Por Hernán Paredes Muñoz.-
Por las buenas o por las malas; por comprensión o por hambre; con orden o caos; por vida o por muerte; de cualquier forma, tenemos que aprender a vivir con el Coronavirus. Empezaremos por flexibilizar la Cuarentena. Pero esta flexibilización no es una acción y punto simplemente porque el virus no morirá pronto.
Armonizar salud y economía es un proceso de prueba/error, avances/retrocesos, golpes/aprendizajes, hasta que lleguemos a un nuevo equilibrio sostenible, aprendiendo a ser disciplinados con hábitos saludables y fortaleciendo nuestro sistema inmunológico, al mismo tiempo que tratamos de mitigar/matar al virus.
La mayoría de las proyecciones señalan que el mes de Mayo, por la propia dinámica del virus; es muy probable que suframos altos niveles de contagios, con o sin Cuarentena, más aún si no hemos aprendido a cuidarnos. Entonces, PARA TODOS, el desafío es muy grande e inevitable.
Al ser un desafío PARA TODOS, es imprescindible que el Gobierno Nacional se ordene y ayude a ordenar las instituciones públicas , en el marco de la Ley y las responsabilidades compartidas, para que las entidades públicas y privadas, seamos más efectivos y nos cooperemos.
No es posible planificar/decidir en detalle que tiene que hacer cada quién, cada institución, municipio, empresa o cada persona, eso no funciona ni en regímenes autoritarios. Necesitamos un mecanismo ágil, transparente y efectivo que fortalezca la institucionalidad existente con roles y procedimientos claros.
El Gobierno Nacional, tiene que liderar los servicios de salud y el cumplimiento de los protocolos de tratamiento, para esto debe diseñar y aprobar Normas Prácticas y Simples de Inocuidad y Bioseguridad, de cumplimiento obligatorio en cada municipio y por otra parte; en cada actividad económica.
Lo importante es tener claro, los índices de contagio/muerte, que permiten decidir, qué municipio, distrito municipal o actividad económica, puede mantener, levantar o retornar a la Cuarentena, libertad económica total o encapsulamiento.
Hay que constituir un Concejo Central público/privado/social, es decir con participación de representantes del Ministerio de Salud; Empresas Privadas y Organizaciones Sociales, que cumpla tres funciones básicas:
1. Comunicar veraz/diaria sobre el avance de la Pandemia, Municipio por Municipio.
2. Seguimiento del cumplimiento de Normas en las actividades económicas en cada Municipio.
3. Certificación de los Municipios que puede levantar la Cuarentena o cuales deben mantener o retornar a esta restricción, en función de los niveles de contagio/muerte, en cada jurisdicción.
Los Gobiernos Municipales deberán ser los encargados de hacer seguimiento del cumplimiento de Normas de Inocuidad/Sanidad de las empresas, mercados y todas las actividades económicas, dentro su jurisdicción. Serán quienes certifiquen/autoricen la apertura o cierre de negocios, en función del cumplimiento de las Normas que evitan el contagio. Pueden tomar medidas de mayor flexibilidad o endurecimiento, por distritos o macrodistritos, dependiendo la dinámica de la infección.
Los Gobiernos Departamentales, además de ser pilares del funcionamiento de los servicios de salud; deben facilitar/promover y hasta cofinanciar e invertir, para garantizar un efectivo funcionamiento de las cadenas productivas y abastecimiento de alimentos a los centro de consumo. Un indicador básico del cumplimiento de las Gobernaciones será el abastecimiento y los precios de los productos alimenticios en los mercados. Si no hacen su trabajo, aumentarán los precios.
Estas sugerencias buscan transparentar los esfuerzos compartidos para evitar mayores contagios a la vez que se van liberando las actividades económicas. La información que se entregue cotidianamente al ciudadano, permitirá orientar, concientizar, educar y consolidar hábitos saludables.
Si la comunicación es veraz y cotidiana, los ciudadanos podremos ser parte de la solución. Tendremos a mano un instrumento para fiscalizar la labor de nuestras autoridades, nuestras empresas y de nosotros mismos. Tendremos un espejo cotidiano de cómo somos y hacia dónde vamos.