Disyuntiva fatal: ¿LA ECONOMÍA O LA VIDA?

Donald Trump quiere salvar la economía norteamericana y anunció que el domingo de Pascua se acabarán las restricciones sanitarias impuestas en algunos Estados para frenar el Coronavirus. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, incluso llegó a pedir a los mayores de 65 años sacrificarse para salvar la economía de ese país. Dos días después de esa declaración los contagios se dispararon y a la fecha Estados Unidos es el país con el mayor número de casos positivos, por encima de Italia y China, con 94,091 confirmados y 1,434 muertos. El 60 % de los casos se concentra en Nueva York. 

El Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, también estaba entre los que daban prioridad a la economía sobre la vida humana. Hasta hace cinco días se negaba a lanzar medidas restrictivas apostando a la “inmunidad del rebaño”, es decir, que a la larga y de forma natural la población quedaría inmune al Coronavirus aunque 250 mil británicos estuvieran en riesgo de enfermarse o morir. Tuvo que recular cuando el propio príncipe heredero Carlos de Inglaterra, de 71 años, dio positivo. Finalmente y bastante tarde, Johnson instruyó el confinamiento obligatorio por tres semanas. Y, este miércoles se supo que él mismo está contagiado y en aislamiento. 

España no le perdona al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y su socio de PODEMOS, Pablo Iglesias, haber ignorado por semanas la catástrofe que se avecinaba. Tampoco le perdonan su mujer y sus suegros que dieron positivo. Priorizaron las marchas del 8 de marzo y creyeron que el magnífico sistema de salud español iba a contrarrestar la pandemia sin necesidad de paralizar la economía. Entre ayer y hoy, los casos positivos en España subieron en más de 6.000 hasta llegar a los 64,039 y los fallecidos en las últimas 24 horas llegaron a 719, totalizando 4,934 victimas del Covid-19 y de la irresponsabilidad de los gobernantes. 

En el Brasil, el presidente Jair Bolsonaro está sumido en su propio laberinto. Se enfrenta a los anteriores ministros de salud y a los gobernadores que decretaron cuarentena, particularmente con el de Sao Paulo al que calificó de “lunático”. Bolsonaro se opone a las restricciones sanitarias a las que definió como una política de “tierra arrasada”. A través de una cadena televisiva dijo : “ El virus llegó a Brasil, lo estamos enfrentando y en breve pasará. Nuestras vidas tienen que continuar. Debemos sí volver a la normalidad” y de paso excluyó a las Iglesias de la cuarentena. 

El Brasil, con epicentro en Sao Paulo, subió a 77 el número de fallecidos, 18 en las ultimas horas, y acumuló 3,027 casos confirmados. 

Todos aquellos que quisieron priorizar la economía están hoy desbordados, en medio de una catástrofe humanitaria y sin ninguna posibilidad de impedir una debacle económica. 

¿Qué países están recuperando sus vidas?. China, Corea del Sur, Japón y Singapur. Los gobiernos de estos países asiáticos, tomaron el toro por las astas. Primero, encerraron en cuarentena estricta al territorio considerado foco de infección. Segundo, ubicaron a los primeros contagiados y sus contactos. Tercero, hicieron cientos de miles de test para identificar a los enfermos con o sin síntomas. Cuarto, abrieron centros médicos y de cuarentena aislados del resto. Y, quinto, la cuarentena se complemento con medidas se seguridad sanitaria, como el uso generalizado de barbijos y distanciamiento social. Todo esto en países donde la población acata las ordenes del gobierno, acata o muere. Por eso no necesitaron “ toque de queda”. 

China que demoró un mes en admitir la existencia y el peligro del Coronavirus, dio un viraje a fines de diciembre y encerró a 11 millones de personas residentes en la ciudad de Wuhan, lugar donde se originó la pandemia. Después fue ampliando la cuarentena hasta llegar inclusive a la capital, Pekín, y llegó a tener a 50 millones de confinados, más de 82 mil positivos y 3,298 defunciones . Después de dos meses y medio, China está en condiciones de volver a la normalidad económica y social. 

Bolivia, con 74 casos confirmados y cero muertos, es de los países que corre mayor riesgo, a pesar de las drásticas medidas adoptadas por el gobierno de Jeanine Añez. Por tres razones: gran parte de la población no acata la cuarentena. Esa población, la más pobre, está corriendo un grave riesgo morir por Covid-19 por los niveles de desnutrición, condiciones insalubres de vida y enfermedades endémicas en los pulmones como la tuberculosis. Además porque el tsunami del coronavirus llegará a un sistema de salud que es un desastre. Si en Bolivia no se ha podido con la diarrea, el dengue o el cáncer que no son contagiosos, usted puede imaginar lo que pasará con el Coronavirus. 

Lo único pero lo único que puede paliar lo que se nos viene es quedarnos en casa. Una cuarentena absoluta puede parar los contagios y permitir al mísero sistema de salud equiparase y organizarse para atender a los 74 positivos que en realidad deben ser 200 o 300. 

Pero, con desobediencia civil y política, y un sistema de salud que no reacciona a la emergencia sanitaria, pronto vamos a ver la tragedia no en los hospitales y cementerios sino en las aceras y calles. 

Está claro que los que hoy se oponen y sabotean la cuarentena en aras de la economía se lavaran las manos y le echaran la culpa al gobierno , porque finalmente eso es lo que quieren.