¡BOLIVIA ARDE! ¿Y EL GOBIERNO? BIEN, GRACIAS

Por José Luis Saavedra.-

Escribo con la firme esperanza que la bendita lluvia pueda ayudarnos a apagar los incendios que tan trágicamente están afectando a siete de los nueve departamentos del país. Por ello mismo, se impone luchar contra los incendios forestales, que se han ido extendiendo peligrosamente hacia los territorios indígenas y parques nacionales. Gran parte de los parques nacionales están con fuego y están siendo severamente afectados, sobre todo aquellos parques que se encuentran en el Chaco boliviano, en la Chiquitanía, el Pantanal y la cuenca amazónica. 

Ahora, al igual que el año pasado, tiene que ser la sagrada Pachamama la que, frente a la práctica inoperancia e inacción del gobierno (del actual y del anterior), venga a auxiliarnos y socorrernos en las arduas tareas de sofocar los incendios forestales. Ha tenido pues que venir la bendición del cielo para poder apaciguar los incendios y calmar el fuego de algunas zonas, áreas y territorios donde hay mayores focos de calor. De acuerdo con Alex Villca, en los últimos años ha sido la Madre Naturaleza la que finalmente nos ha ayudado (y escuchado) el clamor de los pueblos indígenas. “Hoy vemos, nuevamente, que es nuestra Madre Naturaleza la que se apiada de esta destrucción masiva que estamos causando los seres humanos. Es muy doloroso ver la cantidad de daños que se está causando en varios territorios y en varias áreas protegidas. La preocupación y la zozobra que viven los habitantes locales, sobre todo las comunidades indígenas, (frente) a la gravedad de la situación que viven, (hace) que no tengan otra opción más que implorar en plegarias…”. 

Si ya hay lluvias, por qué escribimos sobre los incendios, básicamente porque nuestros gobiernos, el actual y el anterior, no entienden, no quieren entender, ni hacen el menor esfuerzo por entender, las importantes e imprescindibles tareas de prever los incendios y en consecuencia prepararnos, psicológica y logísticamente, para afrontar situaciones tan dramáticas como las que hoy, igual que el año pasado, estamos viviendo y en realidad sufriendo. Y es acerca de estas cuestiones tan vitales y estratégicas que conversamos (y disculpen por la extensión) con Miguel Ángel Crespo, fundador y director ejecutivo de Probioma, que desde hace más de 30 años trabaja en programas socioambientales, agroecología, biodiversidad y biotecnología. 

Causas de los incendios

“En primer lugar, yo creo que es el modelo, que, en todos sus sectores, en la minería, en hidrocarburos, inclusive en el ámbito de lo que es la agricultura, es un modelo extractivista, del que Bolivia no ha salido desde que llegaron los españoles (siglo XVI), es (seguimos siendo) un país proveedor de materia prima y recursos naturales. Y no ha habido un Estado capaz de lograr la industrialización del país, cuando se podía haber hecho, que fueron las banderas del ‘52, que lamentablemente las arriaron y otra vez las entregaron, como se dice, a las fauces del imperio y después a las transnacionales”.

“Bolivia ha sido condenado, por la economía mundial, a ser un país proveedor de recursos naturales, de materias primas, y obviamente eso (aún hoy) se sigue articulando. Es pues el Estado, a través de los diferentes gobiernos y clases dominantes, que (tradicionalmente) han estado en el poder, que ha mantenido ese modelo, ese sistema capitalista, de explotación de materias primas y con un nivel de mano de obra totalmente explotada. Y obviamente ahí están las consecuencias, (tanto que) inclusive se han hecho, se han elaborado leyes, (principalmente) durante el gobierno del MAS, leyes a favor de ellos, de ese modelo extractivista; a pesar de que hay una Constitución, hay unas leyes, de revolución productiva (Ley N.º 144 de la revolución productiva comunitaria agropecuaria), de la Madre Tierra (Ley N.º 071 de derechos de la Madre Tierra), en el caso de la agricultura, que no han servido de nada, han sido meros enunciados, no se han traducido en políticas, que conlleven realmente cambios del modelo”.

“Como consecuencia de todo eso, ha seguido elaborándose leyes, como han sido las leyes incendiarias, que después han derivado en los famosos decretos y resoluciones ministeriales, que han afianzado y consolidado al agronegocio como tal, como un sector agro-extractivista, que no piensa en el país, que sólo piensa en sus bolsillos, porque ese sector está pues subordinado a las empresas transnacionales, dueñas de semillas (genéticamente modificadas), de agroquímicos, etc., a las que no les interesa defender los recursos naturales, el bosque, la biodiversidad, del que Bolivia es centro de origen y es uno de los diez países más ricos del mundo en biodiversidad”. 

