De algo sirven las encuestas: remezón político y nueva dinámica electoral. ¿Quién se baja?

Por Zulema Alanes

La primera encuesta de intención de voto provocó una corrida de conclusiones. Pero ¿es posible proyectar desenlaces a primera mirada y cuando aún falta mucho por transitar en la ruta hacia las elecciones generales del 3 de mayo?

Las iniciales lecturas de esta encuesta fueron triunfalistas o derrotistas, aunque tampoco faltaron las posturas conformistas. Pero más allá del lugar desde donde se hayan analizado los resultados de la intención del voto, lo cierto es que han provocado un verdadero remezón político y han cambiado la dinámica del proceso electoral.

De algo sirven las encuestas, incluso si están mal hechas, se lee en uno de los tantos análisis que circulan en las redes sociales. Para el Movimiento Al Socialismo (MAS) que aparece en el primer lugar de la intención del voto, esta primera encuesta sirvió para que reaparezcan, con aires triunfalistas, voceros que se habían auto silenciado durante la crisis pos fraude electoral, paradójicamente para asegurar que no hubo fraude. Para las coaliciones que se oponen al MAS sirvió para retrotraer la idea de la unidad aunque zapateando en su mismo lugar, segundo, tercero o cuarto, e incluso apenas superando el uno por ciento de la preferencia electoral.

Pero más allá de ello, según el analista Roger Cortez esta primera encuesta muestra que “el MAS tiene un contingente electoral que ciertamente supera lo que se llama el núcleo más duro y leal que se creía confinado prácticamente a la zona rural y periurbana, pero también evidencia que la adhesión al proyecto del MAS no es una adhesión de dos tercios, aunque no es despreciable que el 31,6% se transforme en 36% si sólo se cuentan los votos válidos”.

Entrevistado por Cabildeo, Cortez dijo que “no se puede asegurar que este sea el techo del MAS, especialmente teniendo al frente a nadie”.

¿Por qué nadie? preguntamos. Y según Cortez “Porque las adhesiones a la coalición Juntos, que encabeza Añez, están profundamente impregnadas de un conjunto de pulsiones esencialmente afectivas y con base ideológica y política prácticamente nula. Es algo mejor la situación de Comunidad Ciudadana pero dada la continua tendencia de mantenerse en un segundo lugar retrayéndose, dosificando y mezquinando sus definiciones, lo que su estratega señala como su fortaleza, es decir, el voto útil o de contención frente a Morales, en este momento es una debilidad total”.

Remezón político: ¿quién se baja?

En opinión del analista Rolando Tellería, la primera encuesta muestra que “cerca de dos tercios del electorado es antimasista. De manera que existe, como en ninguna otra, la posibilidad de sepultar al MAS en las urnas”.

Esa perspectiva no parece posible con tres candidatos que si bien suman el 43,2% de la preferencia electoral, se ubican a 14.5 (Mesa), 15.1 (Añez) y 22 (Camacho) puntos del candidato del MAS.

Las redes sociales estallaron frente a estos datos y se saturaron de mensajes que reclamaban unidad. Haciendo eco de los reclamos ciudadanos, el Comité Cívico Pro Santa Cruz anunció una convocatoria para promover la unidad, el denominado Acuerdo por la Unidad, conformado por agrupaciones y organizaciones sociales contrarias al MAS, se pronunció por una amplia coalición entre Mesa, Añez y Camacho y pidió al resto de candidatos que se retiren de la contienda electoral.

Luis Fernando Camacho, candidato de la alianza Creemos, puso su candidatura "en blanco" para la conformación de un frente único que pueda enfrentar al Movimiento Al Socialismo (MAS). “Hemos puesto nuestra candidatura en blanco, la vamos a poner las veces que sea necesaria por Bolivia, pero sentémonos y hagamos una sola candidatura” dijo el exlíder cívico.

Nadie se baja. Doria Medina se afincó en la candidatura de Añez como la única posibilidad de derrotar al MAS. Comunidad Ciudadana mantuvo silencio.

Desentendido de las preocupaciones de sus opositores, el candidato del MAS, Luis Arce Catacora, se reunió con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y le pidió “hacer un seguimiento de las elecciones” para garantizar que el pueblo boliviano elija democráticamente a su Presidente. Antes de viajar aseguró que “Vamos a ganar las elecciones y nadie nos garantiza que nos van a entregar el Gobierno” y se mostró confiando en el “voto oculto” para imponerse en primera vuelta.

Roger Cortez aseguró que no es partidario de un proyecto unitario, porque “más allá de la ausencia de programa, tenemos que estar claros que dos de los adversarios del MAS, concretamente Añez y Camacho, son su ex socios en el manejo del de desarrollo del país, no hay diferencias sustanciales entre ellos y su disputa con el MAS es solo por el predominio en los aparatos políticos, entonces aliar aquello con Comunidad Ciudadana, no lo veo viable”.

Más allá de las cifras que arroja la primera encuesta de intención de voto Cortez consideró que hay que estar pendientes de una dinámica electoral que puede tornarse compleja y advirtió que la caída de la candidatura de Evo Morales a una senaduría puede hacer reflotar el conflicto que se vivió en noviembre 2019 y “eso puede alterar completamente el panorama electoral”.

De hecho, dijo, “la sola presencia de la candidatura de Morales contradice su esforzado ánimo de presentarse como pacificador y lo convierte en la espoleta de una granada”-

El talón de Aquiles del MAS

“Si los “opositores” insisten en seguir discutiendo el fraude y la corrupción del MAS no van a fortalecer sus posiciones” aseguró Cortez y consideró que lo que puede hacer variar las tendencias reveladas en la primera encuesta de intención de voto es “develar el modelo de desarrollo del MAS”.

Según el analista, en un escenario de debate, Arce llevará a discutir las cifras de su modelo de desarrollo y frente a ello sólo triunfará quien se anime a cuestionar “¿cómo seguimos sobreviviendo de la crisis de los hidrocarburos y de la minería, en plena crisis climática, en plena exacerbación del calentamiento global, y en una dinámica que va a contramano de las necesidades generales de la humanidad?”.

Para Cortez el talón de Aquiles del MAS es su Agenda 2025, “megaempresas, ampliación salvaje de la frontera agroganadera, 13 millones de hectáreas para biocombustibles y ganadería, nadie está contestando eso, en este momento de destrucción, devastación, endeudamiento salvaje y dependencia política completa”.

Aseguró que la única posibilidad de mover el tablero y de afectar al MAS es por la vía de interpelar su modelo y plantear rutas alternativas y demostrar que “están logrando votos mintiendo y haciendo creer a la gente algo distinto a lo que realmente han hecho en 14 años de gobierno”.