Por José Luis Saavedra.-
El pasado reciente viernes 04 de septiembre volvió a suspenderse, por segunda vez consecutiva -la primera ha sido el jueves 13 de agosto-, la Audiencia pública sobre la Acción Popular, que interpusieron los representantes de los pueblos indígenas, organizaciones de la sociedad civil y ambientalistas, contra la introducción de semillas transgénicas.
La acción popular, según los accionantes, es para dejar sin efecto los Decretos Supremos N.º 4232 y N.º 4238, que autorizan el establecimiento de procedimientos abreviados para la introducción al país de semillas genéticamente modificadas, y se fundamenta en el propósito de defender el derecho a una alimentación sana, derecho consagrado y protegido expresamente en convenios y acuerdos internacionales.
Los accionantes alegan que el DS N.º 4232 viola la Constitución y las leyes nacionales en cuanto a la prohibición del uso de transgénicos en Bolivia y aclaran que dicho recurso legal también reivindica el derecho al acceso a un ambiente sano y libre de venenos químicos y transgénicos.
Los accionantes también destacan que el D.S. 4232/20 amenaza al patrimonio genético, cultural y natural de Bolivia, traducido en las semillas nativas, en especial del maíz, del que se tienen más de 70 variedades en el país.
La razón para el diferimiento ha sido la inasistencia de los/as representantes del gabinete de ministros y, más específicamente, la falta de tinta (tóner) para imprimir las notificaciones.
Más allá de la grave irresponsabilidad de un Órgano judicial que ni siquiera puede notificar una simple demanda y de la chicanearía gubernamental, aquí importa develar los verdaderos intereses del agronegocio y para ello acudimos a conversar con una importante miembro de la plataforma Bolivia libre de transgénicos: Alejandra Crespo.
Alejandra Crespo empieza explicando que “la verdad, yo, en lo personal, y nosotros no estamos sorprendidos de cómo se han suscitado las cosas (suspensión de la audiencia), porque ya lo hemos visto, en más de una oportunidad, con el propio gobierno de Evo morales, de cómo los procesos legales -al final- se dirimen a favor de los que tienen el poder económico. Lastimosamente, la justicia boliviana está al servicio de los poderosos y no al servicio del pueblo”.
“Ya un día antes de la audiencia, el jueves (03 septiembre), nosotros hicimos una conferencia de prensa (‘Rueda de prensa en denuncia ante la agroindustria por seguir pretendiendo introducir agrotóxicos a Bolivia’) acá, en Santa Cruz. Ya señalábamos que iba a pasar esto (ausencia de los burócratas del gobierno)”.
“Como dijimos en la Audiencia, que si ellos creen que tienen la razón deberían pues dar la cara, porque si uno tiene la razón (también) tiene que tener los argumentos sólidos y valederos para enfrentarse en la justicia. Pero, como sabemos que no tienen y de lo único que se valen es de falsedades, de confundir a la gente, como lo hacen a través de los medios de comunicación, de esas chicanas y esos subterfugios, que no tienen ningún peso científico, no pueden ser válidos en ninguna audiencia de ningún tipo”.
“Nosotros, el jueves (03) les dijimos que sean coherentes con sus posiciones y se presenten. Y pasó lo que dijimos, que no se presentaron y la justicia salió con que (faltaba tinta), ya uno no sabe si reír o llorar con la justicia boliviana, porque es el (colmo) decir que no tenían tóner y no pudieron imprimir. Cuando yo escuché esos argumentos realmente no podía creer que esté pasando eso, esos argumentos tan (no quiero decir una mala palabra) absurdos. Pero, muestran pues de qué (calaña) están hechos, para ponerse con esas (evasivas), hasta sus excusas son al nivel que los representan”.
“Ahora, se postergó esto (la Audiencia) para el 25 de septiembre, nosotros estamos tranquilos, seguimos activando, difundiendo y organizándonos. Sabemos que esta lucha, al igual que muchas luchas bolivianas, también se va a tener que definir bajo la presión social, tal vez en las calles, no sé, estamos evaluando eso porque también estamos en un clima de (pandemia), en un contexto complicado de salud”.
Finalmente, en un vano intento por con-vencernos, los agro-negociantes arguyen -ladinamente- que los transgénicos son la mejor y la única opción para el desarrollo económico. Sin embargo, el hermano país del Perú nos demuestra todo lo contrario: ha declarado una moratoria de 15 años más al ingreso de transgénicos.
Al respecto, Alejandra Crespo es contundente al afirmar “que el Perú, el pueblo hermano peruano, tiene características similares en cuanto a biodiversidad que Bolivia, inclusive ellos tienen menos razas de maíz que los bolivianos y aun así ellos deciden preservar su biodiversidad, su diversidad genética, que son las semillas, que hoy por hoy son tan valiosas”.
“Perú exporta más del doble de lo que los bolivianos exportamos, sin necesidad de destruir como estamos destruyendo acá y, sin necesidad de tener transgénicos, tienen más ingresos. Ellos realmente han apuntado a la diversidad, ellos exportan muchos productos y tienen muchos mejores ingresos que nosotros sin transgénicos, sin destruir, como quieren destruir acá los bosques”.
“Cuando ellos (los agro-negociantes) nos la charlan de que sin eso (sin transgénicos) no hay desarrollo, no hay seguridad alimentaria, es totalmente falso. Tenemos a los vecinos haciendo las cosas de otra manera. Y así como el Perú hay muchos otros países, porque los que siguen este modelo genocida son la minoría, son 24 países de los 194 que decidieron ir por este camino, y cada vez son menos porque ya se muestran los terribles impactos de este modelo del agro-negocio”.
“Entonces, que dejen de charlársela a la gente, hablemos con números, hablemos con ejemplos, y sigamos el ejemplo del pueblo peruano, que preserva su biodiversidad, su diversidad genética”.
¡Por una Bolivia libre de transgénicos!