Por Johnny Nogales, abogado.-
Hoy, en el Día de su Independencia, la Patria se ha visto doblemente agraviada. Recibió reveses en las dos mejillas.
Por una parte, la mano agresiva de la Asamblea Legislativa que, con el puño izquierdo cerrado en alto, clausuró la sesión de homenaje a Bolivia sin permitir que la Presidente del Estado rinda su informe. La excusa utilizada fue que no habían recibido el texto escrito. Evidentemente existe la obligación de entregar dicho informe, aunque no se establece que se debe hacer previamente a la realización del acto. Lo que ha ocurrido generalmente es que el Jefe de Estado lee su mensaje/informe y, terminado su discurso, deja el documento.
La situación demuestra con claridad que:
1.- El MAS sigue la práctica de su cabecilla. El lema de Evo Morales fue: “Le meto nomás y que vengan los abogados a arreglarlo”; es decir: La ley soy yo. Demuestra el más grande y absoluto desprecio por la legalidad.
2.- Que existe una visible división entre fracciones de ese partido político: Mientras la Presidente del Senado, Eva Copa, finalizaba su intervención con una convocatoria a la unidad y la conciliación, los obsecuentes partidarios del fugado autócrata impedían que se escuche en la sesión parlamentaria a la primera autoridad del país. Como colofón, cantaron a voz en pecho el himno que recuerda nuestro derecho al mar: legítima aspiración que su gobierno enterró al perder la demanda ante La Haya.
3.- Que hay una porción del MAS que alienta el enfrentamiento y la división; que está dispuesta a bloquear al país con tal de recuperar el usufructo del gobierno, sin importarle las necesidades de un pueblo sometido hoy al ataque de una pandemia mortal.
4.- Que, sin embargo, hay también masistas que plantean el diálogo y la concertación en el camino a la unidad nacional. Ellos tendrán la tarea de liberar a ese partido del yugo y las imposiciones de sus actuales dueños.
La otra mejilla de la Patria recibió el golpe de una Presidente que sigue demostrando prácticas semejantes a las del déspota depuesto. El centro de su mensaje fueron los bonos; tanto los que ahora dan como el que pretenden entregar; incluidos 150.000 paquetes de remedios. En acto de mero proselitismo político, sin ningún disimulo dejó en claro que repartir el dinero del Estado es su prioridad y su mayor preocupación.
En realidad, la ayuda que se distribuye (y que ahora se encuentra plenamente justificada) viene del dinero de los propios ciudadanos y no es ninguna dádiva de los gobernantes; pero todos los repartidores de bonos dan la impresión de sacar de su bolsillo los recursos o simulan que son producto de su magnanimidad. Y, por supuesto, no desperdician la ocasión para poner su rostro y sus colores en los espacios publicitarios.
Sólo dedicó más esfuerzo y utilizó todos los epítetos posibles para asegurarse que el Tribunal Electoral realice la elección en octubre, sin posibilidad de cambio.
Existía la remota esperanza de que precisamente hoy renuncie a su candidatura para dedicarse a atender la crisis y a evitar el retorno de los inMorales. Pero la señal es inequívoca: Es candidata y está en campaña, bien montada en el caballo del corregidor.
Lindo cumpleaños de la Patria! En lugar de regalos ha recibido dos tremendas bofetadas.