Cuando aún se esperan los resultados oficiales de las elecciones de este domingo, se ensayan muchas explicaciones sobre el triunfo del MAS en las urnas. La estrategia del miedo, el conservadurismo del electorado, los graves errores de la transición, la inercia de un contendiente y la soberbia de otro, el saboteo a la unidad, figuran entre las múltiples causas que explican el triunfo del binomio Arce-Choquehuanca en las elecciones de este 18 de octubre, según analistas consultados por Cabildeo Digital que, además, dejaron en claro que ese triunfo fue “a pesar de Evo”.
“El triunfo del MAS era previsible, pero nadie esperada una diferencia tan marcada”, aseguró el analista Roger Cortez, aunque admitió que el alto porcentaje de indecisos hacía suponer que el binomio masista podía ser favorecido con ese voto para forzar una segunda vuelta, pero no estaba en los cálculos la diferencia proyectada en las encuestas a boca de urna.
De hecho, cuando reclamó que se autorice a las encuestadoras revelar sus datos, Sebastián Michel, vocero del MAS, aseguró que “el primero ganó con 45%, el segundo apenas llega al 30% y el tercero está por debajo de 15%”.
Las proyecciones también tomaron por sorpresa al investigador Marco Antonio Gandarillas que, más allá de las cifras, dijo que debe tomarse en cuenta que “desde el lado de la subjetividad, el miedo, la lógica del miedo que el MAS empleó contra opositores y contra la sociedad, terminó inclinando la balanza a su favor” y en su percepción “la gente no ha querido segunda vuelta por la incertidumbre ante la crisis económica y, sobre todo, para que no vuelva la violencia. Y quien podía traer la violencia era el MAS, porque su propio candidato advirtió que solo si ganaban respetarían el resultado de las elecciones”.
Añadió que otro de los factores que favoreció al binomio Arce-Choquehuanca fue el errático gobierno de Jeanine Añez, caracterizado por una constante inestabilidad, nepotismo y mediocridad, además de estar plagado de mediocridad y de un poder paralelo y mercenario que tuvo su nítida expresión en el Ministro de Gobierno.
Por su parte, Cortez señaló que “el MAS se vio favorecido por un electorado fundamentalmente conservador, porque más allá de las fechorías que cometió en más de 13 años de gobierno, decide apoyarlo, no es que haya olvidado esas fechorías, simplemente perdona”.
La mayoría “votó a conocido, quiso creer que Arce sabe más de economía que cualquiera de sus oponentes” añadió Cortez, pero también dejó en claro que “Arce tiene mejores posibilidades que cualquiera de sus contrincantes los primeros tres meses, y, en principio, eso va a satisfacer la expectativa de sus electores, pero no tiene la capacidad de hacer los milagros que ha prometido y va a tener en contra enemigos más respetables de los que tuvo en elecciones”.
Entre esos “enemigos”, mencionó al coronavirus y a la crisis económica, “hay riesgo de rebrote y si se da en las condiciones de Europa, será muy complicado y le pasará adicionalmente la factura de la crisis de salud y, en materia económica, el candidato que se reclamó como la expresión del milagro económico de más de 13 años de gobierno, podría terminar atrapado en la crisis”.
LOS TIEMPOS POLÍTICOS SON VERTIGINOSOS
“Los tiempos políticos en Bolivia son vertiginosos. La elección del 18 de octubre ya está en el pasado. El presente nos trae la disputa Evo Morales-David Choquehuanca” aseguró la socióloga Cecilia Salazar.
Añadió que no se puede olvidar que “el 2019, con Evo, el MAS tuvo que acudir al fraude, Evo ya no le alcanzó para un triunfo tan holgado como el que obtuvo en esta elección, esa es una muestra que se rechazó el prorroguismo”.
Cortez, por su parte, destacó que “David Choquehuanca ha mostrado ser mucho más hábil que los aduladores del MAS”, asimismo, “es más leal a sí mismo que a Arce y Morales”.
Ambos coincidieron que Choquehuanca fue el estratega del triunfo, porque mientras Arce se cuadraba antes las instrucciones que Morales le daba desde Buenos Aires, “Choquehuanca logró articular alrededor de la candidatura a lideratos impensables en tiempos de Evo Morales, y una muestra de ello es el apoyo de el “Mallku” Felipe Quispe”.
Según los analistas, con el triunfo electoral en sus manos, Choquehuanca tiene muchas razones para resarcirse de los golpes que le propinó Morales, que lo marginó y lo cndenó al silencio.
Y según Cortéz, el Choquehuanca triunfante no cederá su liderato ante Evo, porque, además de las rencillas que impidieron que sea el candidato presidencial, “Chocuqehuanca se siente un enviado de los dioses, descendiente de una gran estirpe con iluminación metafísica, que no tiene planes pequeños”.
¿QUIÉN GOBERNARÁ LOS PRÓXIMOS AÑOS?
Y en medio de esa disputa estará, por supuesto, Luis Arce, que tendrá que apoyarse en la legitimidad que el electorado le concedió con el voto para “neutralizar” la injerencia de Evo Morales que, según lo destacó el analista Franklin Pareja “ya anunció que restablecerá relaciones con todos los países, no se ha dado cuenta que no es presidente”.
Cortez añadió que ese será uno de los retos de inicio de Arce como presidente que “le debe mucho a Evo Morales, desde el gasolinazo pero que durante la campaña ha prometido que se quedara solo los cinco años”.
Pareja, sin embargo, señaló que “No tenemos un presidente caudillo, Arce es un tecnócrata que no tiene luchas sociales en su haber, pero cuenta con la legitimidad suficiente para gobernar Bolivia, está imbuido de gobernabilidad, depende sólo de él ceder ante las prácticas autoritarias y mostrar, de inicio, si gobernará Arce Catacora o Morales Ayma.
El analista Daniel Valverde dijo que es poco probable que el presidente electo termine cediendo porque en su opinión, “el poder no se comparte, Arce es el dueño de esta elección, hay cambios de ciclo en la conducción del poder, nuevos estilos de liderazgo, la forma de posesionarse en el escenario nacional será distinta”.
Admitió que Evo Morales, ejerce un liderazgo fuerte, pero dijo que no hay que perder de vista que “ese liderazgo está bastante decaído, a partir del referéndum del 2016 entró en declive, y eso se notó en la campaña, los candidatos tomaron distancia con relación a Morales y tuvieron mayor autonomía, surgieron nuevas vocerías, renovaron su discurso, han sabido interpretar la realidad”.
En opinión de Valverde esos cambios eran impensables con Evo Morales “porque su modelo de liderazgo político es confrontacionista, en cambio, Arce habla de reconciliación”.
Según Pareja, por los resultados electorales conocidos hasta ahora, con su holgado triunfo, el MAS no disputa el poder ni tiene confrontación con otras fuerzas, “pero no puede perder de vista que este es un gobierno de crisis, se van a activar las demandas sociales, no tiene los astros a su favor y no es auspicioso volver a la dinámica autoritaria del pasado, debe gobernar para todos y no entrar al revanchismo. Ganó sin Evo Morales y tiene que asumir como presidente y la primera señal será como conforma su gabinete”.
Sebastian Michel, vocero del MAS, dijo que Choquehuanca “tiene la misión de la reconciliación nacional”.