Por: Amalia Pando |
Mientras los contagios y muertes por Covid-19 aumentan en el país y el mundo, los gobiernos cifran todas sus esperanzas en las vacunas que empezaron a inyectarse a medianos de diciembre pasado. Sin embargo, nadie sabe si son efectivas, más con la aparición de nuevas cepas, ni el tiempo de su cobertura, que según los virólogos podría variar entre 2 a 6 meses.
Bolivia recibió un primer lote de la vacuna rusa Sputnik V recién este 28 de enero gracias a los favores políticos del gobierno argentino que transportó desde Moscú, en Aerolíneas Argentinas, su tercer lote de 220 mil dosis y las primeras 20 mil nuestras, de 5,2 millones comprometidas.
Podría ser el último embarque en muchas semanas o meses porque el vocero del Fondo de Inversión que produce las Sputnik V en Rusia, Kirill Dmitriev, reconoció en un comunicado y en una entrevista con el canal estadounidense CNBC que “ las demoras son entendibles, toda la cadena de producción tiene muchos componentes y si tienes un problema con uno de ellos, eso retrasa las cosas”
El periódico Clarín de Buenos Aires estima que hasta abril no llegará un nuevo embarque, complicando toda la programación para una vacunación masiva.
Por lo tanto, pasaremos el pico de esta segunda ola devastadora de la pandemia sin un escudo protector, con los hospitales públicos desbordados y bajo la consigna “SALVESE QUIÉN PUEDA”.
PROBLEMAS A LA VISTA
La Sputnik V se aplica en dos dosis. La primera surte efecto después de 15 días con una efectividad del 30 al 50 %. El segundo pinchazo sube la protección al 90 %, según sus fabricantes, y debe aplicarse después de 21 a 28 días.
Si una persona recibe solo una dosis tendrá menos defensas pero además se corre el riesgo de estimular la mutación del virus hacia cepas más agresivas, según la inmunóloga Adelaida Sarukhan, entrevistada por El País de España.
Por otro lado, esta vacuna se transporta y almacena a 20 grados bajo cero para la versión liofilizada y 2 a 8 grados bajo cero para la versión líquida.
Esto demanda de una infraestructura de refrigeración en todo el país, en cada centro de vacunación y en cada medio de transporte. Infraestructura inexistente en el país que exigirá de un presupuesto adicional a los 52 millones de dólares que costará la vacuna rusa y una dificultad adicional, incluyendo la capacitación del personal.
En Rusia, por ejemplo, decenas de frascos descongelados tuvieron que desecharse porque no se usaron por el ausentismo en los puntos de vacunación.
Dmitriev anunció que para aminorar los obstáculos en el transporte de la Sputnik V y porque su gran mercado está en Latinoamérica, fabricarán la vacuna rusa en Brasil, en la compañía farmacéutica más grande de ese país , la Uniao Química, cuya meta es producir 150 millones de dosis en todo este año. Cantidad que no alcanza a cubrir ni la demanda del país productor.
LOS PRIMEROS EN LA FILA
Como en todo el mundo, los primeros en recibir una vacuna contra el COVID-19 debe ser el personal de salud que ha ofrendado cientos de vidas en esta crisis sanitaria.
Felizmente el presidente Arce hizo un anuncio en este sentido, aunque no nos extrañe encontrar en la cabecera de la fila a la cúpula del MAS y sus familiares, tal como lo anunció el senador cocalero Leonardo Loza: “los primeros serán el presidente, el vicepresidente, senadores y diputados”.
En España tuvo que renunciar el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villaroya, porque se hizo vacunar a pesar del protocolo que establece que primero están los ancianos y el personal de salud.
En el Ecuador, el parlamento aprobó el pedido para la destitución del Ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos porque primero hizo vacunar a su familia.
Arce dijo que recibirá la vacuna para brindar confianza a la población. Vaya y pase, pero los demás ¡ que aguanten ¡
Así también lo hizo su colega Fernández en la Argentina y Biden en los Estados Unidos quien recibió la primera dosis de la Pfizer. En cambió Putin, promotor de la Sputnik V, no lo hace porque reconoció que no es apta para mayores de 60 años .
EL PRECIO DE LAS VACUNAS.
Entre 10 y 17 dólares la dosis
Los gobiernos de Bolivia y la Argentina, unidos por el lazo que tendió Evo Morales, se inclinaron de modo simultáneo por los rusos, en cuya órbita política se sienten ideológicamente cómodos y protegidos.
Ambos aprobaron el uso de la vacuna Sputnik V sin un estudio clínico previo, es decir, sin verificar en su población la efectividad de esta vacuna y sus posibles efectos secundarios.
Así también, ambos gobiernos firmaron con los proveedores un contrato de confidencialidad, por lo que el precio se convirtió en secreto de Estado.
Sin embargo, en la Argentina el convenio con los rusos tuvo que llegar al parlamento con su respectiva asignación presupuestaria. De este modo, el periódico La Nación dedujo que cada dosis está en 10 dólares, por lo que las dos que se necesitan por persona suma 20 dólares.
Dmitriev, el portavoz de la Sputnik V, dijo que el precio varía en función de la cantidad y a los arreglos geopolíticos. Y la colocó alrededor de los 17 dólares por dosis o 34 dólares las dos dosis que requiere cada persona. “Mucho más barato” en comparación con los 39 dólares de la Pfizer y los 50 dólares de la fabricada por Moderna, dijo.
SOMOS LA FASE III
El gobierno de Putin debería pagarnos porque, junto a la Argentina, seremos su experimento masivo, su fase 3, en el desarrollo de la vacuna Sputnik V.
La BBC en un artículo sobre este tema dice que para lanzar a la venta esta vacuna, en Rusia se probó la vacuna en dos grupos formados por 38 voluntarias cada uno y solo con ello demostraron “ ser altamente eficientes y seguras”.
A la fecha, en Rusia apenas vacunaron a 800 mil personas, representando el 0.55 por cada 100 habitantes. Los países más avanzados en esta campaña son : Israel, con 50 por cada 100 ; Emiratos Árabes con 29,01 por cada 100 ; Reino Unido con 11, 67 por cada 100 ; y, Estados Unidos con 7,45 por cada 100 habitantes cifra que representa a 24 millones de personas ya vacunadas.
La BBC cita a la viróloga, Ian Jones, que dice que los ensayos clínicos, en miles de personas, la llamada fase 3 del desarrollo de una vacuna, es la única que prueba a ciencia cierta su eficiencia y seguridad. Fase que la Sputnik no cumplió. Por ello, el Wall Street Journal tituló : Argentina, campo de pruebas. Bolivia también será eso, la fase III del inmenso negocio de Putin.