Por Zulema Alanes B. Foto: Opinión.-
Pocas horas después de colocarse como el segundo departamento del país con más muertes por coronavirus, Cochabamba amaneció con un enfrentamiento entre las fuerzas del orden y los denominados ‘autoconvocados’ en el sexto día de bloqueo en K’ara K’ara. Horas más tarde, en otro extremo de la ciudad, vecinos de la zona del puente Pinto, bloquearon la vía con el ataúd de un fallecido sospechoso de Covid-19. El ruido de motores de la denominada Resistencia Juvenil Cochala también se escuchó en un sábado marcado por la tensión en la capital del valle.
La jornada se inició de madrugada con los enfrentamientos en K’ara K’ara, al sur de la ciudad de Cochabamba. Policías y militares despejaron la ruta al botadero e ingresaron escoltando a los carros basureros, en un operativo realizado cerca de las 05:00 de este sábado. Horas más tarde, las fuerzas del orden fueron superadas por los denominados ‘autoconvocados’ que desde hace seis días bloquean las vías e impiden el ingreso de los carros basureros. Dos uniformados heridos, una oficina y 15 vehículos destruidos y varios trabajadores retenidos, fue el saldo de las primeras escaramuzas. Los movilizados exigen la liberación de sus dirigentes detenidos hace algunos días; tres fueron remitidos a La Paz y otros cinco fueron aprehendidos en Cochabamba.
Enfrentamientos en K’ara K’ara. Foto: Captura video El Deber
Y mientras la tensión se apoderó de la zona sur de la capital, en el otro extremo, al norte de la ciudad, otro grupo de vecinos irrumpió en las calles cargando en una carretilla el ataúd de un fallecido sospechoso de Covid-19. La imagen de una ciudad colapsada por los contagios y por las muertes que va cobrando la pandemia.
De los 38.071 pacientes con coronavirus en Bolivia, 29.208 se concentran en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. De los 1.378 decesos por el virus en el país, 913 se registraron en las tres regiones. En las últimas 48 horas, Cochabamba registró 310 contagios y 29 personas fallecidas.
Roli Pinto Zenteno es la muestra del colapso. Según sus familiares, falleció el domingo 28 de junio al medio día y cerca a la media noche funcionarios del Servicio Departamental de Salud (Sedes) le tomaron una muestra para establecer la causa de su muerte, advirtiendo que no podía ser enterrado sin el certificado correspondiente. Siete días en su casa, en un ataúd, rodeado de su madre, su esposa y sus dos hijas adolescentes, colmó la paciencia de su entorno. En cajón con su cadáver, envuelto en bolsas negras, fue sacado a las calles sobre una carretilla. “Q.E.P.D. 7 días muerto por Covid”, reza el cartel que pusieron por delante del improvisado féretro los vecinos que acudieron en auxilio de la familia y que decidieron bloquear la principal avenida de su barrio para exigir a las autoridades que lo trasladen al cementerio y le den sepultura.
Vecinos protestan con el ataúd de un fallecido sospechoso de Covid. Foto: Captura de pantalla Unitel
La protesta se hizo viral en las redes sociales y el drama que vive Cochabamba como consecuencia de la pandemia se conoció más allá de las fronteras. No es la primera vez. El pasado 13 de junio, el cadáver de una persona de sexo masculino fue encontrado en vía pública de la ciudad de Cochabamba, donde permaneció por varias horas.
Y la situación puede empeorar, según las proyecciones del director de Epidemiología del Ministerio de Salud, Virgilio Prieto.
Al cerrar el reporte de la semana, Prieto advirtió que mientras en el país los casos de Covid-19 se duplican cada cuatro a cinco días, en Cochabamba eso ocurre cada tres. Dijo que la velocidad de transmisión se está acelerando y que el ascenso de casos de Covid-19 en Bolivia muestra que “el país va hacia una pandemia explosiva”.
Hasta el 4 de julio los casos positivos de coronavirus en Bolivia sumaron 38.071. Con un promedio superior a 1.000 casos día, se prevé que la explosión se registrará entre julio y agosto y, según los períodos de duplicación y el ascenso de casos, “Lo que más me preocupa en este momento es Cochabamba que ha aumentado su probabilidad de riesgo,”, dijo el director de Epidemiología.
Este sábado no sólo la pandemia sino también la tensión política tornó explosiva la situación en Cochabamba. Los enfrentamientos de K’ara K’ara derivaron en protestas de la Resistencia Juvenil Cochala (RJC) que arremetió contra el alcalde José María Leyes y la gobernadora Esther Soria, por su incapacidad para encarar la crisis sanitaria y resolver el problema de la basura que se acumula en la ciudad. En manifestación de repudio a las autoridades, en horas de la tarde tapió el ingreso del edificio municipal de la plaza 14 de Septiembre y lanzó bolsas de basura en las puertas del domicilio de la Gobernadora y, asimismo, anunciaron que ante la falta de solución al bloqueo de K’ara K’ara evitarán el paso de cisternas para proveer de agua a los habitantes de la zona sur.
Resistencia Juvenil Cochala movilizada este sábado en Cochabamba. Foto: Captura de pantalla video
El conflicto de K’ara K’ara no es reciente. Desde el mes de mayo los denominados ‘autoconvocados’ empezaron sus protestas y han logrado convertir el cierre del botadero municipal de Cochabamba en uno de los conflictos más prolongados del país, afectando el cumplimiento de la cuarentena por el coronavirus. Originalmente, además de demandar acceso a agua potable, exigían la renuncia de la presidenta Jeanine Añez y la convocatoria a elecciones, por lo que han sido denunciados por tener vínculos con el Movimiento Al Socialismo (MAS). La incursión policial militar de esta jornada, no ha logrado aplacar el conflicto, los denominados ‘autoconvocados’ respondieron con dinamitas y retuvieron por varias horas a 25 trabajadores y al gerente de la Empresa Municipal del Aseo (Emsa).
El viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaría, dijo que están detrás de los responsables de portr explosivos y atacar a policías. “Eso no lo vamos a permitir y todo el peso de la ley actuará como corresponde. No vengan a decir luego que es persecución política, no vengan a decir luego que es atacar la libertad de expresión cuando lo único que se hace es cumplir la ley" advirtió.
Fue el cierre de una semana compleja, con un saldo de contagios que presiona a un sistema sanitario colapsado. Una semana en la que se multiplicaron las voces que exigen la renuncia de las autoridades locales. Una semana trágica para la población asediada por protestas y tensión en las calles, pero también por el creciente riesgo de contagio.