Cargamentos de ayuda humanitaria para Venezuela se replegaron el sábado en medio de disturbios, ante lo cual Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por medio centenar de países, pidió a la comunidad internacional considerar "todas las cartas" para su país. Durante la jornada, al menos 285 personas resultaron heridas en la frontera con Colombia, informó el Gobierno de ese país.
Guaidó, quien está desde el viernes en Colombia, anunció que el lunes participará en una reunión del Grupo de Lima, que integran países latinoamericanos, a la cual acudirá también el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
Allí, se discutirán "posibles acciones diplomáticas", dijo Guaidó en una declaración a la prensa al final de la jornada en Cúcuta, en la cual pidió "que se mantengan todas las cartas sobre la mesa".
Poco antes, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, condenó en Twitter "los ataques a civiles perpetrados por los matones" del gobernante Nicolás Maduro y prometió "tomar acciones" para apoyar la democracia en Venezuela, pues "ahora es momento de actuar para apoyar las necesidades del desesperado pueblo venezolano".
- Jornada violenta -
La jornada fijada por Guaidó como el día en que ingresaría la ayuda internacional comenzó con fuertes disturbios en las poblaciones fronterizas cercanas a los puntos de partida de los camiones que debían trasladar los alimentos y las medicinas.
El diputado opositor venezolano Américo De Grazia dijo que los enfrentamientos entre civiles y militares en el sur de Venezuela, en la frontera con Brasil, dejaron al menos 14 muertos, "todos por armas de fuego", y "centenares de heridos".
"No menos de 14 muertos reportan desde el Hospital Zurita. Y centenares de heridos. Todos de armas de fuego. Colapsado el servicio médico. Sin posibilidad de trasladarlos al hospital de #PacaraimaBrasil #23F", escribió el diputado en su cuenta de Twitter.
"¡Presidente (Maduro) esta es tu Fuerza Armada, mira cómo nos disparan!", denunció José David Morales, de 45 años, mientras mostraba restos de proyectiles disparados en el sector El Salto, de Bolívar, donde vecinos exigían el paso de la ayuda por la frontera con Brasil.
En la frontera con Colombia, los uniformados impidieron, con bombas lacrimógenas y balas de goma, el ingreso de cientos de manifestantes y furgones por los puentes que comunican a las ciudades venezolanas de Ureña y San Antonio con Cúcuta, mayor centro de acopio de la ayuda.
El número de personas que resultaron heridas durante los disturbios generados por el paso de la ayuda humanitaria en la frontera con Colombia llegó a 285, informó en Cúcuta el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo.
Dos de los camiones fueron quemados y decenas de personas sacaron bolsas y cajas para evitar que las llamas consumieran la ayuda. Los seguidores de Guaidó acusaron a civiles armados afines a Maduro. El gobierno, por su parte, responsabilizó a Guaidó y al presidente colombiano, Iván Duque, de la violencia.
"Esta acción pacífica y de carácter humanitario ha sido interrumpida desde Venezuela bajo el régimen usurpador de Maduro con una represión violenta y desproporcionada", dijo el canciller Carlos Holmes, al anunciar el repliegue de los camiones.
Guaidó dijo temprano que la ayuda había pasado la frontera con Brasil, pero los camiones con ayuda humanitaria debieron regresar a la ciudad limítrofe de Pacaraima la tarde del sábado, tras haber permanecido durante el día apostados en la frontera, comprobó la AFP.
Un barco que zarpó de Puerto Rico, un territorio estadounidense en el Caribe, con carga de ayuda humanitaria para Venezuela "recibió amenaza directa de fuego por parte de naves venezolanas", informó el gobernador Ricardo Rosselló.
Otro buque aguarda en la isla de Curazao autorización para llevar asistencia a Venezuela.
Para lanzar el operativo humanitario, a Guaidó lo acompañaron los presidentes de Colombia, Iván Duque; Chile, Sebastián Piñera, y de Paraguay, Mario Abdo, así como el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
La movilización para hacer entrar la ayuda fue "impresionante" y "debilitó aún más a Maduro, pero no fue el golpe de gracia", opinó Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, en Washington.
En Caracas, miles de opositores vestidos de blanco y ondeando banderas venezolanas protestaron frente al aeropuerto militar La Carlota, en tanto que Maduro presidió una multitudinaria marcha de seguidores, durante la que anunció la ruptura de relaciones con Colombia.
//El Comercio//