Por: Amalia Pando
VIENTOS DEL SUR
Con los votos del oficialismo kirchnerista, el senado argentino convirtió en ley el impuesto a las fortunas. Es el mismo proyecto que está en curso en nuestro país. Todos los que tengan una fortuna por encima de cuatro millones de dólares pagaran por única vez entre el 2 al 3,5 % en la Argentina y 1,4 al 2, 4 % en Bolivia. El que menos pagará 40 mil dólares.
FORTUNAS INFORMALES
Aquellos que tienen una fortuna informal, manejada usualmente en dinero disponible, cash, no pagaran este impuesto. Los narcos, por ejemplo. Cada avioneta que sale del país con media tonelada de cocaína está transportando merca por unos 20 millones de dólares.
Los funcionarios que recibieron coimas millonarias por aprobar proyectos inútiles tampoco pagaran este impuesto extraordinario, entre ellos, Cristina Kirchner, la impulsora de esta ley en la Argentina.
Para citar un solo hecho contundente de la fortuna que ella y su familia amasaron en el usufructo del poder, recordemos que en julio de 2016, a su hija, Florencia, le encontraron cerca de cinco millones de dólares, liberados de impuestos, en dos cajas de seguridad del Banco Galicia de Buenos Aires.
EL PECADO DE LA FORMALIDAD
El impuesto a la riqueza está destinado a castigar al empresario que invirtió en el país en el aparato productivo o en empresas de servicios. El que está arruinado por la convulsión social y el Covid-19.
La fortuna la tienen no en cajas de seguridad ni en muros de doble fondo sino en maquinaria, en plantas, en instalaciones, en motorizados, en tiendas y otros bienes que sirven para producir o dar servicios, sobre los que pagan regularmente impuestos a las alcaldías y al SIN el 25 % sobre sus ganancias.
En un año de crisis, cuando los empresarios ni siquiera están pudiendo pagar el aguinaldo, castigar con impuestos extraordinarios a los únicos que pueden dinamizar la economía, producir, dar empleo y pagar sus habituales impuestos no solo es estúpido sino un atentado criminal contra la economía .
APRETANDO MUCHO PARA SACAR POCO
El impuesto a la riqueza formal (reiteramos que la informal estará liberada como la de narcos, contrabandistas, coimeros y otros) puede ser una gran bandera política para un gobierno que aparentará castigar a los ricos para beneficiar a los pobres.
Sin embargo, el monto a recaudar no alcanzará ni para otro bono contra el hambre, en cambio será un freno a la reactivación y un enorme desaliento a cualquier nueva inversión.
El ministro de economía, Marcelo Montenegro, aminorando el impacto de la medida dijo que solo afectará a 150 personas con grandes fortunas, léase 150 grandes empresas, las que habitualmente sostienen las finanzas públicas con el pago de sus impuestos.
Montenegro agregó que se espera recaudar 100 millones de bolivianos, es decir, 14 millones de dólares. Para el bono contra la pobreza se destinarán 575 millones de dólares financiados con endeudamiento externo.
EMPUJANDO PARA QUE SE VAYAN
Muchos empresarios argentinos ya están haciendo maletas para irse al Uruguay donde el presidente Luis Lacalle Pou rechazó este proyecto: “ Si nosotros en la pandemia castigamos al que emprende, al que da laburo, al que produce, al que comercia, ese va a quedar en la vera del camino”. Y agregó: “No es el Estado el que saca adelante a la población. Es el particular el que prende los motores. “
En todo caso, solo Bolivia está copiando el modelo argentino donde no hay ni un indicador económico que llame al optimismo. Venezuela no aplicará este impuesto a la riqueza porque en ese país ya liquidaron todo resabio de riqueza formal, inclusive la que aportaba una suculenta renta petrolera.
A propósito del tema, Carlos Mira escribió en la” 5ta Pata” un artículo que describe dramáticamente la ideología del kirchnerismo, muy similar a la del masismo, que es la explicación del por qué ambos impondrán el Impuesto a la riqueza. Los dejamos con esta lectura.
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Crédito de fotografía: NODAL