LA MAYORÍA DEL MAS: ¿UNA “DEMOCRACIA” AUTORITARIA?

Por Zulema Alanes B.

“Un saludo a la bandera”. Esta expresión que en el lenguaje coloquial se ha generalizado como sinónimo de una actitud desprovista de todo valor y que alude a una acción irrealizable y demagógica, empieza a tener sentido y a desvirtuar lo dicho por el vicepresidente del Estado y presidente de la Asamblea Legislativa, David Choquehuanca.

A contrapelo del mensaje de unidad y la invocación a que “todos vayamos juntos que nadie se quede atrás” con los que impresionó Choquehuanca el día de su posesión, la línea de actuación del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el Legislativo empezó a “manifestar su vena autoritaria”, según la percepción de la articulación ciudadana Una Nueva Oportunidad (UNO).

El sentido y el objeto de la eliminación de los dos tercios en la Asamblea Legislativa empezó a tener sentido, primero con la aprobación de un Homenaje Camaral en Diputados a las víctimas de noviembre de 2019 y, luego, con la designación de Diego Pary como embajador de Bolivia ante las Naciones Unidas, con sede en Nueva York (EEUU), en una sesión reservada del Senado.

El MAS aplicó los artículos modificados en los reglamentos de ambas cámaras para facilitar la aprobación de varios asuntos legislativos por mayoría y que en el pasado exigían dos tercios. 

La anulación de los 2/3 y la mayoría del MAS

La anulación de los dos tercios representa dejar de lado a los parlamentarios de oposición en importantes materias, algunas realmente decisivas.

Según la agrupación UNO, con las decisiones adoptadas en las últimas 24 horas tanto en Diputados como en Senadores, el MAS está dejando en claro que “manejará dos agendas: una para ser publicada con antelación y de acuerdo a los procedimientos establecidos y, otra, que será introducida al momento de iniciarse las sesiones, que será aprobada por la mayoría absoluta de que dispone”.

Asimismo, se impedirá la participación de las minorías en las tareas de fiscalización que las comisiones especiales realizan y, asimismo, apelará a “maniobras sorpresivas para la aprobación de asuntos de interés político e ideológico del MAS, impidiendo que la oposición tenga el suficiente conocimiento de los temas a considerar y pueda oponerse”.

En el caso del homenaje aprobado en la Cámara de diputados, los parlamentarios de la oposición hicieron pública su protesta. Carlos Alarcón, de Comunidad Ciudadana (CC), reveló que el tema fue agendado por dispensación de trámite y, asimismo, se declaró suficiente debate. Por su parte, Edwin Bazán de Creemos, denunció el atropello del “rodillo parlamentario” del MAS.

Cuestionaron el homenaje porque en los fundamentos está muy claramente manifiesta la intención del MAS de convertirlo “en una condena anticipada y una completa distorsión de los hechos registrados el año pasado, producto de un fraude electoral promovido por el MAS”, puntualizó Alarcón. 

Policías, militares y embajadores

Está claro también que la anulación de los dos tercios tiene el objetivo de “allanar el control político de las FF.AA. y la Policía, así como el manejo ideológico de las relaciones internacionales”, destacó un pronunciamiento de la articulación ciudadana UNO. 

El 16 de noviembre, el presidente, Luis Arce Catacora, posesionó como comandante interino del Alto Mando Policial a Jhonny Aguilera, considerado uno de los hombres de mayor confianza del régimen de Evo Morales y uno de los principales operadores del asalto al Hotel Las Américas, en noviembre de 2009 en la ciudad de Santa Cruz. Fuentes allegadas al MAS dieron por descontada la designación formal del jefe policial con su mayoría de votos en la Asamblea Legislativa cuando éste cumpla con los procedimientos policiales de rigor, pero además, admitieron que la designación de Aguilera está orientada a “hacer una purga al interior de la Policía, para desarticular a jefes y oficiales que tuvieron un rol preponderante en el motín policial que desencadenó la renuncia de Evo Morales y rearmar las estructuras de mando para ponerlas al servicio del nuevo Gobierno”. La renovación de los alto mandos militares es otro de los objetivos de la agenda que el MAS impondrá con su mayoría absoluta.

En el ámbito de las relaciones internacionales, el MAS ya empezó a activar su estrategia en la Asamblea Legislativa. Este jueves, apeló nuevamente a su mayoría absoluta, esta vez en el Senado, para designar a Diego Pary como embajador de Bolivia ante las Naciones Unidas, con sede en Nueva York (EEUU). Lo hizo en una sesión reservada. Antes de la modificación del reglamento, la designación de embajadores exigía los dos tercios.

Pary es uno de los hombres de confianza de Evo Morales, era uno de los elegidos como candidato a la presidencia por el jefe del MAS, cuando quedó en el camino, postuló a primer senador por el departamento de Potosí en las elecciones generales de 2020, pero fue inhabilitado por el TSE por incumplir el requisito de permanencia en esa región de al menos dos años consecutivos.

Todo hace ver que la democracia para el MAS no se expresa en el contrapeso entre mayorías y minorías y que, con la anulación de los tercios, el poder detrás del gobierno de Luis Arce Catacora, decidió convertir al parlamento en un apéndice el ejecutivo, donde la oposición es un invitado de piedra.

Sin derecho al pataleo

El pasado 11 de noviembre, Comunidad Ciudadana presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en contra de las resoluciones camarales que suprimen los dos tercios en varias decisiones de las Asamblea Legislativa.

El diputado de CC, Carlos Alarcón, dijo que con esa acción se busca “hacer respetar el 45 % de los votos” que representan el contrapeso que debe regir en democracia y recordó que, entre los temas que ahora sólo requieren mayoría están la creación de las comisiones especiales de investigación, modificaciones de la agenda diaria o la modalidad de tratamiento de algunas leyes. El TCP no ha emitido su fallo y, dada la inexistencia de independencia de poderes, tampoco hay expectativa que lo haga a favor de los demandantes. 

En las recientes elecciones generales, el MAS no logró el control de los dos tercios que ostentó en dos gestiones legislativas anteriores por lo que sólo dejó para su resolución por dos tercios los asuntos expresamente establecidos en la Constitución, como la designación del Fiscal General, Defensor del Pueblo, Contralor y vocales del Tribunal Supremo Electoral.

“La más grave violación en la supresión de los dos tercios, es aquella que le permite al MAS dispensar de trámite cualquier artículo del reglamento por simple mayoría”, aseguró Alarcón.

Según UNO, lo que queda es la cohesión de la oposición contra el oficialismo que, por lo visto, no aprendió “que esta Bolivia no tolera la persistencia del autoritarismo que afecte la convivencia que la democracia debe nutrir y no boicotear con chicanas indignas de la construcción ciudadana en la que estamos comprometidos la gran parte de las bolivianas y bolivianos”.