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El Órgano Ejecutivo descartó que una modificación del tipo de cambio de la divisa norteamericana sea un condicionamiento del FMI para acceder a créditos para enfrentar el Covid-19, mientras el BCB defiende la inyección de “recursos frescos” internacionales para estabilizar la economía.
Desde el 2 de noviembre de 2011, en Bolivia el tipo de cambio se mantiene inalterable, medida que impulso la bolivianización en función de las reservas internacionales. Una situación que buscar conservar el actual Gobierno, acudiendo a organismos de cooperación monetaria para acceder a créditos e inyectar liquidez a la economía que enfrenta una crisis por el Covid-19.
"En el Fondo Monetario Internacional (FMI), no hay condicionamientos ni de política monetaria ni de política cambiaria, es decir, no va a subir el dólar, no se está manejando políticas específicas de aumentar tributos, impuestos, porque no es un crédito", aclaró el viceministro de Inversión Pública y Financiamiento Externo, Gonzalo Quiroga.
En una entrevista con Bolivia TV, la autoridad explicó el martes que los recursos del FMI provienen de un instrumento de financiamiento rápido, que es un fondo al cual se accede cuando un país enfrenta problemas, como una pandemia.
A la fecha, el crédito aprobado por ese organismo, el pasado 17 de abril (por $us 327 millones), espera su aprobación en la Asamblea Legislativa.
ESTABILIDAD
Mediante un comunicado, el BCB reiteró su compromiso con la reactivación del país, pero que ante la magnitud de la emergencia sanitaria, es importante que, para preservar la estabilidad macroeconómica y los necesarios equilibrios, se utilice financiamiento internacional.
Explicó que el impacto de la pandemia en prácticamente todas las economías del mundo es mayor al esperado. “Los necesarios cierres sanitarios afectaron los ingresos de las familias, empresas y Estados, y han obligado a estos últimos a emprender considerables gastos en el ámbito de la salud; así como grandes programas de apoyo a sus aparatos productivos”.
Argumenta que en primera instancia gran parte de esos gastos, fueron financiados con fuentes internas, donde los Bancos Centrales contribuyeron con diversas medidas de política monetaria expansiva, pero con el transcurrir del tiempo la comunidad internacional ha reaccionado; por lo cual, se ha recurrido también al financiamiento externo en gran magnitud.
En este contexto, el BCB aseguró que ha respondido de manera inequívoca, otorgando liquidez al sistema financiero, aplicando medidas que apuntan a mantener la cadena de pagos en funcionamiento y apoyando el acceso del sector productivo y hogares a créditos con las tasas de interés históricamente más bajas.
En términos del PIB, las medidas de impulsos monetarios como respuesta a la pandemia, han representado un 16% del mismo. Un esfuerzo considerado el más altos de la región, sostiene.
Añade que es claro que una reactivación ordenada y efectiva a la crisis sanitaria demandará aún más esfuerzos. Sin embargo, el Directorio del BCB expreso enfáticamente que para lograr esto son necesarias inyecciones de recursos frescos a la economía, los cuales, deben provenir fundamentalmente del exterior.
El fuerte impacto que ha tenido la pandemia para la economía nacional requiere de un esfuerzo conjunto entre el sector privado, el Gobierno y el Banco Central de Bolivia, como también un entendimiento entre los Poderes del Estado.
En tal sentido, ante la magnitud de la emergencia, es importante que, para preservar la estabilidad macroeconómica y los necesarios equilibrios, se utilice financiamiento internacional, coadyuvando a viabilizar la implementación de medidas monetarias y fiscales expansivas, como se está realizando en el resto de los países en aras de la reactivación económica, concluye el documento.
MAIP