Por: Zulema Alanes / La Paz.-
Evo Morales no logró un final feliz e inició el 2020 con más incertidumbres que certezas. La cumbre del Movimiento al Socialismo (MAS) a la que Morales convocó en Buenos Aires el pasado 29 de diciembre, según varios analistas, fue un verdadero fiasco y proyectó claras señales de división.
El encuentro, en el que Morales originalmente esperaba a más de 1000 delegados, terminó en una reunión de contados delegados y a puertas cerradas. Las principales organizaciones del MAS no enviaron representantes y dejaron en claro que las decisiones sobre el futuro de su partido se tomarán en casa y considerando la opinión de las bases.
Las fracturas dentro del MAS se hicieron evidentes 48 horas antes del encuentro. Las bases masistas de El Alto fueron las primeras en anunciar que no asistirían al encuentro.
Como representante alteña, la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, fue la encargada de anunciar a través de Página Siete que “El Alto ha definido no asistir porque van a definir sus candidaturas desde sus bases, desde sus organizaciones, analizando perfiles y llegando a consensos”. También descalificó a quienes concurrieron al llamado de Morales en Buenos Aires y aseguró que “la gente que está allá con Evo es gente que le ha hecho daño al MAS”.
Además de los alteños, al menos dos federaciones campesinas y una Central Obrera Departamental le hicieron saber que las decisiones se tomarán en casa y en consulta con las bases.
El exdirigente de la Federación Única de Trabajadores de Pueblos Originarios de Chuquisaca, Román Barrón, envió a Morales un mensaje claro: “las cosas se arreglan en Bolivia y entre nosotros, no desde otro país”.
En La Paz, la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos Tupak Katari anunció que el “Pacto de Unidad no participará de la reunión en Argentina, mientras no se defina orgánicamente el binomio en un ampliado nacional” y el representante de la Central Obrera Departamental, Hugo Torrez, dijo que rechazan que los candidatos del MAS sean elegidos en el exterior.
Originalmente Morales tenía previsto celebrar la cumbre del MAS en una provincia argentina fronteriza con Bolivia, pero terminó reduciendo sus expectativas y se reunió en el hotel Bauen de la ciudad de Buenos Aires con los pocos seguidores que acudieron a su llamado. "Deseábamos una gran reunión en Bolivia o en la frontera, pero me han recomendado evitar esa opción" declaró a la prensa argentina y negó que fracasó en su convocatoria porque “sólo invitamos a la reunión a los líderes departamentales”.
Para los medios argentinos, la aclaración de Morales no logró esconder las grietas al interior de su partido que se hicieron evidentes en las pancartas que remachaban “Eva Copa traidora” y en la ausencia de Diego Pary, el único de los precandidatos que participó del encuentro, en la conferencia de prensa de cierre.
Al término del encuentro, Evo Morales no tenía mucho que anunciar y sólo dijo que el binomio presidencial del MAS se definirá, en Buenos Aires, el 19 de enero.
Días previos, durante una entrevista en el canal C5N de Argentina, informó que dentro de las filas de su partido se contemplan cinco opciones presidenciables: Diego Pary, David Choquehuanca, Luis Arce, Adriana Salvatierra y Andrónico Rodríguez.
De los cinco nombrados por Morales sólo dos candidatos cuentan con el apoyo de sus bases.
Los campesinos de La Paz ya han dejado en claro que la candidatura a la presidencia de Choquehuanca es “innegociable”. En un voto resolutivo aprobado el 26 de diciembre destacan que “Decidimos el apoyo unánime e innegociable al hermano David Choquehuanca para que sea candidato a Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia por el MAS-IPSP 2020-2025”.
Diez días antes, un ampliado departamental del MAS que contó con la participación de las seis federaciones de cocaleros del trópico de Cochabamba resolvió apoyar “por unanimidad” a Rodríguez como candidato a la presidencia.
Tanto en La Paz como en Cochabamba, las bases masistas cerraron filas contra los denominados “invitados” que se constituyeron en el entorno de Evo Morales durante los casi 14 años de su mandato.
El pronunciamiento de los campesinos de La Paz denunció al “entorno blancoide que tiene acorralado al hermano Evo Morales y que le hizo cometer muchos errores políticos, incluso haciendo que se persiga y encarcele a muchos de nuestros propios líderes indígenas y de los trabajadores”. Y el encuentro del MAS en Cochabamba resolvió que “no se aceptará postulaciones a candidaturas de ciudadanos libre pensantes o invitados, debiendo ser obligatoriamente militantes”.
Las fricciones internas en el MAS son profundas y es evidente que desde su autoexilio Evo Morales no tiene todo el control de su partido. Es cada vez más evidente la distancia que van marcando las bases y las dirigencias masistas emergentes luego del fraude del 20 de octubre, con el jefe del MAS y los miembros de su círculo íntimo que han sido acusados de corrupción, sedición y terrorismo.
Es incierto lo que Morales podrá lograr hacia el 19 de enero, en un contexto en el que sus actividades políticas en Argentina, ya fueron motivo de una protesta formal ante el Gobierno del vecino país por funcionarios de la Embajada de Estados Unidos por “abusar de su status de refugiado”.