Foto: ANF |
La Cámara Nacional de Industrias (CNI), en una evaluación del sector para este 2021 estima una recuperación del PIB de la industria manufacturera en torno al 4% (excluyendo los rubros relacionados a la minería y gas).
Esto significa un desempeño insuficiente para alcanzar el nivel de actividad previo a la pandemia. Hay que recordar que la contracción del PIB Industrial en el 2020 fue de 8,4%, por lo que, al actual ritmo de recuperación, volveríamos a los niveles de actividad industrial observados en el 2019 recién en el 2023.
Los factores que explican la baja recuperación de la industria manufacturera fueron el contrabando y la informalidad, que se han visto incrementados a partir de la situación cambiaria entre Bolivia y sus vecinos. Brasil, Argentina, Chile y Colombia, después de Turquía, han sido las economías cuyas monedas se han devaluado de manera más acelerada durante el 2021, afirman los industriales.
Estas devaluaciones, impulsadas por los fuertes estímulos monetarios implementados durante la pandemia y la salida de capitales de la región, han abaratado de manera extraordinaria los productos de esos países y, por lo tanto, han generado una situación poco sostenible para la industria nacional.
Agregan que existe una vinculación directa entre el contrabando y los canales de venta informales, al margen de competir de manera asimétrica con la producción formal. La consecuencia ha sido una disminución sustancial del margen en sectores industriales, principalmente aquellos relacionados a los alimentos, bebidas y productos del cuidado personal, hogar y limpieza, todos ellos muy representativos para la industria nacional.
Además, que el creciente costo del dinero, empujado por la falta de liquidez en el mercado, el incremento de los indicadores de riesgo y una agresiva estrategia de financiamiento del sector público en el mercado interno han repercutido en la reducción del crédito disponible para el sector industrial y privado en general.
Los industriales también identifican a los conflictos políticos y sociales, y un avance lento en la campaña de vacunación, han incrementado el riesgo a nivel general en la economía, por lo que estos factores muestran un evidente incremento en los costos operativos de las empresas industriales, el patrón de consumo y restricciones municipales. Estos costos se constituyen en una carga adicional en un entorno muy agresivo para la actividad industrial.
Las rupturas de las cadenas de provisión, la crisis logística y los problemas en las cadenas de producción de insumos han generado retrasos en la producción, incrementos en los costos de transporte y dificultades para la realización de la producción, sobre todo durante la segunda mitad del año, son también una preocupación para el sector.
Ante este escenario, la CNI estima para 2022 una recuperación de la industria del orden del 4%, “si y solo si” los factores señalados se mitiguen y, sobre todo, la política de lucha contra el contrabando adquiera algún grado de relevancia.
Para la economía en general preveen una recuperación del PIB cercano a los valores estimados por los organismos internacionales (entre 3 y 3,5%).
Los motivos por los que estimamos este desempeño son la perspectiva en el manejo de la política económica que plantea la industrialización con sustitución de importaciones, llevará adelante la creación de empresas públicas que desplazan a la inversión privada e impulsará una mayor presión recaudatoria sobre los contribuyentes para financiar la inversión pública y aliviar el déficit fiscal. Por lo tanto, el sector privado podría ser más sobre fiscalizado y sobre normado con fines recaudatorios.
Ante este panorama, el sector industrial considera que las tareas pendientes para el 2022 son asegurar la provisión de energía para la industria (gas y electricidad), para lo que es necesario conocer el estado de situación de aparato de extracción y producción de energía.
La lucha eficiente contra el contrabando y asegurar que el financiamiento interno pueda llegar a todos los actores de la economía, ya que el bache de liquidez que ha representado la pandemia se sigue arrastrando en los balances de muchas empresas que requerirán crédito para sostener sus operaciones.
Evitar los incrementos en las presiones recaudatorias y regulatorias sobre el sector formal de la economía, que podrían deteriorar aún más el clima de inversiones en el país. Tramitología, facilitación y simplificación, concluyeron los industriales en su evaluación presentada este jueves.