Entre 2009 y 2018, al menos 28 empresas chinas se beneficiaron de contratos con el Estado boliviano por casi 6.000 millones de dólares. La cifra equivale a 14% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Las contrataciones se han concentrado en obras de infraestructura, construcción de carreteras y plantas industriales, revela una investigación de la Fundación Milenio, denominada “El capital corrosivo en Bolivia”, la misma que fue llevada adelante por Henry Oporto, Napoleón Pacheco, José Luis Evia y Antonio Pérez.
“En nuestra investigación hemos identificado 28 empresas chinas, entre 2009 y 2018, que han operado en Bolivia en contratos con el Estado por un monto de alrededor de 6.000 millones de dólares, que es un monto significativo, que es equivalente al 14% del PIB de Bolivia. Esas contrataciones han abarcado distintas áreas y sectores, pero principalmente se han canalizado hacia obras de infraestructura, construcción de carreteras, plantas industriales”, comentó al diario Página Siete el investigador Henry Oporto.
De los 6.000 millones de dólares, alrededor de 3.000 millones de dólares fueron destinados a la construcción de carreteras, 900 millones de dólares al sector de energía, y alrededor de 850 millones de dólares al sector industrial. Las empresas con mayor participación son Sinohydro Corporation Limited (con un monto de 1.250 millones de dólares), China Railway (800 millones de dólares), China Harzone (600 millones de dólares) y CAMC (500 millones de dólares), revela la investigación.
La entrada de estas empresas al país se justificó en parte por el financiamiento de créditos chinos condicionados, que exigían la contratación de firmas de ese país; sin embargo, de acuerdo con la investigación, en un segundo momento el gobierno de Evo Morales continuó la contratación de empresas chinas para proyectos que contaban con financiamiento interno, tanto del Tesoro General del Estado (TGN) como del Banco Central de Bolivia (BCB).
“Nosotros nos preguntamos por qué se siguieron contratando empresas chinas a pesar de que el financiamiento no estaba condicionado. Ésa es una pregunta que nosotros nos hemos formulado y no hemos podido tener una respuesta satisfactoria”, dijo Oporto.
CONTRATACIONES DIRECTAS
De acuerdo con Oporto, una de las características de las relaciones con empresas chinas en Bolivia es que las obras que ejecutaron, en su gran mayoría, fueron adjudicadas a estas firmas de manera directa, ya sea por invitación o por contrataciones por excepción.
“Ésta es una característica en las relaciones de China con Bolivia, por lo que hemos detectado en la investigación, casi no ha habido adjudicaciones a empresas chinas por la vía de licitaciones públicas internacionales. La mayor parte de los contratos se dieron por invitación directa o por contratos de excepción, es decir que las empresas chinas no han competido”, explica.
Oporto agrega que, salvo en aquellas obras en las que el financiamiento ha provenido del BID o la CAF, que tienen reglas más estrictas, algunas empresas chinas, efectivamente han competido por lograr las obras. En su gran mayoría, sobre todo cuando el financiamiento ha venido de créditos chinos o del TGN y el BCB, esos contratos se han dado en la modalidad de invitación directa o bien de contratos de excepción.
“Esto indica que existe una relación privilegiada entre estas empresas y el Estado y también explica un rasgo característico que encontramos en la investigación”, puntualiza.
Asimismo, el investigador acota que, en muchos de los contratos estudiados se han identificado una serie de irregularidades como la adjudicación de obras a empresas sin experiencia específica, retrasos, incrementos de precio, denuncias laborales, ambientales y corrupción.
“Hemos visto que se abusó de la modalidad de llave en mano; asimismo hemos encontrado evidencias de muchas deficiencias en la calidad de las obras, incumplimientos, elevaciones de costos, conflictos laborales, denuncias de impactos ambientales y algunas denuncias de corrupción. Este tipo de irregularidades que se han presentado son ejemplos muy concretos de malas prácticas y de negocios que dejan muchas dudas”, manifestó Oporto.
PROBLEMAS
De acuerdo con la investigación “El capital corrosivo en Bolivia”, el balance dejado por el paso de las empresas chinas en el país es negativo, debido a los problemas de gobernanza que enfrenta el país y que se ven agravados por el accionar del capital corrosivo.
En el caso de Sinohydro, por ejemplo en 2016, los 390 trabajadores que construían la doble vía Ivirgarzama-Ichilo paralizaron sus actividades por más de 10 días exigiendo a la empresa china la reposición de descuentos injustificados, seguro de vida y dotación de ropa de trabajo nueva.
Asimismo, tras varias suspensiones, el 29 de abril de este año, Sinohydro reanudó las obras de la carretera El Sillar, ubicada en el Chapare, anunciando casi un 60% de avance.
De acuerdo a los términos del contrato, la obra debe realizarse dentro de un período de 2098 días, de los cuales 360 corresponden al diseño, 1018 a la construcción, 180 a la reparación de eventuales defectos y 540 días de período de garantía. Se espera su entrega para diciembre.
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