Por: Carlos Ffederico Valverde Bravo - Periodista
En la reunión entre cívicos y plataformas se determinó hacer un paro de 24 horas contra la candidatura de Morales y, la posibiliad de ir un poquito más allá: un paro indefinido, desde 10 días antes de las elecciones. Pienso que esas acciones que tienen, a lo mejor, buenas intenciones (defender el 21F) no van a tener resultados efectivos; la mayoría de los Cívicos del país no tienen posibilidad de convocar a paros exitosos (ellos mismos lo dijeron) y de esa manera, Plataformas y otras organizaciones sin mayor convocatoria, exponen a los cívicos que si tienen presencia efectiva en sus departamentos, al descrédito y al debilitamiento institucional
Decir que Morales es ilegal es una verdad de nulo efecto jurídico y práctico: el TCP y el TSE lo “habilitaron legalmente”; argumentaron DDHH electorales, manipularon lo que les dio la gana y Morales es candidato “legal”, hasta que la última instancia es decir la OEA, sea en la Comisión o en la Corte (si aplicara “per saltum”) se le ocurra decir algo o manifestarse en defensa de la democracia boliviana, cosa que no va a ocurrir porque Morales no le estorba al mundo. Sabemos que ellos conocen que Morales es violador de la CPE, de los DDHH (Chaparina), saben que así se haya inventado un caso de terrorismo y separatismo (participación del equipo vicepresidencial bajo el comando de R García Linera claramente demostrados) y no les importa; Morales no le estorba a los vecinos; Bolsonaro le pide que no vaya a la reunión del Foro de Sao Paulo y él se enferma convenientemente y manda reducida delegación, Macri lo recibe con beso y él le dice hermano; Duque, que recibió al CPSC tan amablemente no debe haber mirado un solo papel de los que le llevaron, la OEA que recibió a RDCuéllar y otras organizaciones que se refirieron al mismo tema, no tienen miramientos en que Morales se entronice como un “dictablando”, porque el país no estorba afuera, porque el presidente “se lleva bien nomás” con la economía y ya se le acabaron “los aprestos izquierdizantes” y, fundamentalmente, porque Morales, en la oposición puede reeditar el famoso año 2003 (febrero y octubre) cuando le de la gana, cosa que la actual oposición no está dispuesta a hacer porque, entiende que la violencia y la antidemocracia no le hacen bien al Estado.
Eso lo tiene claro el mundo y Morales lo sabe, de manera que se mantiene dando “visos de legalidad” y democracia a lo que hace; se inscribe en un TSE adepto y parte de proyecto de su permanencia en el poder; acudió y lo volverá a hacer, al TSJ o al TCP, por la vía de la desinstitucionalizada institucionalidad constitucional y allá le van a dar paso, cuantas veces sea necesario, para posibilitar su re-re-elección.
Así están presentadas las cosas. “Nunca es fea la verdad, lo que no tiene es remedio”, dice el adagio y esa es la sensación que se tiene al momento de escribir esto, luego de haberlo reflexionado largamente y con público en RRSS; y creo que los caminos deben ser otros: deben centrarse en denunciar la impostura, denunciar la ilegitimidad de Morales, quien logra visos de una dudosa y hasta falsa legalidad pero, en los hechos, tiene “legalidad legal”, es decir, la hace valer en el espacio que fuere; se cuidó el autócrata (devenido en dictador) de que todo se haga fuera del espacio político en el que él se desempeña… todo se lo encargó a los órganos “legalmente constituídos” (con minorías que los eligieron frente a mayoría de votos blancos y nulos), es decir, los ilegítimos impuestos están dando paso al ilegítimo candidato que, además, va a tener problemas para ganar la elección y si lo hace, no logrará, de no mediar el fraude (para eso está el plan TSE, con la habilitación de votos nulos, blancos, observados, tal como lo hicieron en las primarias) para que Morales alcance siquiera el 45% de los votos de su partido.
Difícil el panorama pero aun hay tiempo de decir y oponerse (siempre lo debe haber)