poner fin a la crisis que aqueja al país”, manifestó.
En un comunicado difundido por su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres ha encomiado los avances anunciados este fin de semana hacia una solución pacífica y democrática en Bolivia y ha reiterado la disposición de Naciones Unidas a apoyar el proceso “según corresponda”.
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