La Casa Blanca firmó la tarde del martes un memorándum que autoriza a los miles de soldados y miembros de la Guardia Nacional de Estados Unidos que protegen la frontera con Méxicoa matar a inmigrantes si lo creen necesario, según la web informativa Military Times que fue reseñada por Telemundo.
Miles de soldados fueron desplegados a lo largo de la frontera para impedir el paso de la caravana de migrantes centroamericanos que intenta llegar a Estados Unidos.
Según también informó Telemundo, la orden fue firmada por el jefe de gabinete, John Kelly, y permite al “personal del Departamento de Defensa” realizar “aquellas actividades militares de protección que el secretario de Defensa determine que son razonablemente necesarias” para proteger a los agentes fronterizos. Eso supone, por ejemplo, “mostrar o usar la fuerza (incluyendo fuerza letal, si es necesario), control de multitudes, detención temporal y registros forzosos”.
La información fue confirmada por el secretario de Defensa, Jim Mattis, este miércoles quien dijo que la Casa Blanca le ha autorizado a proteger a los agentes fronterizos, lo que implica que los soldados podrán detener temporalmente a inmigrantes, pero "por minutos, ni siquiera horas", según informa la agencia de noticias The Associated Press.
Expertos consultados por el medio Military Times además indicó que esta orden es de dudosa legalidad puesto que supone que las fuerzas armadas realicen “labores asignadas a agencias civiles o correspondientes al gobierno civil”. Sin embargo, según estas mismas fuentes, el presidente sí está autorizado a usar la fuerza militar para suprimir insurrecciones o hace cumplir la autoridad federal, de forma que los límites son difusos y podrían tener que se determinados a la postre por la justicia.
Una de las justificaciones de la Casa Blanca para usar la fuerza letal es que hay “evidencias creíbles e inteligencia” que indican que la caravana de migrantes que ha llegado a la frontera con México “podrían provocar incidentes violentos o disturbios” que supongan una amenaza para los oficiales fronterizos.
//El Comercio//