Por Zulema Alanes B.-
SE DEFINE LA RECUPERACIÓN DEMOCRÁTICA
Este 18 de octubre, no es sólo un día de votación, es la culminación de un largo proceso de resistencia y está en juego la posibilidad de renovar las libertades conquistadas hace 38 años, cuando se recuperó la democracia, según varios analistas consultados por Cabildeo Digital.
¿Dictadura o democracia?, Juan Del Granado opina que ese no es dilema, y sostiene que, desde el 21 de febrero del 2016, cuando Bolivia dijo no a la reelección de Evo Morales, la contradicción principal es “renovación o regresión”.
Todas las encuestas, coinciden en que más del 70% de la población está en contra de la perpetuación en el poder del Movimiento Al Socialismo (MAS), pero esa contundente mayoría no se podrá expresar en unidad y solo se espera que los votos alcancen para una segunda vuelta.
Erika Brockman dijo a Cabildeo Digital que la fragmentación del voto anti MAS se debe a que “los liderazgos no han sabido aquilatar el peligro de continuidad del populismo que encarna Evo Morales y no han entendido que las contradicciones que se decantaron el 20 de octubre del 2019 están presentes y agudizadas”, pero además, “hemos llegado con una sensación de que no se ha cumplido la misión de la transición, ni siquiera se ha completado el diagnóstico de la casa dejada por el MAS, la candidatura de Jeanine Añez ha distraído de esa gran tarea”.
Del Granado insistió que la contradicción renovación o regresión se ha acentuado mucho más en este año “después del fraude, la sublevación y la fuga” y plantea que “hay que votar en consecuencia”. Apostó todo a la conciencia de la ciudadanía.
Según Brockman la solución a la prolongada crisis política “pende del voto útil” y de la posibilidad de que, una vez más, se imponga la madurez democrática de la mayoría del pueblo que “hace ya varios años se ha enfrentado al proyecto continuista del MAS”.
Alejandro Almaraz aseguró que “en consecuencia con la defensa del 21F y la lucha contra la dictadura y el fraude electoral” el único camino posible es “unificar el voto” y en un pronunciamiento de la agrupación Cabildo Libertad y Autonomía, del que forma parte, convocó a votar por “Comunidad Ciudadana que es la opción que viabiliza la derrota del MAS” y porque “nuestro compromiso por la democracia está primero”.
UN CAMINO SIN RETORNO
Todos apuntan hacia una misma dirección. Carlos Hugo Molina, recordó que “somos hijos de la democracia y desde el 10 de octubre de 1982 aprendimos que no hay libertad sin lucha”.
En su opinión el país transita por un camino sin retorno. “La profundización y recuperación de la democracia continuará, luego del 18 de octubre, con la elección, el mes de abril de 2021, de las autoridades territoriales. Serán las primeras elecciones autonómicas plenas, sin imposiciones ni chantajes del centralismo y con la libertad de votar por los mejores candidatos democráticos”.
Juan Del Granado insistió que los desafíos son múltiples y que “hay que derrotar al MAS para que no regresen la estafa autoritaria y corrupta, la persecución judicial, la manipulación indígena, la prebendalización sindical, la intolerancia y el achicamiento de las libertades, pero sin olvidar que el enemigo íntimo del MAS es esa oligarquía “liberal” qué, como respuesta, engendró al populismo, que convivió con él, acrecentando sus negocios, qué antes alentó las dictaduras militares, que vive entre los incendiarios del agronegocio y que se expresa en delincuentes más antiguos”.
Armando De La Parra, dio por hecho una segunda vuelta porque “ya no es posible desandar lo avanzado”, planteó que “hay que ir diseñando los esquemas de gobernabilidad” aunque advirtió que hay que estar alertas porque “no estamos libres de que ellos (los del MAS) estén considerando la posibilidad de desestabilización con bloqueos, igual que en agosto e incluso con mayor intensidad”.
Dijo que “su única posibilidad de renovarse es en democracia, con una bancada no sujeta a las órdenes de Evo Morales que, una vez que no esté en el poder, será difícil que siga ordenando a control remoto”.
Brockman apostó a la cohesión del bloque democrático y a sus lideratos para controlar y neutralizar las intentonas desestabilizadoras del MAS y también al rol de la cooperación internacional “que tiene puestos los ojos en Bolivia porque su estabilidad es clave para toda la región”.
Del Granado insistió que “terminada la enredada transición electoral, hay poner los pilares para otro momento estatal de diferente y creativa relación entre la sociedad, la gente, el estado, el gobierno, la naturaleza, el medio ambiente, la producción y la economía”.
Y Molina aseguró que “en cinco días más estaremos votando, con barbijo, cuidando la distancia, lavándonos las manos, llevando un bolígrafo propio… cuando lo hagamos, podremos exigir, a quienes pretenden gobernarnos, la paz en la que necesitamos vivir, decirles que ya es suficiente tensión, y que el estrés de la pandemia no debe verse aumentado por la violencia política”.
ANTE MÚLTIPLES DESAFÍOS
En el análisis de la coyuntura no se puede perder de vista el impacto de la pandemia que, según Molina, “nos está obligando a mirar el mundo pues si no lo hacemos, podemos terminar encerrándonos y corriendo el riesgo de que el tren de la vida y el desarrollo nos deje”.
El 18 de octubre se acaba el tiempo electoral y empieza el tiempo de la economía, la salud, la educación, la producción y de las respuestas que el país espera ante los desafíos derivados de la crisis provocada por la pandemia.
Según De La Parra, para atender las demandas urgentes será necesario “recomponer el tejido social y político, enfrentaremos el desafío de una recomposición general, porque, como siempre, los regímenes populistas acaban descomponiendo todo, hay que volver otra vez a recomponer el sistema político y el entramado social”.
Y en opinión de Molina, “debemos prometernos que los próximos cinco años serán de reconciliación” porque esa es una condición necesaria para dar respuestas y lograr progreso allá donde se encuentra la gente.
Recordó que el 80% de los bolivianos vivimos en área urbana y que en pocos años un millón de km² de territorio no tendrá población, de hecho, “de los 7.332.925 que están habilitados para sufragar, el 73,16% votará en uno de los tres departamentos del eje central. Hemos aprendido a estudiar, relacionarnos, comprar y vender y abrazarnos utilizando conectividad y las redes... y en unos años, el 50% de la población boliviana vivirá, producirá y será comunidad social en el departamento de Santa Cruz”.
Y según Del Granado en esos datos y proyecciones justamente radica la urgencia de “impedir la regresión, la visible y la encubierta, para que luego los gobernantes elegidos asuman su responsabilidad histórica, porque nuestro voto no será un cheque en blanco y nuestra palabra no estará embargada”.
Y todos coinciden que en esta coyuntura no todo será política, pero la gobernabilidad será vital para encarar los desafíos de la crisis, luego del despilfarro de las épocas de bonanza en las que el régimen del MAS gastó 3.630.502.609 en canchas y coliseos, a mayoría bajo candado. Mas de 5 mil millones de bolivianos en la imagen de Evo Morales y 31 mil millones en elefantes blancos. Y apenas 897.118.846 en salud.