Por Zulema Alanes.- La crisis diplomática entre México, España y Bolivia devino en una conspiración internacional contra la transición democrática del país y destapó una caja de pandora llena de sospechas sobre insólitos negocios políticos, sociedades de corrupción, redes de protección para la impunidad y nexos con el narcotráfico a escala internacional según coincidieron analistas y activistas consultados por Cabildeo.
Lo que empezó con el exilio de Evo Morales, derivó en una campaña internacional orientada a diseminar la idea del “golpe de Estado” en Bolivia y en una controversia diplomática con encapuchados.
Socialismo del siglo XXI, más negocios que ideología
El capítulo boliviano de esta trama inició con el imprevisto protagonismo de México en la crisis democrática del país. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no sólo puso a disposición un avión, transportó y otorgó asilo a Evo Morales a horas de su renuncia, también le facilitó condiciones para intentar influir en la política boliviana contraviniendo los tratados internacionales y dio refugio a nueve exautoridades del MAS en la residencia mexicana en La Paz.
La tensión bilateral comenzó cuando desde México, vía teléfono, Morales coordinó los bloqueos e instruyó a sus seguidores que no dejen pasar alimentos a las ciudades. De uno y otro lado, sobrevinieron los reclamos por la ruptura del protocolo de asilo político y las denuncias de asedio a sus legaciones, pero la crisis llegó a su máxima expresión el 27 de diciembre cuando diplomáticos españoles, junto a cuatro encapuchados, al parecer armados, intentaron ingresar a la embajada de México.
Según el internacionalista Álvaro Del Pozo “esta trama se explica en los acuerdos del Grupo de Puebla, sucesor del Foro de Sao Paulo, constituido en julio de 2019 con la misión de proyectar un nuevo momento progresista del socialismo del siglo XXI”.
En su opinión, “no se trata solo de acciones afirmadas en cierta unidad ideológica, sino en negocios políticos de gran alcance que recién estamos empezando a descubrir, muchos intereses en juego que explican la actitud hostil, peyorativa y amenazante contra Bolivia”.
¿Qué se esconde detrás de los encapuchados?
Desde España, el diplomático Inocencio Arias y el periodista Luis Miguel Montero, lanzaron la hipótesis que en el incidente estarían involucrados el gobierno español, a la cabeza de Pedro Sánchez, y el partido Podemos, que dirige Pablo Iglesias.
Durante una entrevista en un canal de televisión, coincidieron en calificar de “muy raro” el envío de presuntos agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO), la emisión de pasaportes falsos y la extraña visita “de cortesía” a una embajada a las 8 de la mañana.
Dijo que es “muy raro” que se presenten en la embajada de México encapuchados y con chaleco antibalas para una “visita de cortesía”, aunque descartó que pretendieran sacar de la embajada de México a Juan Ramón Quintana. “Somos tontos, pero no tanto. ¿A dónde lo iban a llevar, a la Embajada para meterse en semejante lio?”.
"Hay un oscurantismo muy raro” advirtió Montero y precisó que eran seis GEO no cuatro, los que intervinieron en el incidente del 27 de diciembre que el Gobierno de Bolivia denunció como “abuso y atropello a su soberanía”
Según Arias, la presencia de presuntos oficiales GEO, que forman parte de la unidad élite del Cuerpo Nacional de Policía de España especializada en operaciones de alto riesgo, no corresponde a una acción diplomática y calificó de “anómalo” que la encargada de negocios Cristina Borreguero hiciera una visita de cortesía a las 8 u 8:15 de la mañana, en compañía del cónsul español.
Por su parte Montero aseguró que la encargada de Negocios de la Embajada de España fue a ver a Juan Ramón Quintana a quien atribuyó muchos vínculos con la dirigencia de Podemos, partido político que irrumpió el 2014, y al que habría financiado a través de la Fundación Centro Político y Social.
El periodista dijo que "Los pasaportes de los supuestos GEO son falsos, no corresponden ni a sus caras, ni a sus identidades, a sus nombres ni apellidos reales. Es sintomático, porque en España solo se provee pasaportes falsos a gente del CNI (Centro Nacional de Inteligencia) en misiones especiales, nada más y la Policía Nacional nunca forma parte del CNI".
Una caja de pandora con funestas evidencias
Aunque todavía quedan muchas dudas, Juan Carlos Núñez, director de la Fundación Jubileo, dijo a Cabildeo que “no lo habíamos imaginado, pero se abrió una caja de pandora que pone en evidencia que hay un contacto internacional funesto en torno al socialismo del siglo XXI”.
Aseguró que lo que inicialmente se concibió como espacios para la lucha ideológica derivó en “estructuras de sobrevivencia, con economías sumergidas, ocultas, con campañas financiadas hasta por el narcotráfico”.
Waldo Albarracín, exDefensor del Pueblo y activista del Comité de Defensa de la Democracia (Conade), apuntó al narcotráfico. Puntualizó que “la conspiración no es casual, los estados no tienen amigos tienen intereses y obviamente los nexos del MAS con los gobiernos de México, Venezuela, Nicaragua no se sustentan en afinidades ideológicas sino en intereses económicos y el eje articulador que los financia es el narcotráfico” y responsabilizó al gobierno de Evo Morales como “el principal promotor que durante muchos años ha proveído de droga a mafias internacionales que controlan gobiernos”.
La conspiración tiene los días contados
Según Álvaro Del Pozo, pronosticó que las relaciones con México derivarán “en un punto muerto”, pero luego del 3 de mayo, día de las elecciones, se empezará a contar otra historia. “Primero se desmontará la campaña que difundió la falsa idea de un golpe de Estado y, segundo, se desactivarán los múltiples factores que han jugado en la crisis diplomática. La democracia colocará las cosas en su lugar”.
Juan Carlos Núñez, coincidió en que la conspiración tiene los días contados. “El lanzamiento del calendario electoral, está trazando otro escenario. No hay que perder de vista que la Unión Europea, la OEA y todos los países han afirmado su reconocimiento a la presidenta Añez, y va cambiado el escenario internacional”.
Waldo Albarracín destacó la lucha del pueblo boliviano “que ha librado con éxito una batalla, pero aun no la guerra” y aseguró que “reafirmar los referentes éticos, mostrar que el fin no debe justificar los medios y que la política no debe perder los referentes éticos, de justicia y de respeto a los derechos humanos frente a quienes creen que por el partido se puede robar, matar y delinquir” permitirá “ganar otra batalla, esta vez contra la conspiración”.