De rodillas y cargando una imagen de la Virgen de Urkupiña de 50 centímetros aproximadamente, Rodrigo Mamani y su familia ingresaron a la iglesia de San Ildefonso desde Jujuy Argentina para visitar a la “mamita” de Urkupiña.
Raúl Mamani y Margarita Reyna, sus padres, le inculcaron la fe y devoción por la Virgen, que también les fue heredada. Más que una tradición de generación en generación, viven la festividad como una oportunidad de pedir y sobre todo agradecer por lo que tienen y desean.
El 2018, Raúl Mamani, impulsado por su incalculable fe, llegó a peregrinar desde Jujuy – Argentina hasta Quillacollo para ver a su patrona, caminando más de 1100 kilómetros, acompañado solo por un amigo.
“Ese año fue un año de oro para mí. Un año en que la Virgen me iluminó muy bien con gran afecto y cariño”, cuenta ilusionado.
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