Foto: Wall Street International Magazine |
La estatal YPFB reubicó a 35 operadores nacionales reclutados durante la administración de Evo Morales y los reemplazó con 33 técnicos venezolanos. Denuncian que ahora hay 65 trabajadores de esa nacionalidad en el complejo petroquímico de Bulo Bulo.
Un reportaje de El Deber establece que de héroes de la patria a desterrados y condenados al olvido, se convirtieron 35 técnicos nacionales que fueron reclutados y capacitados durante tres años para operar la planta de Amoniaco y Urea (PAU) de Bulo Bulo.
Es decir, pasaron de profesionales de alto nivel a ocupar cargos de bajo rango en zonas alejadas y fronterizas del país, en donde incluso algunos usan su fuerza bruta. Para reemplazarlos, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) duplicó la presencia de técnicos extranjeros, en especial la de venezolanos.
Este medio de Santa Cruz recogió el testimonio de cinco ex trabajadores que pidieron permanecer en el anonimato para evitar más represalias de la estatal, que negó el hecho e incluso aseguró que recuperó a los profesionales retirados en el anterior gobierno.
Este medio también accedió a documentación que respalda el testimonio de los operarios.
Los ex técnicos señalaron que fueron relegados de sus puestos de trabajo por haber permanecido en el complejo durante la gestión del Gobierno de Jeanine Áñez.
La mayoría tiene formación académica y experiencia en el sector petrolero de más de 20 años.
La planta de Amoniaco y Urea es un complejo petroquímico ubicado en la zona del Chapare, su construcción demandó una inversión de 953 millones de dólares. Cuando entró en operación en 2017, el entonces presidente Evo Morales, sostuvo que sería operada por manos bolivianas.
De hecho, el contrato firmado entre el YPFB y la transnacional surcoreana Samsung—que construyó la planta— establecía que la firma internacional capacitaría a personal boliviano para que la industria sea operada en su totalidad por técnicos nacionales.
En octubre de 2018, el entonces vicepresidente nacional de operaciones de YPFB, Gonzalo Saavedra, informó que hasta diciembre de ese año el proyecto estaría bajo el control de manos bolivianas.
Pero los coreanos fueron reemplazados por 33 técnicos venezolanos, mientras que el personal boliviano llegó a un número de 35, revela El Deber.
REEMPLAZOS
Los 33 venezolanos llegaron para ocupar puestos de operadores, supervisores y personal de mantenimiento. Lo que más malestar causa entre los extrabajadores, e incluso a los que siguen activos, es que perciben un sueldo tres veces mayor a los nacionales, en especial en cargos operativos.
Por ejemplo, un supervisor de campo nacional ganaba hasta 20.000 bolivianos, pero un profesional venezolano percibe Bs 74.568 (10.713 dólares).
Por otro lado, un operador extranjero tiene un salario de 64.341 bolivianos (9.244 dólares) contrario a lo que ganaba y gana uno nacional (entre Bs15.000 y 19.000).
A esto se suma, lo que ganan especialistas llegados de India que tienen sueldos de 25.000 dólares. Y un profesional peruano, con sueldo similar.
“Antes, la relación era un 70% personal nacional y 30% personal extranjero. Pero esta relación es 80% de personal extranjero no capacitado y 20% nacional”, señaló uno los operadores retirados.
Esta fuente dijo que muchos de sus colegas aceptaron incluso estas rebajas salariales por el temor de quedarse sin empleo.
“Fue injusto lo que nos hicieron, pero no podemos darnos el lujo de quedarnos sin trabajo. Tenemos familias y nos han alejado de ellas”, señala un técnico reubicado.
Todos los consultados por El Deber responsabilizaron a Henrry Lapaca, gerente de Industrialización de YPFB de su destierro. “Nos acusaron de ‘pititas’ (seguidores del anterior gobierno), pese a que nosotros entramos con el gobierno de Evo Morales”, afirma otro de los entrevistados.
Además, acusaron al ejecutivo de realizar una mala administración de la PAU porque hasta el momento la planta no entra en funcionamiento. Incluso revelaron que el complejo petroquímico fue paralizado en 2019, antes de la caída de Evo Morales, cuando Lapaca era director del complejo.
DESCARGO DE YPFB
Tras la denuncia del medio cruceño; el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, dijo que los técnicos foráneos representan el 10% de la planilla del complejo petroquímico.
El Gobierno justificó el lunes pasado la presencia de técnicos extranjeros en la planta de Amoniaco y Urea (PAU), en especial de venezolanos, al asegurar que son "tecnólogos con capacidad" que no existen en Bolivia. Es más, culpó al gobierno de transición por la demora en el arranque del complejo petroquímico, hecho que le causó un daño de 450 millones de dólares.
Molina indicó que la contratación de estos técnicos se hizo por la carencia de personal especializado en el país y para reparar los daños que dejó en la planta el anterior Gobierno, al que acusó de paralizar las operaciones del complejo.
Sostuvo que, por estos daños, "se requirió personal de alto nivel" para poder arrancar la industria.
"Es un complejo petroquímico y se requería tecnólogos de distintas partes del mundo, no solo personal venezolano sino chinos, europeos y norteamericanos, estamos en una fase de arranque" dijo el ministro en la red Unitel.
El ministro aclaró que este personal no operará la planta, sino que trabajará en la etapa inicial del arranque de producción.
Aseguró que solo un 10% de los técnicos son extranjeros. "La planta tiene 480 trabajadores, de ellos el 90% es personal boliviano. Se necesita gente con capacidad que no tenemos en Bolivia”, manifestó.
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