“(Y también) porque no ha habido pues un Estado, José Luis, que establezca, que planifique la economía y diga ‘miren, nosotros ya no vamos a fabricar motores, ni computadoras, pero qué tenemos, que (los demás) no tienen, biodiversidad, recursos genéticos, etc.’. El mundo come todos los días, respira todos los días, seamos un centro de biodiversidad, que además provea a una parte del mundo con alimentos sanos, nutritivos, procesados, y provea de suficiente oxígeno”.

Entre el cambio climático y el modelo agroextractivista

“(El cambio climático) es producido por el modelo extractivista a nivel global. (Hay que) tomar en cuenta que las alertas del cambio climático deberían servir para elaborar políticas de prevención. Yo lo dije en la radio que ya en enero se había dado la alerta, de que este año iba a ser seco e iba a haber temperaturas más altas. Entonces, qué tiene que hacer ahí un Estado, primero derogar esas leyes (ecocidas), es decir que ‘aquí no se va a ampliar más la frontera agrícola, se va a respetar el uso de suelo, se va a establecer sanciones, y al que esté incumpliendo se lo va a meter preso, con multas altas’”. 

“Eso podían haber hecho en enero, no lo han hecho, entonces si no lo han hecho, es porque son los mismos tipos que están interesados en que haya chaqueos, por lo que yo decía en la radio, una hectárea con bosque 50 dólares, hasta 100 dólares; pero, si una hectárea está desmontada le cuesta pues mil dólares, dos mil dólares, hasta cinco mil dólares, porque en realidad no se ve el valor que tiene ese bosque, se ve más el valor de la tierra, en términos de que no exista ningún árbol. Entonces, ahí, detrás de todo eso, hay un tráfico de tierras, hay un negocio de tráfico de tierras, donde están metidos gente del gobierno, del agronegocio, están metidos todos ellos. Todas esas tierras que se han otorgado a los interculturales, en el gobierno del MAS, ha sido para el tráfico de tierras, no ha sido para llevarlos y que estén ahí sembrando, ¡es tráfico de tierras!”.

“Esa es una amenaza permanente y a esos tipos (del agronegocio) no les interesa el tema del bosque, ni siquiera los productores, y saben que si no tienen bosque es (como) pegarse un tiro en el pie, porque no llueve, y son los que van a sufrir el ataque de langostas, de plagas, no va a llover, van a perder la cosecha, y después estiran la mano para que el gobierno les salve. Entonces, vamos a seguir en este círculo vicioso de estar llorando cada año por estas desgracias y con esta impotencia”.

Mayor intensidad de los incendios

“(Si bien) hay otros incendios más extensivos y de más baja magnitud, aquí se concentran, o sea están más concentrados, ¡se quema todo! El año pasado, cuando estuve recorriendo (las zonas incendiadas), se podía apagar con palas, se podía romper fuego; pero, ahora es mucho más intenso, ¡son llamaradas inmensas!, del tamaño del árbol, entonces es más intenso, porque se ha generado una hojarasca, que es el combustible”.

“Eso hace que ya la gente, los mismos bomberos hayan dicho ‘levantamos las manos, sólo desde arriba, con avión, se va a poder apagar, desde abajo no se puede’, (sólo con apoyo aéreo), claro, correcto, porque es la única forma de apagarlo, que llueva desde arriba, hay que rogar que llueva, (pero) vemos que ha bajado el porcentaje de humedad. Entonces, ese es el problema y, lo peor, es que se están incendiando seis departamentos, (el fuego) ya está en los valles, en el Chaco, en las serranías”.

“Ahora, dirán, ‘no, es provocado”, independientemente de que sea o no provocado, están pues las leyes, que les facultan (a los pirómanos), mientras no se deroguen esas leyes. Si me meten preso, les digo, ‘no, aquí está la ley, yo sigo la ley, tengo que cumplir la función económico social, estoy en el marco del PLUS (que lo han cambiado en el Beni), donde yo estaba quemando es un área que -según el PLUS- está apta para la agricultura’, antes eso no era así”.

“Por eso le decía, mientras no se deroguen esas leyes (incendiarias); pero, no les interesa, porque son del agronegocio, que (ahora) están en el gobierno. El año pasado (los del agronegocio) eran los socios del MAS, ahora ellos son (gobierno), o sea la cosa no ha cambiado. Pero, el país sigue ardiendo, la gente sigue fregada, sigue impotente”.

Los incendios son la manera más fácil y barata de deforestar

“Eso es cierto, José Luis, esa hipótesis es cierta, es algo cierto, por lo que yo le decía hace un rato, mientras usted tenga esa ley y esa normativa de la función económico social. Entonces, ahí tienen pues el respaldo legal para incendiar y habilitar tierras, porque el tipo dirá ‘yo he quemado mil hectáreas’, ‘por qué ha quemado’, ‘porque me iban a quitar, porque me han dicho que no cumplía función económico social, prefiero quemar esas mil (hectáreas) y así habilitar esto para la siembra de soya’”. 

“Eso muestra que hay una intencionalidad, como ya no vamos a vivir del gas, piensan o creen que, ampliando la frontera agrícola, con un costo social, ambiental y productivo inmenso, vamos a lograr revertir esa baja de los ingresos por hidrocarburos y no se va a lograr”. 

“Pero, si usted elimina esas leyes, esa era la agenda de los cabildos del año pasado, abrogar las leyes incendiarias, no les dio la gana, este gobierno (transitorio) entró y no le dio la gana, porque obviamente es justificable, es el gobierno del agronegocio, son ellos los que están (en el gobierno), los ministros son del agronegocio. Entonces, no les convenía y no les interesa. Y ahí están los efectos, ahí están los impactos”.

Consecuencias de los incendios

“En primer lugar, el humo está afectando al sistema inmunológico, al sistema respiratorio y esto obviamente va a ampliar mucho más la amenaza de una nueva oleada del Covid-19, va a ser mucho más fuerte. A esto se le añade la falta de lluvias, que obviamente da como consecuencia una sequía fuerte y un proceso de desertificación que se va a ampliar mucho más. No nos olvidemos que, en Bolivia, casi el 40% de los suelos está en proceso de desertificación, especialmente en la zona del occidente y también en el oriente, de las tierras que han sido usadas para el agronegocio. (También) la aparición de plagas cada vez más fuertes, este año ha habido una aparición de langostas más fuerte que el año pasado, cada año es más recurrente, antes no era así”. 

“El otro hecho es que las altas temperaturas también promueven que los cultivos no puedan desarrollarse normalmente, se secan, y exista un nivel de empeoramiento en lo que se refiere a rendimientos. Y obviamente eso va a repercutir en la falta de alimentos y va a hacerla a Bolivia mucho más dependiente de la importación de alimentos, (se va a) incrementar mucho más el gasto público en la importación de alimentos (que hoy ya se gasta más de 700 millones de dólares al año), que además son alimentos que no nutren, son alimentos procesados de otros países, que tienen conservantes, aromatizantes, colorantes, etc., que al final no alimentan y más bien deterioran la salud”. 

“Y muchos de estos (alimentos importados) tienen (altos) niveles de toxicidad, que además acrecientan el problema del cáncer, insuficiencia renal, diabetes, etc., y eso afecta a la salud, o sea es un tema integral. Y con ello obviamente la desaparición de la biodiversidad y recursos genéticos (Bolivia es centro de origen), la desaparición de fuentes de agua, la contaminación de las mismas; o sea, los impactos son muy grandes, no es no más que desaparece el pajarito, sino el pajarito está asociado a (complejos) niveles de polinización, está asociado a niveles de traslado y transporte de semillas, etc. Al desaparecer su hábitat desaparece él y desaparece la propia semilla, la polinización, etc., o sea hay que verlo en ese sentido (integral)”.

“Cuando nosotros cuestionamos esto, mucha gente cree que es un grupo de soñadores, defendiendo el medio ambiente, no, el medio ambiente es más serio, transversaliza toda la vida económica de un país, no se puede hacer nada sin tomar en cuenta eso. Entonces, eso es lo que se debería ver de manera integral”.

¿Qué hacer? 

“Yo creo que lo que hay que hacer es denunciar, difundir, se debe dar más poder a los municipios, más presupuesto, más poder a la sociedad civil, porque el Estado en definitiva no defiende los intereses del país, y obviamente la derogatoria de todas estas leyes incendiarias, ¡hay que derogarlas todas!”.

“Ojalá que se entienda que hay que empezar a derogar estas leyes, hay que cambiar este modelo, totalmente, porque Bolivia no tiene otra salida, es un tema de supervivencia; si no se lo hace estamos destinados a colapsar, a desaparecer, y lo que está en juego es la vida”.